Claudia: modos y se?ales
Sheinbaum dar¨¢ un informe por los primeros 100 d¨ªas de su Gobierno el 12 de enero. Se antoja prematuro poner una etiqueta clara al Gobierno ¡®claudista¡¯, pero para entonces habr¨¢ m¨¢s claridad de rumbo y de forma y hasta del perfil de la presidenta
Esta semana la presidenta Sheinbaum anunci¨® que el 12 de enero dar¨¢ su informe de los primeros 100 d¨ªas de gobierno. Ser¨¢ interesante lo que tenga que informar y la perspectiva del a?o que comenzar¨¢. De cualquier forma, se antoja algo prematuro para enjuiciar o poner una etiqueta clara al Gobierno claudista. Sin embargo, uno entiende que para entonces habr¨¢ m¨¢s claridad de rumbo y de forma y hasta del perfil de la propia Sheinbaum como presidenta. Por lo pronto podemos revisar lo que hay hasta el momento: modos y se?ales presidenciales.
En los modos de Sheinbaum hemos podido ver una marcada carga ideol¨®gica de la que se ufana constantemente. Esto no es ninguna sorpresa. La campa?a nos avisaba de su perfil ideol¨®gico, algo que viene desde los tiempos en que ella hac¨ªa pol¨ªtica estudiantil. Por supuesto que hace pol¨ªtica militante, siempre ha sido integrante de las causas en las que cree. Si alguien, ingenuamente, pensaba que do?a Claudia se iba a desmarcar de su exjefe simplemente no entiende el asunto de las lealtades en la pol¨ªtica ni la formaci¨®n de la propia presidenta. Hasta el momento, Sheinbaum se ha proyectado m¨¢s como una continuadora que como alguien con perfil propio. Pareciera confiar m¨¢s en los compa?eros de movimiento que en las capacidades de sus cercanos.
Ha salido tambi¨¦n a flote su modo autoritario. Esto en t¨¦rminos de la destrucci¨®n a la que someti¨® al Poder Judicial. No hubo poder humano que le hiciera recapacitar sobre la complejidad de la propuesta de elecci¨®n. Su inmovilidad sorprendi¨®, pero parece indicar un rasgo definitorio de la presidenta: una vez que toma una decisi¨®n no permite la duda. No es intempestiva, hace sus procesos de an¨¢lisis y decide. Considera la intransigencia una fortaleza, la forma de negarse al error.
Su ¡°modo ma?anera¡± no es muy bueno, al contario, le resulta contraproducente. Se entiende que quiera continuar el ejercicio exitoso de comunicaci¨®n de L¨®pez Obrador (de hecho, se qued¨® el implementador de la estrategia en el equipo de la presidenta). Pero no es lo mismo. Claudia es seria, no parece prestarse a vaciladas. Si hace un comentario que considera gracioso, lo cierto es que no lo es. No naci¨® para el chistorete o para la dispersi¨®n como AMLO. Ella, a lo que va. Eso por supuesto quita atractivo al evento, pero adem¨¢s provoca problemas. Debe contestar preguntas que nada tienen que ver con los temas que quiere tratar. Quiere imitar ¡°el modo Peje¡± pero no le sale. Crece a los adversarios sin sentido. Al nuevo presidente del PAN le ha dedicado un tiempo que ha resultado todo un ¨¦xito para el panista.
En su imagen me parece que hay un gran acierto. La visten con sobriedad, se ve austera sin alarde. Incluso se aleja de esa especie de uniforme que portaban Merkel y Hillary con los trajes sastre. Ella usa vestidos, faldas, blusas t¨ªpicas.
Es en las se?ales que ha mandado donde saltan m¨¢s preocupaciones. La se?al de debilidad no es con respecto del presidente sino con sus compa?eros, los que le compitieron en la interna. Ad¨¢n Augusto y Monreal cayeron para arriba con su derrota. Tienen un poder enorme. Tanto que no dejan ver el de la presidenta. Son un par de trogloditas en busca de quedarse con el movimiento. El pleito que protagonizan eclipsa la ventaja de tener mayor¨ªas para la presidenta y su proyecto. Quieren las ventajas para ellos. La llamada al orden de Sheinbaum fue m¨¢s bien t¨ªmida. Cuando la presidenta dijo que era un pleito que hab¨ªan ¡°hecho grande¡± sus adversarios, nadie lo crey¨®. Sus adversarios son incapaces de hacer una cosa grande ¡ªya sea propia o ajena¡ª. Un pleito por mil millones de pesos no es poca cosa.
Una se?al positiva ha sido su estrategia con Trump. Si bien empez¨® mal y descolocada, corrigi¨® de inmediato y ha logrado tener control de sus mensajes y no caer en la provocaci¨®n. Si al principio la criticaron por no encontrarse como Trudeau con el estadounidense, r¨¢pidamente el tiempo le dio la raz¨®n y el canadiense ha sido ridiculizado.
Las se?ales de impunidad para sus aliados de ¨²ltima hora ¡ªb¨¢sicamente priistas que se pasaron al vapor de la campa?a o el escandaloso asunto de Yunes¡ª llaman la atenci¨®n. Ella cae en contradicciones cuando habla de corrupci¨®n. El pasado es tambi¨¦n parte del equipaje de Morena. Hablar de la corrupci¨®n en el Infonavit en el pasado, concretamente en el pe?ismo, cuando uno de sus senadores era titular de ese instituto, es o un acto de cinismo rampante o un olvido de quienes la acompa?an. La corrupci¨®n es una amenaza para su movimiento y tiene ejemplares de exposici¨®n en sus filas.
@juanizavala
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