El tabaco de Onetti y el mechero de Rulfo
La editora Michi Strausfeld, testigo privilegiada del ¡®boom¡¯, cuenta en primera persona una historia ampliada del fen¨®meno literario latinoamericano
Juan Rulfo busc¨® con ella un mechero de lujo que alguien le perdi¨® y que en realidad ¨¦l no necesitaba, pero trat¨® de encontrarlo como si buscara un adjetivo para incluir entre los silencios de Pedro P¨¢ramo. Juan Carlos Onetti, otro de los padres del boom, le cont¨® que la atm¨®sfera asfixiante de El pozo naci¨® en la c¨¢rcel uruguaya en la que le prohi...
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Juan Rulfo busc¨® con ella un mechero de lujo que alguien le perdi¨® y que en realidad ¨¦l no necesitaba, pero trat¨® de encontrarlo como si buscara un adjetivo para incluir entre los silencios de Pedro P¨¢ramo. Juan Carlos Onetti, otro de los padres del boom, le cont¨® que la atm¨®sfera asfixiante de El pozo naci¨® en la c¨¢rcel uruguaya en la que le prohibieron fumar. Asombrada escuch¨®, en la selva peruana, c¨®mo declamaba Mario Vargas Llosa el Canto general de Neruda. Convenci¨® a Octavio Paz para que cortara unos p¨¢rrafos de un discurso en el que ¨¦ste arremet¨ªa contra la deriva de la revoluci¨®n sandinista. Calm¨® el delirio que padeci¨® Cort¨¢zar al creer que hab¨ªa un maleficio contra Rayuela en Alemania¡ Vio crecer el boom en primera persona y lo cuenta, minuciosamente, en Mariposas amarillas y los se?ores dictadores. Am¨¦rica Latina narra su historia (Debate).
Ella es Michi Strausfeld, editora de larga experiencia en Espa?a (Alfaguara, Siruela) y art¨ªfice privilegiada de lo que tuvo que ver (sobre todo en la ?Suhrkamp de Unseld) con la recepci¨®n alemana de la literatura que naci¨®, en los sesenta, con el apodo de boom y con capitales en Barcelona, M¨¦xico, Bogot¨¢ y La Habana. Est¨¢, por supuesto, el incidente m¨¢s vistoso de la ¨¦poca, cuando, en 1976, Gabo y Vargas Llosa partieron camino, as¨ª como el caso Padilla y otros extremos que rompieron las s¨®lidas amistades que tambi¨¦n dieron sustento a este impresionante fen¨®meno literario. No se olvida de nadie; por ejemplo, no se olvida de los que formaron fila en el boom, como Guillermo Cabrera Infante, Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez o Alfredo Bryce Echenique, o de las mujeres que fueron t¨¢citamente excluidas, como Elena Garro o Rosario Castellanos¡ Esa historia la escribe ella en primera persona, porque vio en primera fila aquella ¡°realidad maravillosa¡±.
Strausfeld parte de Col¨®n, de los escritores que nacieron de aquella aventura que descubrieron relatos y leyendas, para desembocar en los padres de los escritores que luego protagonizaron el boom de los contempor¨¢neos de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y de Vargas Llosa. As¨ª que su historia viaja por senderos que ella comparti¨®, los de Juan Rulfo, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y, al final de su largo relato (cerca de 600 p¨¢ginas), con las promesas que ya son realidad, como Nona Fern¨¢ndez, H¨¦ctor Abad Faciolince o Juan Gabriel V¨¢squez, que vendr¨ªan a ser algo as¨ª como los hijos o nietos de la tribu de Gabo. Para ella, ¡°Rulfo es, desde luego, el padre de Gabo. Pero todos han bebido en Borges el manejo de la lengua¡ En Borges, en Huidobro¡±. La literatura latinoamericana contempor¨¢nea es, dice, ¡°bastante joven, es una combinaci¨®n gozosa de sucesivos parentescos¡±.
Era impresionante, se?ala Strausfeld, ¡°enfrentarse a una cultura universal como la de Alejo Carpentier; le escuchaba y me sent¨ªa como una chica de primaria¡±. Una vez consolidada la generaci¨®n de Gabo, ella se?ala piedras importantes de los sucesivos hallazgos (Jos¨¦ Donoso, Elena Poniatowska, Sergio Ram¨ªrez, Isabel Allende) que no hallaron acomodo en el boom¡, pero que ella no ha querido dejar fuera. Aquellas voces han contribuido a narrar lo que Sergio Ram¨ªrez llam¨® ¡°la gran novela de Am¨¦rica Latina¡±. A la lista tradicional (nutrida de numerosos hombres) ella ha querido ¡°a?adir voces de mujer, como las de Elena Garro o de Rosario Castellanos¡¡±. As¨ª que en la historia personal de la literatura hispanoamericana del siglo XX (con boom o sin ¨¦l), dice Michi Strausfeld, ¡°he intentado rescatar las voces importantes que narraron lo que ellos vivieron y lo que les preocup¨®¡±. Por eso ha intentado llegar a los m¨¢s j¨®venes, como Rodrigo Rey Rosa o Antonio Ortu?o, que resucitan para esta ¨¦poca la violencia que ya preocupaba a sus antecesores y que ahora reaparece en la cr¨®nica negra de las drogas, la violencia machista y los feminicidios. ¡°Es bueno retroceder en la historia¡±, y ella lo hace para advertir, por ejemplo, que ¡°esa narraci¨®n de la violencia llega hasta escritoras como sor Juana In¨¦s de la Cruz, que tuvo que quemar su biblioteca¡±. Las distintas ¨¦pocas, desde Col¨®n hasta este momento, son el territorio de su narraci¨®n, una larga ¨¦poca que a ella le atrae como si la viviera ahora.
En el boom ¡°no estaban presentes las mujeres, ni en Am¨¦rica, ni en otras partes del mundo¡ Estaban relegadas a ser poetas o cuentistas. Con esas ausencias el boom se perdi¨® mucho, pero eran otros tiempos. Hasta que apareci¨® Isabel Allende con La casa de los esp¨ªritus y se produjo un cambio de actitud que ahora personalizan escritoras como ?ngeles Mastretta o Claudia Pi?eiro¡±. ?Y ya acabaron las reticencias de los descendientes del boom? ¡°Ten¨ªan que matar de alguna manera a aquellos padres poderosos; hicieron sus manifiestos y organizaron sus movimientos para decir no. En Colombia, claro, se ten¨ªan que rebelar contra Gabo. Pero ya estamos en la generaci¨®n de los nietos. ?stos lo tienen m¨¢s f¨¢cil porque han asimilado lo que han querido, pero tambi¨¦n han le¨ªdo lo que les ha dado la gana. Cada cual se forma su propio canon. Se nota en su escritura, que es muy libre y creativa y abierta a influencias del cine y otras artes¡¡±.
¡°Me regalaron conocimientos, amistad. Marcaron mi vida adulta. Como marcaron la vida de tant¨ªsima gente. Ha sido maravilloso. Eran personas maravillosas, tenerlas cerca es un premio que agradezco siempre¡±.
¡°Todo esto es formidable¡±, dice Michi Strausfeld, porque, como en la ¨¦poca del ¡°maldito realismo m¨¢gico¡±, la literatura sigue siendo el modo principal de expresi¨®n de Am¨¦rica Latina, incluidos Brasil y el Caribe franc¨®fono, que son materia tambi¨¦n de su volumen. Esta es la cr¨®nica general de su entusiasmo por la literatura que marc¨® el panorama de la imaginaci¨®n en el continente. Paz hab¨ªa dicho: ¡°La literatura es la unidad de la desunida Am¨¦rica Latina¡±. Y ella dice en su libro: ¡°El mapa literario dibujado por esta gente¡±, abuelos, hijos y nietos, ¡°rebosa calidad¡±. Es imposible darle un hachazo a aquella ¨¦poca y decir que no existi¨® ¡°porque estos pa¨ªses, desde el siglo XIX, una vez independientes, han padecido todo lo que uno tiene que padecer de dictadores. Esas peleas desunieron Am¨¦rica, pero la lengua siempre fue com¨²n, espa?ola o portuguesa; cada regi¨®n tuvo su propio pasado y su drama propio, pero que una cosa, la lengua, su gran fuerza, la uniera de tal modo, con esta gran literatura, junt¨® su presente e impulsa su porvenir¡±.
En medio de aquel boom del que ella hace cr¨®nica, los protagonistas de la explosi¨®n se conjuraron para escribir cada uno de ellos acerca del dictador que les tocara en los territorios en los que hab¨ªan nacido. Algunos cumplieron el compromiso. Pero uno contribuy¨® al estallido con una met¨¢fora bell¨ªsima, la de las mariposas amarillas, que es, como en el t¨ªtulo del libro que publica ahora Michi Strausfeld, met¨¢fora de la belleza que hoy consigue transmitir la gran literatura que asombraron a Paz y al mundo.
?Qu¨¦ le dieron los escritores a los que conoci¨® directamente? ¡°Me regalaron conocimientos, amistad. Marcaron mi vida adulta. Como marcaron la vida de tant¨ªsima gente. Ha sido maravilloso. Eran personas maravillosas, tenerlas cerca es un premio que agradezco siempre¡±.
MARIPOSAS AMARILLAS Y LO SE?ORES DICTADORES
Autora: Michi Strausfeld.
Editorial: Debate 2021.
Formato: tapa blanda (576 p¨¢ginas, 26,90 euros) y e-book (12,99 euros).