Claudia Pi?eiro: ¡°La novela negra naci¨® para denunciar las injusticias¡±
Gran creadora de tramas y personajes, el festival BCNegra, que empieza el jueves, ha concedido el Premio Carvalho a la autora argentina
Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n (1939-2003) era como un or¨¢culo para la prensa. ?Cu¨¢l fue la trastienda de la Barcelona ol¨ªmpica? Pregunt¨¢bamos a Manolo. ?Qu¨¦ pasaba con la pol¨ªtica espa?ola? Pregunt¨¢bamos a Manolo. ?Hacia d¨®nde iba el mundo? Pregunt¨¢bamos a Manolo. El premio de novela negra que lleva el nombre de Carvalho, el gran personaje de V¨¢zquez Montalb¨¢n, ser¨¢ entregado el pr¨®ximo 31 de enero a la escritora argentina Claudia Pi?eiro. A Pi?eiro le pasa lo que a Manolo: por su papel p¨²blico en asuntos como la legalizaci¨®n del aborto, la educaci¨®n sexual, la violencia de g¨¦nero o los derechos c¨ªvicos, y por ser una persona inteligente y sensata, la prensa la busca continuamente. ¡°Es casi de chiste¡±, dice, ¡°intento no hablar de lo que no s¨¦, pero a veces una se compadece del periodista, que necesita hacer su trabajo¡¡±
El caso es que Claudia Pi?eiro sabe cosas. Muchas. Y tiene opiniones firmes. Esta conversaci¨®n se desarrolla en el apartamento bonaerense de su pareja, Ricardo Gil Lavedra, uno de los miembros del tribunal que juzg¨® a las Juntas Militares de la dictadura. La casa de ella, donde vive con sus hijos, est¨¢ en un Club de Campo, una de esas urbanizaciones cerradas y exclusivas que proliferan en las afueras nobles de Buenos Aires. Uno de sus primeros ¨¦xitos, Las viudas del jueves, transcurr¨ªa en un Club de Campo. Igual que su m¨¢s escol¨¢stica novela policial, Betib¨². En cuanto ocurre algo en un Club de Campo, la prensa tambi¨¦n la llama: se la considera especialista. ¡°Es de chiste¡¡±, repite.
Claudia Pi?eiro fue alta ejecutiva de una multinacional de auditor¨ªas y de una gran empresa de maquinaria. Dice la leyenda que un d¨ªa, durante un viaje en avi¨®n, decidi¨® ser escritora. ¡°En mi familia no hab¨ªa artistas. Mi madre no termin¨® Econ¨®micas, mi padre no termin¨® Derecho, mis abuelos eran panaderos y yo no me imaginaba como escritora. Por otro lado, mi ¨¦poca universitaria coincidi¨® con la dictadura, cuando se cerraron las facultades de Humanidades en la universidad p¨²blica, y estudi¨¦ Econ¨®micas. Es cierto lo del avi¨®n, pero fue porque vi en un diario que la editorial Tusquets convocaba un premio y lo que decid¨ª fue pedir dos meses de excedencia para escribir una novela y volver luego a mi trabajo¡±.
Ya ten¨ªa la novela comenzada cuando acudi¨® a la sede de Tusquets en Buenos Aires para conocer las bases del concurso (no exist¨ªa a¨²n internet) y descubri¨® que se trataba de La Sonrisa Vertical: la novela ten¨ªa que ser er¨®tica. Pi?eiro no desfalleci¨®. Se puso a leer literatura er¨®tica, termin¨® la obra, logr¨® ser una de las diez finalistas y ya no volvi¨® atr¨¢s. Esa primera novela no se public¨®. ¡°Anda por ah¨ª, en un caj¨®n. Supongo que est¨¢ mal escrita. No volv¨ª a leerla. Bromeo con que la dejo a mis descendientes. ?Sabe eso que dicen de las viudas de los escritores, que rebuscan en los cajones para encontrar algo que pueda publicarse? En mi caso, ser¨¢n mis hijos quienes decidir¨¢n si publican la novelita er¨®tica de su madre¡±.
¡°Me obsesiona la muerte. Y en cuanto narras una muerte violenta te desplazas hacia lo policial¡±
Pi?eiro se puso a escribir guiones para televisi¨®n y a producir unas novelas singulares, con unos personajes femeninos muy poderosos y, casi siempre, un crimen: ¡°La muerte es una de mis obsesiones, se mete en mi escritura. Y en cuanto introduces una muerte violenta, un crimen, la historia se desplaza inevitablemente hacia lo policial¡±.
Este corresponsal lamenta tener que omitir una parte interesante de la conversaci¨®n: resultar¨ªa lamentable destripar el final, generalmente astuto e inesperado, de las tramas de Pi?eiro. Se puede hablar, sin embargo, de forma gen¨¦rica. Los desenlaces de sus novelas guardan cierta relaci¨®n con los que ideaba Ricardo Piglia. ¡°Me influy¨® mucho Blanco nocturno, de Piglia. Como ¨¦l, me pregunto por qu¨¦ no soportamos no saber, y como ¨¦l soy consciente de que las reglas del juego de la narrativa policial exigen un culpable mientras en la vida, por el contrario, no siempre hay soluciones claras¡±, explica.
Letras de cine
Pel¨ªculas. Varios libros de Claudia Pi?eiro ¡ªLas viudas de los jueves, Betib¨² o Las grietas de Jara¡ª han sido adaptados al cine. Si el primero, de 2005, tiene una subtrama negra, el segundo supuso en 2011 su estreno en el policial puro. El tercero gan¨® el Premio Sor Juana In¨¦s de la Cruz a la mejor novela publicada en lengua espa?ola en 2010. Toda su obra est¨¢ publicada por Alfaguara, que ahora lanza el volumen de cuentos Qui¨¦n no y reedita la novela Elena sabe.
Premio. Antes que en Pi?eiro, el premio Pepe Carvalho de Barcelona Negra recay¨® en autores como Henning Mankell, Andrea Camilleri, Alicia Gim¨¦nez Bartlett o Donna Leon.
De ah¨ª, tras otro salto en evitaci¨®n de espoilers, se llega a la circunstancia de que en las novelas policiales de Pi?eiro los protagonistas, los ¡°buenos¡±, los investigadores, no son polic¨ªas: ¡°Despu¨¦s de la dictadura qued¨® mucha mano de obra de la represi¨®n, polic¨ªas que formaron bandas de secuestradores y de sicarios. En Espa?a, probablemente, los padres aconsejan a sus hijos que en caso de problemas busquen a un polic¨ªa. Los argentinos de mi generaci¨®n les recomendamos que busquen a un quiosquero o a quien sea, pero no a un polic¨ªa¡±. ¡°Quiz¨¢ las cosas est¨¦n cambiando un poco¡±, matiza. Pero no hay d¨ªa en que la prensa no informe de la participaci¨®n de un polic¨ªa o ex polic¨ªa en un acto criminal.
Argentina, con esa econom¨ªa que desemboca c¨ªclicamente en el desastre y con sus altos porcentajes de pobreza y de frustraci¨®n social, parece un territorio propicio para el g¨¦nero negro. Pi?eiro evoca a Petros Markaris, el escritor griego, creador del comisario Kostas Jaritos, ¡°en cuyas novelas el tipo de crimen va cambiando seg¨²n la situaci¨®n econ¨®mica¡±. En las ¨²ltimas, el crimen importa ya menos que el crimen detr¨¢s del crimen, es decir, el crimen econ¨®mico. Es el origen de la novela negra, desde la seminal Cosecha roja, de Dashiell Hammett. ¡°A veces perdemos el contexto hist¨®rico. En?Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy, se refiere un crimen en un concurso de baile. Pero el aut¨¦ntico crimen es el propio concurso de baile, en el que gana quien m¨¢s resiste y la gente muere de agotamiento porque necesita los d¨®lares del premio. Lo que McCoy denuncia es el salvajismo del capitalismo de su ¨¦poca, pero no s¨¦ si mis hijos lo captar¨ªan. La novela negra naci¨® para denunciar las injusticias de la sociedad¡±.
¡°Soy casi adicta a Twitter. Me divierto aunque el tono del debate sea bastante salvaje¡±
Claudia Pi?eiro goza de fama como constructora de tramas. Lo que m¨¢s le interesa, sin embargo, lo que mueve su escritura, son los personajes. ¡°Una inventa continuamente abismos y situaciones cr¨ªticas para saber qu¨¦ har¨¢ su personaje. David Lodge, un escritor al que admiro, dice que la novela es solo una excusa para desarrollar la conciencia del personaje, para descubrir qui¨¦n es¡±.
No se le ocurri¨®, en principio, crear un personaje para una serie, alguien como Pepe Carvalho. ¡°Despu¨¦s de publicarse Betib¨², mucha gente me dijo que los protagonistas podr¨ªan ser la base de una serie. Me convenc¨ª y me puse a escribir otra historia con ellos. Pero entonces muri¨® el fiscal Nisman, muri¨® o lo mataron, nunca sabremos, y result¨® que mi novela se basaba en algo muy parecido. Decid¨ª no seguir. S¨¦, en cualquier caso, que alg¨²n d¨ªa volver¨¢n la Nurit Iscar y el Jaime Brena de Betib¨² o la In¨¦s Pereyra de Tuya. No tengo un plan para ello, pero s¨ª un deseo que me inculcaron los lectores¡±.
Los lectores de Claudia Pi?eiro no se limitan a sus novelas. Tambi¨¦n la leen en Twitter, una red social de la que se confiesa ¡°casi adicta¡±. ¡°Entro de vez en cuando en Facebook o en Instagram, pero en Twitter me divierto, aunque el tono del debate sea bastante salvaje. Soporto mejor la brutalidad en Twitter que en Facebook, donde la gente te env¨ªa a veces textos largos, muy pasivo-agresivos, en los que te dicen barbaridades como si lo hicieran por tu bien. Y con el tiempo aprendes a no tomarte muy en serio algunas cosas¡±.
Pi?eiro fue una de las voces m¨¢s escuchadas durante la reciente batalla por la legalizaci¨®n del aborto (que fracas¨® en el Senado) y su continua presencia en las pantallas y en las redes alimentan el odio de algunos. ¡°Hace poco me enviaron en Twitter una foto de un auto Ford Falcon verde. En Argentina, ese auto significa que vienen los militares, te secuestran y te matan. La foto llevaba un mensaje, ¡°?Te olvidaste de esto?¡±, o algo as¨ª. En pocos minutos, el mensaje hab¨ªa sido denunciado miles de veces. Eso reconforta¡±.
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