Como el ave f¨¦nix somos
Ada Vilar¨® desgrana con gran verdad acontecimientos de su vida en ¡®360 gramos¡¯
Cuando despert¨®, su mama derecha ya no segu¨ªa all¨ª. Mam¨¢ y mama son la misma palabra: llamamos al todo por la parte, a la persona por la funci¨®n que ejerce: mama, a quien amamanta. Dos d¨ªas despu¨¦s de haber perdido a su mam¨¢, Ada Vilar¨® sufri¨® una mastectom¨ªa. Delante de una cascada de lienzos trasl¨²cidos que cae desde el telar, Vilar¨® desgrana en 360 gramos un pu?adito de acontecimientos personales que en pocos minutos ponen los corazones del p¨²blico al comp¨¢s del suyo.
Todo cuanto cuenta esta actriz y bailarina catalana respira no solo verosimilitud, sino testimonio cierto y verdad que no necesita ser documentada, porque nadie se arriesga a exponerse en lo personal del modo en que ella lo hace si no es alentado por una verdad limpia y clara: la fe con la que su madre la concibi¨® en un momento de inspiraci¨®n (el ginec¨®logo la hab¨ªa persuadido de que le ser¨ªa imposible engendrar hijos); la marcha de su abuela, vaquera, al encuentro de una muerte consciente; el flirteo de Vilar¨® en un tren, rumbo a Florencia; la determinaci¨®n presurosa con la que sorte¨® la cola kilom¨¦trica ante la Galer¨ªa de los Uffizi para mantener un encuentro elucidatorio con la Venus neonata de Botticelli¡, todo lo que rememora es sustancial, porque resuena en el com¨²n de los espectadores. Nada hay en su relato que parezca impostado, exc¨¦ntrico o elucubrado.
En este solo tel¨²rico, striptease del alma pero tambi¨¦n de su envoltorio mortal, Vilar¨® invoca las voces de sus ancestros, el ta?ido de los campanos del ganado que apacentaban, la sombra de los naranjales cuyos frutos para su abuela simbolizaban la fecundidad y la inmortalidad¡ Al cabo, 360 gramos trae muchas presencias a escena, muy bien acompasadas por su int¨¦rprete con la colaboraci¨®n de Carlos G¨®mez, paisajista sonoro, y de Maria Stoyanova y Vero Cendoya, sus codirectoras. La sinceridad, la empat¨ªa y el arrojo imprescindibles para determinarse a compartir experiencias tan cruciales como son la extirpaci¨®n de una parte tan ¨ªntima, la crisis vital subsiguiente y la vuelta a la vida con ¨¢nimo de disfrutar cada instante no bastar¨ªan sin la sobresaliente destreza f¨ªsica de Vilar¨®. Alumna de Kazuo Ohno, la autora int¨¦rprete se mueve como el perfume de una flor cortada al llegar a su tercer d¨ªa. Espl¨¦ndido el espacio esc¨¦nico de Paula Bosch.
Tambi¨¦n Jes¨²s D¨ªaz Morcillo, actor dramaturgo, convierte un duelo personal en una pieza de orfebre: Mori(r) de amor, su ¨®pera prima teatral (en cartel en El Umbral de Primavera de Madrid), evoca la relaci¨®n que mantuvo con su madre, muerta prematuramente, y la inserta en una ficci¨®n germinada en torno a un relato de Pablo do Reis. El propio autor y Georgina Rey, magn¨¦tica maestra de ceremonias, hacen de cada funci¨®n un encuentro ¨ªntimo, confesional, en el que interviene adem¨¢s un actor invitado, diferente siempre, que ha de improvisar su papel.
360 gramos. Texto: Ada Vilar¨®. Direcci¨®n: Maria Stoyanova, Vero Cendoya, Ada Vilar¨®. Gira: Valencia (Teatro Inestable), del 22 al 24 de enero; T¨¤rrega, 5 de febrero; Alcover, 28 de febrero; Figueres, 5 de marzo; Celr¨¤, 6 de marzo; Aranjuez, 20 y 21 de marzo; Barcelona (Espacio Brossa), del 12 al 23 de mayo.
Mori(r) de amor. Texto: Jes¨²s D¨ªaz Morcillo y Pablo do Reis. Direcci¨®n: Jes¨²s D¨ªaz Morcillo. El Umbral de Primavera.
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