Dentro y fuera de los libros

El libro es un curioso objeto intelectual y material, inscrito a la vez en el tiempo y en el espacio, en los mapas conceptuales de nuestros saberes y en la geograf¨ªa de nuestras ediciones y lenguas. Esta realidad poli¨¦drica favorece la constante generaci¨®n de obras que estudian alguno de sus aspectos, hasta tal extremo que los libros sobre libros ya son un g¨¦nero propio en las librer¨ªas.

Que el libro no se agota en s¨ª mismo es un hecho claro, y nada lo demuestra mejor que los aparatos destinados a navegar su interior. Surgidos inicialmente para el estudio de las Escrituras, los ¨ªndices pronto se convierten en una pieza fundamental en el saber. Maria Gioia Tavoni, profesora en Bolonia, recorre su historia en su obra Circunnavegar el texto. Los ¨ªndices en la Edad Moderna. Comienzan como un apoyo privado a una lectura. Las listas de temas y subtemas, de nombres y lugares, las creaban los lectores con el prop¨®sito de recuperar f¨¢cilmente los fragmentos de texto que les hab¨ªan interesado. Los ¨ªndices crecen y se hacen m¨¢s precisos con las balizas que roturan las obras: inicialmente, los nombres de cap¨ªtulos y apartados, luego, la numeraci¨®n de las hojas y, por ¨²ltimo, de las p¨¢ginas.

Estos ¨ªndices personales de la ¨¦poca del manuscrito son a veces copiados y disfrutados por otras personas, de modo que cuando llega la imprenta es l¨®gico que comiencen a imprimirse, muchas veces independientemente de la obra a la que se refieren. Pero no s¨®lo gu¨ªan por los contenidos evidentes: en el caso de obras de materia religiosa pueden ayudar a descubrir ideas comprometedoras que el recelo del autor hab¨ªa camuflado. Por este motivo, un ¨ªndice (?no la obra!) pod¨ªa acabar en el ?ndice¡­ de Libros Prohibidos. Por ¨²ltimo, un ¨ªndice como el que el pastor Muchon hizo en 1780 para los 33 vol¨²menes de la Encyclop¨¦die tiene la capacidad milagrosa de restituir al orden de la raz¨®n los conceptos que la obra hab¨ªa repartido alfab¨¦ticamente en diversas entradas. En el momento actual, cuando el ahorro y la incuria editoriales hacen que se prescinda frecuentemente de este ¨²til aparato, una obra como Circunnavegar el texto recuerda la sutileza y el poder de un ¨ªndice bien confeccionado (como el que cierra este cuidado volumen).

Pero el libro, como objeto material y cultural tan inserto en nuestro imaginario, se puede abrir en un mundo de experimentaci¨®n. En El libro expandido. Variaciones, materialidad y experimentos, la poeta y profesora Amaranth Borsuk recorre primero las formas hist¨®ricas que adopta en distintas culturas para desembocar en el aut¨¦ntico tema de su obra: la expansi¨®n del ¡°c¨®dice¡± en reencarnaciones digitales y en manipulaciones art¨ªsticas que permiten reflexionar sobre su naturaleza y desbordar sus l¨ªmites. La experiencia del libro electr¨®nico, en el que objetos del tama?o de libro de bolsillo rebosan de obras, se complementa con las intervenciones po¨¦ticas que juegan con el continente y el contenido.

As¨ª, aparece el libro-caja o archivo, el libro desencuadernado o recombinante, como trampa o burla de las expectativas creadas por siglos de uso, para recordar su identidad a trav¨¦s del extra?amiento y la autorreferencia. Libros hechos de materiales perecederos, que acent¨²an su car¨¢cter ef¨ªmero; libros que juegan con la transparencia del papel para completar mensajes; libros que rompen la linealidad, con su contenido accesible de m¨²ltiples maneras; libros censurados, de p¨¢ginas tachadas, o atravesadas de clavos¡­ Cuando los artistas quieren desafiar la cultura heredada no la transgreden creando variantes de muebles o autom¨®viles, sino de libros: el ¡°libro de artista¡± es un elemento definidor del siglo XX, como presencia constante en cada vanguardia art¨ªstica, del futurismo en adelante. Poes¨ªa y tecnolog¨ªa se dan as¨ª la mano en El libro expandido, que contiene una sabrosa antolog¨ªa de citas sobre el libro, y que a trav¨¦s de una cronolog¨ªa, glosario y lista de lecturas complementarias permite poner cerco a una realidad polimorfa.

Emparentado misteriosamente (por la aparici¨®n simult¨¢nea de estas obras en el mercado) tanto con la baliza textual como con el arte libresco, el bibliotecario e historiador de la edici¨®n Massimo Gatta aborda en Breve historia del marcap¨¢ginas un elemento indispensable en la apropiaci¨®n del libro por parte del lector: el se?alamiento del punto en el que cesa la lectura. El marcap¨¢ginas es el pariente rico del ominoso pliegue de la esquina de la hoja, es la apoteosis del objeto que el azar dispone para marcar un lugar (incluyendo el dedo del lector). Y puede venir incorporado a la encuadernaci¨®n (cinta, tira de cuero ricamente adornada) o ser pieza exenta con decoraciones o publicidad (como la mise en abyme del marcap¨¢ginas del libro sobre el marcap¨¢ginas presente en este volumen). Objeto de coleccionismo, o pieza ef¨ªmera del comercio y la industria, en esta peque?a pieza se condensa el alto en la lectura como promesa y recordatorio de su continuaci¨®n. Treinta ilustraciones a color que recorren una rica panor¨¢mica de la materialidad de la pieza (?el lector y la lectora de Bronzino!) complementan esta peque?a, juguetona obra.