Lara Almarcegui: ¡°No sabemos nada de los terrenos que pisamos¡±
La artista presenta sus ¨²ltimos proyectos en una exposici¨®n en Lleida, donde profundiza en la propiedad de la tierra como asunto pol¨ªtico e indaga en el pasado geol¨®gico de la zona
El territorio urbano parece estar hecho de interconexiones, como el cerebro o el ordenador. Por ¨¦l circu?lamos casi sin transmisi¨®n de una zona a otra, en una especie de red que estructura el m¨¢s m¨ªnimo gesto cotidiano: ir de un cuarto a otro, del lugar del trabajo a casa, del metro a un ascensor, como si abandon¨¢ramos una pantalla de videojuego para pasar a la siguiente. Una cadena de micromovimientos donde la distancia f¨ªsica que nos separa de un lugar no tiene que ver con el acceso real de ese lugar, como la memoria en t¨¦rminos espaciales o los tiempos en la geolog¨ªa. Un tiempo que clama otro ritmo, pero donde parece imposible parar.
Lara Almarcegui (Zaragoza, 48 a?os) lo logra detener en una cantera situada en La Plana del Corb, el complejo industrial de Sorigu¨¦ cerca de Balaguer (Lleida), un lugar habitualmente bullicioso que ayer devino un lugar de contemplaci¨®n. Un d¨ªa entero de Gravera parada. Es uno de los proyectos que presenta en el Centre d¡¯Art la Panera, de la mano de la comisaria C¨¨lia del Diego y junto a la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Sorigu¨¦ y el CDAN de Huesca. Por un lado, es una acci¨®n donde el p¨²blico pudo pasear por una f¨¢brica sin los chorros de agua o de grava que cruje y se acumula. Por el otro, es un v¨ªdeo que re¨²ne documentaci¨®n de esa misma gravera congelada en el tiempo. Le acompa?a otro proyecto, si cabe, todav¨ªa m¨¢s may¨²sculo: el c¨¢lculo de las Rocas y materiales de la cordillera de los Pirineos (2021) que aparece en forma de mural desmenuzando cada componente, roca calc¨¢rea y marga por encima de pizarra, granito o dolom¨ªa. En total, 640.668.459.648.210 toneladas de monta?a.
Tonelada es, de hecho, una de las palabras clave dentro de su pr¨¢ctica art¨ªstica. La autora lleva a?os produciendo inventarios geol¨®gicos, recopilando el volumen o la masa de los principales componentes de museos, zonas urbanas y masas continentales. Aunque tambi¨¦n lo son demolici¨®n, excavaci¨®n, ruina, terreno bald¨ªo¡ Explorar el terreno que pisamos como quien analiza un dato o examina un cuerpo. ¡°Una idea que en geolog¨ªa es m¨¢s compleja. Explorar es se?alar, invitar a utilizar, as¨ª que hay que explorar con mucho cuidado¡±, matiza.
PREGUNTA.? ?Qu¨¦ supone parar una cantera un d¨ªa entero?
RESPUESTA.? Que no hay extracci¨®n, ni producci¨®n, ni distribuci¨®n. Que esas 1.000 toneladas de grava que se extraen cada hora de 20 metros de profundidad siguen intactas en el terreno y se retira ese material del mercado. Que no se toca el suelo y, por tanto, ni la tierra vegetal ni el campo.
P.? La grava es un conglomerado no compacto de fragmentos de roca que a¨²n no llega a ser arena. ?Qu¨¦ informaci¨®n esconde?
R.? Cada material habla de lo que ves cuando paseas, del paisaje de un lugar. La grava es fundamental para el uso en cemento y asfalto. Es un material muy demandado y, a la vez, del que hay una carencia enorme. Cada vez se permite menos sacarla de los r¨ªos, por lo que se extraen de llanuras. Tambi¨¦n del mar del Norte. En el caso de Lleida, la arena que baja en los r¨ªos viene de las monta?as, de una desintegraci¨®n permanente de los Pirineos. Los proyectos de construcci¨®n van muy r¨¢pidos y, sin embargo, los materiales son muy antiguos. He trabajado mucho sobre la ruina que mira al futuro, aunque ahora trabajo m¨¢s hacia el pasado. Lo que intento cuestionar son los tiempos de la geolog¨ªa, de las transformaciones y la artificialidad de los terrenos.
P. Y ?qu¨¦ imagen representa hoy mejor la idea de ruina?
R. Sin ser nueva, la de un edificio sin terminar. La de proyectos demasiado megal¨®manos y que se quedaron colgados.
¡°He trabajado sobre las ruinas futuras, aunque ahora miro hacia el pasado. Cuestiono los tiempos de la geolog¨ªa¡±
P.? ?Encuentra muchas heridas cuando explora el subsuelo?
R. ?Constantemente. Vivimos en constante transformaci¨®n de los terrenos que pisamos, de los que apenas sabemos nada. El mundo subterr¨¢neo es un gran desconocido. Qu¨¦ hay debajo de una ciudad, por ejemplo. Y qui¨¦n es propietario de ello¡
P.? La cuesti¨®n de la propiedad del subsuelo ya centraba su proyecto Volc¨¢n de Agras. Derechos mineros, que se expuso en el IVAM en 2019.
R. S¨ª, cada vez trabajo m¨¢s con cuestiones de extracci¨®n, pregunt¨¢ndome de d¨®nde vienen los materiales de construcci¨®n. Dependiendo de cada pa¨ªs, esa propiedad del subsuelo, lo que hay bajo un determinado terreno, suele ser propiedad de los Gobiernos o de empresas mineras que lo solicitan. Es como el aire. Es p¨²blico, pero los Gobiernos pueden dar un derecho para ocuparlo como espacio a¨¦reo. En el caso del suelo, hay derechos mineros de extracci¨®n o de exploraci¨®n. En los ¨²ltimos cinco a?os yo he conseguido varios derechos de exploraci¨®n, que en mi caso suponen una protecci¨®n de los recursos. Derechos de minerales de hierro en Noruega, Austria y Estocolmo, y la lava del volc¨¢n de Valencia que justo acabo de renovar, ya que tienen un l¨ªmite, y que acabar¨¦ perdiendo, porque a la larga implican una extracci¨®n de material.
P. ?C¨®mo de cerca est¨¢ de la idea del Antropoceno, tan teorizada ahora desde el arte contempor¨¢neo?
R.? Aunque hay cierta relaci¨®n, el Antropoceno tiene m¨¢s que ver con las ciencias naturales y la geolog¨ªa, mientras que mi trabajo tiene que ver con el hecho de mirar edificios y preguntarme de qu¨¦ est¨¢n hechos, con defender descampados. Es m¨¢s una cr¨ªtica al urbanismo, a c¨®mo se construyen las ciudades.
P. ?Y qu¨¦ esconde esa cr¨ªtica?
R.? El excesivo control que hay. Que un determinado dise?o urbano diga d¨®nde puedo estar y d¨®nde no, qu¨¦ puedo hacer y qu¨¦ no, c¨®mo tengo que colocarme¡
P.? Algo casi imposible con las restricciones impuestas por la pandemia¡
R.? En Holanda, donde vivo, no ha habido tantas imposiciones como en Espa?a, pero como artista me ha llevado a cuestionarme mi posici¨®n. Llevo a?os haciendo proyectos que hablan de la idea de parar y, de repente, lo ha hecho el planeta entero. Es como si, de pronto, hubiera un consenso social de lo que pensaba e intentaba hacer. Como si ya no pensara sola¡
Graves. Lara Almarcegui. Centre d¡¯Art la Panera. Lleida. Hasta el 30 de junio.
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