Am¨¦rica Latina sigue marcando el camino de la cr¨®nica

Entre el 15 de julio y el 15 de septiembre de 1939, Michal Skibinski, que entonces ten¨ªa ocho a?os y viv¨ªa cerca de Varsovia, escribi¨® cada d¨ªa una frase en un cuaderno. Frases como ¡°He visto un precioso p¨¢jaro carpintero¡± (28 de julio) o ¡°Han empezado a racionar el pan¡± (13 de septiembre) acotan un tiempo en el que, supimos luego, estall¨® la II Guerra Mundial. La libreta fue de mudanza y mudanza hasta que lleg¨® a manos de un sobrino de Michal llamado Marcin, de quien fue la idea de publicarlo. Con delicados acr¨ªlicos de Ala Bankroft, el resultado es He visto un p¨¢jaro carpintero, un libro entre la poes¨ªa, la cr¨®nica y la ilustraci¨®n. Skibinski, que se hizo sacerdote para sordos y hoy tiene 89 a?os, dej¨® pinceladas de memoria y emoci¨®n en un ni?o asomado a la historia.

No basta para entender el mundo, pero s¨ª para asombrarse, aspiraci¨®n de toda buena cr¨®nica, algo por lo que abogan Mart¨ªn Caparr¨®s (Buenos Aires, 1957) y Agus Morales (El Prat de Llobregat, 1983) en El viejo periodismo, una conversaci¨®n entre plumillas de dos generaciones. ¡°No voy a llamarte periodista y escritor ¡ª?los periodistas no saben escribir?¡ª¡±, ironiza Morales, director de la revista 5W, adalid del largo aliento. A Caparr¨®s, perro viejo, le ¡°jode¡± la ¡°influencia¡± de ¡°ese periodismo atildado, pasteurizado, tan seguro, tan satisfecho de s¨ª mismo, tan bien afeitado que podr¨ªamos llamarlo Periodismo Gillette. (¡­) Es esa influencia del periodismo a la americana, que est¨¢ tan en boga y que a m¨ª me parece particularmente triste¡±. El librito (cabe en la palma de la mano) no tiene desperdicio: ¡°?Par¨¢! Decir ¡®periodismo de datos¡¯ es otra cosa que me enerva (¡­), el periodismo es juntar datos, y tratar de ponerlos de una manera inteligible. Hablar de periodismo de datos es como hablar de medicina de remedios¡± (Caparr¨®s). ¡°?Para ti est¨¢n en el mismo caj¨®n ficci¨®n y no ficci¨®n?¡± (pregunta Morales), y responde el argentino: ¡°Todo es escritura. La ¨²nica diferencia fuerte es el pacto¡± (no inventar). Agus Morales da en el clavo: ¡°No s¨¦ si s¨¦ escribir, pero s¨ª s¨¦ escuchar¡± (una virtud para el periodismo y para la vida). Y cuando se atreve con algo inusual en un cronista: ¡°La poes¨ªa no es ficci¨®n¡±.

En Los a?os de la espiral (la segunda d¨¦cada del siglo XXI, marcada por la volatilidad y la desaparici¨®n de tendencias anteriores), Jon Lee Anderson (Long Beach, California, Estados Unidos, 1957) prueba una vez m¨¢s por qu¨¦ es uno de los grandes reporteros de nuestra ¨¦poca. Sin caer en el Periodismo Gillette, su prosa est¨¢ siempre al servicio de la historia, nunca del lucimiento personal, no carga la suerte, va levantando capas de la cebolla (aqu¨ª venezolana, cubana, paname?a, nicarag¨¹ense, haitiana, colombiana, mexicana, brasile?a¡­) para que el lector juzgue. Hay fogonazos, como ¡°el paquete¡± (selecci¨®n de noticias y entretenimiento que se distribuye en memorias usb y que es la mayor empresa cubana, con 45.000 ¡°empleados¡± y una audiencia millonaria), y luces largas, como ¡®El se?or de la miseria¡¯ (centrado en la Torre de David caraque?a, s¨ªmbolo del fracaso de Venezuela, de c¨®mo todo lo que pudo ir mal fue mal). Este libro es la demostraci¨®n de que las cr¨®nicas de largo aliento piden ser encuadernadas. No se trata de fetichismo de la mercanc¨ªa. No leemos igual. Adem¨¢s del gran reportaje sobre La Habana de Padura, y estelas como ¡°el cuento chino¡± del canal de Nicaragua, la historia en la que vemos a otro Jon Lee es la de los mashco piro (tribu de la jungla peruana de Madre de Dios, que cuando se ve asaeteada a preguntas se desvanece). Este viaje a la Amazon¨ªa peruana recoge un debate ¨¦tico entre antrop¨®logos sobre qu¨¦ hacer con los ¡°aislados¡±, amenazados por todas las codicias.

¡°Es un muerto del agua, dice alguien al pasar. Levanto la mirada y veo a un hombre alejarse. (¡­) Se sienta en el suelo, desgonzado. La muralla de muertos le sostiene la espalda, cierra los ojos y respira hondo¡±. Hay muchas formas de arrancar una cr¨®nica, de meternos de golpe en una escena. La de Patricia Nieto (Sons¨®n, Colombia, 1968) es inconfundible, con las preguntas en alto desde ya: ¡°?Cu¨¢les palabras susurr¨® o ¡ªquiz¨¢¡ª grit¨® mientras le quitaban la vida?¡±, o: ¡°Margaritas para un escogido podr¨ªa llamarse el cuadro que observo. Las flores bordean los cuatro lados de la l¨¢pida pintada de celeste. Dos letras apenas dominan el plano y significan que all¨ª descansa un desconocido¡±. Las letras son NN (nomina nescio, guerrilleros y v¨ªctimas sin nombre que no han dejado de bajar el r¨ªo Magdalena desde 1948). All¨ª, a Puerto Berr¨ªo, se fue la cronista a contarlo. Todo un contrapunto al estilo de Jon Lee Anderson, si bajamos por el espinazo sint¨¢ctico de Am¨¦rica. La prosa de Nieto es caudalosa por la riqueza de sus afluentes, pero escribe breve, como quien busca pepitas de oro: ¡°El agua del Magdalena es insabora y tibia aunque ahora el viento trae una lluvia fr¨ªa que aporrea mi cara (¡­). ¡®El agua seda¡¯, recuerdo a una isle?a dici¨¦ndolo frente al mar¡±. Hay figuras que la cr¨®nica redime, como Francisco Luis Mesa Buritic¨¢, Pacho: ¡°En 24 a?os como propietario de la funeraria San Judas, Pacho dice haber puesto sus manos sobre 786 cuerpos de personas sin identidad conocida. Gente de las acequias, de las ci¨¦nagas, de los pozos, de los riachuelos, del r¨ªo Magdalena. Muertos del agua¡±. Como la autora dice en un estremecido ep¨ªlogo, su profesi¨®n de fe (¡°recuerdo a quienes he conocido a la vera del pabell¨®n de los olvidados¡±) es este libro. Continuar mientras haya luz, y palabras.

Su mes en el ¡®Open Arms¡¯ le sirvi¨® a Yolanda ?lvarez para reflexionarlo ahora en este libro lleno de t¨¦cnica y ¨¦tica period¨ªstica

Poder migrante hubiera llegado m¨¢s lejos si Violeta Serrano (Le¨®n, 1988) se hubiera dejado persuadir por su alma de cronista, no por el ensayo. A partir de la tesis de que quienes se han visto obligados a dejar todo atr¨¢s no son enemigos a temer, y de que ¡°nos conviene convertir a los migrantes en nuestros aliados¡±, el libro vibra con calas como la de Melilla (¡®La ¨²nica verdad es la realidad¡¯), donde da voz a un guardia civil, y se critica a los medios ¡°que llegan all¨ª con la historia que quieren contar¡± y ¡°no escuchan, no quieren comprender lo que pasa realmente¡±.

Todo lo que no hace Yolanda ?lvarez (Burjassot, Valencia, 1974) en N¨¢ufragos sin tierra. A bordo de la misi¨®n m¨¢s dura del ¡®Open ?Arms¡¯. Ella sabe que un periodista no es un activista. Su mes a bordo del Open Arms le sirvi¨® para contarlo en directo en RTVE y reflexionarlo ahora en este libro lleno de t¨¦cnica y ¨¦tica period¨ªstica. Est¨¢n las voces (Hortensia: ¡°Nadie quiere dejar su pa¨ªs para marcharse lejos¡±; Daniel: ¡°Si me devolv¨¦is a Libia, estoy muerto¡±), las emociones (¡°Sent¨ª una rabiosa tristeza¡±) y la lucha contra los lugares comunes (¡°Aquello no era lo que algunos tildaban de ¡®efecto llamada¡¯, se trataba m¨¢s bien de un efecto huida: para salvarse, ten¨ªan que escapar como fuera del horror¡±). He visto un p¨¢jaro carpintero. Han empezado a racionar el pan. La poes¨ªa no es ficci¨®n.

EL VIEJO PERIODISMO

Autores: Mart¨ªn Caparr¨®s y Agus Morales.

Editorial: 5W, 2020.

Formato: tapa blanda (154 p¨¢ginas, 12 euros).

NA?FRAGOS SIN TIERRA

Autora: Yolanda ?lvarez.

Editorial: Roca, 2020.

Formato: tapa blanda (237 p¨¢ginas, 17,90 euros).

PODER MIGRANTE

Autora: Violeta Serrano.

Editorial: Ariel, 2020.

Formato: tapa blanda (254 p¨¢ginas, 18,90 euros) y e-book (10,99 euros).

LOS ESCOGIDOS

Autora: Patricia Nieto.

Editorial: La Caja Books, 2020.

Formato: tapa blanda (218 p¨¢ginas, 16 euros).

LOS A?OS DE LA ESPIRAL. CR?NICAS DE AM?RICA LATINA

Autor: Jon Lee Anderson.

Traducci¨®n: Daniel Salda?a Par¨ªs.

Editorial: Sexto Piso, 2021.

Formato: tapa blanda (707 p¨¢ginas, 29,90 euros).

HE VISTO UN P?JARO CARPINTERO

Autor: Michal Skibinski.

Ilustraci¨®n: Ala Bankroft.

Traducci¨®n: Ewa Katarzyna Moloniewicz y Abel Murcia.

Editorial: Fulgencio Pimentel, 2020.

Formato: tapa dura (136 p¨¢ginas, 19 euros).