¡°La literatura para ni?os y j¨®venes es algo muy serio¡±
Le han condecorado la Orden de Alfonso X El Sabio por la creaci¨®n de las colecciones infantiles y juveniles de Alfaguara y de Siruela
?C¨®mo hacer que los chicos quieran leer?Fascin¨¢ndolos. Ofreci¨¦ndoles, gusto, placer por la lectura. Un libro que me aburra, que contenga moralina, no sirve, ?los ni?os no se merecen eso! La literatura para ni?os y j¨®venes es algo muy serio y muy dif¨ªcil de escribir, porque tiene diferentes niveles de comprensi¨®n. Cuando los leemos los adultos con ellos vemos que en la buena literatura infantil hay otro nivel m¨¢s profundo.
?Y c¨®mo se adquiere esa fascinaci¨®n? Haci¨¦ndolos participar. Se dice que los padres han de estar con los hijos, pero no se habla de la calidad de ese tiempo. Hay que estar leyendo a su lado desde que son muy peque?os: ellos querr¨¢n compartir tambi¨¦n el h¨¢bito de leer. El ni?o que tenga esa experiencia desde peque?o cuando sea grande tendr¨¢ el reto de leer por s¨ª mismo. ?Estar¨¢ orgulloso cuando sepa leer una p¨¢gina!
?Cu¨¢ndo hay que empezar? En la primera infancia. A partir de entonces ya empieza a competir el libro con el iPad, con las nuevas tecnolog¨ªas; el ni?o que nunca ha tenido el privilegio de compartir lectura lo tendr¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Octavio Paz dec¨ªa, antes de Internet, que la sociedad se dividir¨ªa en dos: una leer¨ªa, la de los ciudadanos responsables; y la otra ser¨ªa una masa que se dejar¨ªa manipular. Esta es la que les gusta a los pol¨ªticos. Por eso es tan importante fomentar la lectura en los ni?os.
?Qu¨¦ razones hay para que en Espa?a la lectura se asocie al fracaso? En la dictadura no les gustaba que la gente fuera culta. Y no hab¨ªa tradici¨®n de libros para ni?os, al contrario de lo que sucede en los pa¨ªses anglosajones, en los n¨®rdicos o en Alemania. Quiz¨¢ en esos pa¨ªses deb¨ªamos entretener las horas oscuras. Lo cierto es que en los pa¨ªses del sur se lee menos. Pero las cosas est¨¢n para cambiarlas. Jaime Salinas, con quien hice la colecci¨®n de Alfaguara, creci¨® en Estados Unidos, sab¨ªa lo que significaba la literatura infantil, empez¨® a editarla, y vimos que la sociedad espa?ola quer¨ªa esos cambios. Los padres, que no hab¨ªan tenido libros de ni?os, vieron con buenos ojos que sus hijos los tuvieran. Fue un momento muy creativo, formidable para la sociedad de los a?os 80. Y lo mismo pas¨® luego con Jacobo Siruela, cuando hice con ¨¦l la colecci¨®n de Siruela.
?Qu¨¦ inter¨¦s ten¨ªa la dictadura en que la gente fuera inculta? La gente culta es dif¨ªcil de manejar porque piensa, no est¨¢ de acuerdo, y eso es peligroso para cualquier dictadura. Por eso en todos los pa¨ªses de reg¨ªmenes dictatoriales la lectura es tan deficitaria¡ En una ¨¦poca globalizada como ¨¦sta lo que tenemos que globalizar son las cabezas de los ni?os desde peque?os, ?y globalizar los corazones! ?Que sientan empat¨ªa con lo que se les cuenta de ?frica, de Am¨¦rica Latina, del mundo! El libro es ideal para familiarizarse con el pasado. Las bibliotecas son imprescindibles para el bienestar de la democracia.
Puede ser sintom¨¢tico que colecciones as¨ª las hayan impulsado un espa?ol anglosaj¨®n como Salinas y una alemana espa?ola como usted¡ Jaime ten¨ªa su propia experiencia. Yo viv¨ªa en Espa?a y ten¨ªa un hija de cinco o seis a?os; comprob¨¦ que no hab¨ªa oferta para que ella leyera y ofrec¨ª t¨ªtulos a editores. Cuando Jaime le coment¨® a Josep Maria Castellet mis intenciones, ¨¦ste le dijo: ¡°?Ah¨ª est¨¢ esa alemana que siempre nos da la lata con los libros infantiles! ?A ver si ustedes se entienden!¡± ?Y con Jaime (como luego con Siruela y con Ofelia Grandes, que es ahora la directora de la editorial) me entend¨ª estupendamente!
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