Una realidad no imaginada: los libros ¡®trans¡¯ que irrumpen en las librer¨ªas
El tenso debate social sobre los derechos de la poblaci¨®n transg¨¦nero tambi¨¦n ha dado lugar a abundantes novedades en ensayo y ficci¨®n. Estas son las m¨¢s destacadas
La guerra que algunos colectivos feministas declararon hace unos tres a?os a las personas trans se puede entender como una pelea por el coraz¨®n del feminismo: o es igualdad o es igualdad con justicia social. Tambi¨¦n se puede ver como una pugna entre la burgues¨ªa y quienes viven en sus m¨¢rgenes. O entre la l¨®gica digital y el mundo f¨ªsico. O entre un sujeto pol¨ªtico definido y otro indefinido. O entre lo apropiado y lo inapropiable. La reciente proliferaci¨®n de ensayos sobre este conflicto ofrece una abundancia de interpretaciones de todo tama?o y profundidad. Y este subg¨¦nero es solo parte del total de nuevos t¨ªtulos de autores trans que, visto en conjunto, conforma un completo y fascinante mapa sobre eso que la artista Mar¨ªa Galindo describe en Transfeminismo o barbarie (Ka¨®tica Libros) como ¡°t¨®tem de libertad que provoca envidia y veneraci¨®n, o miedo y rechazo, miedo a la libertad que representa y rechazo a la grieta identitaria que abre¡±. Es decir, la vida fuera de la norma. La vida trans.
De esa grieta identitaria se ocupa bastante Despu¨¦s de lo trans (La Caja Books), de la escritora Elizabeth Duval, estudiante de Filosof¨ªa y Letras en la Sorbona. A lo largo de ocho ensayos, Duval explora la grieta no solo entre lo trans y lo normativo, sino entre ella misma y el colectivo trans y, tambi¨¦n, la que existe dentro de su propia identidad trans. Cita las conclusiones y proclamas cl¨¢sicas de Paul B. Preciado o Sara Ahmed ¡ªque en Fenomenolog¨ªa queer (Bellaterra) augura que el g¨¦nero acabar¨¢ siendo una lengua muerta¡ª, pero las critica por falta de pragmatismo y pide ir m¨¢s all¨¢. Se pregunta si puede ser algo m¨¢s que una persona trans, y, de ser as¨ª, ?es l¨ªcito serlo cuando la amenaza que se cierne sobre su colectivo exige la mayor uni¨®n posible?
Duval es el nombre m¨¢s medi¨¢tico entre los ensayistas que llevan a?os despuntando en Espa?a, como el soci¨®logo Miquel Miss¨¦ (A la conquista del cuerpo equivocado, Egales) o el profesor de Estudios de G¨¦nero de la Universidad de Columbia Jack Halberstam (Criaturas salvajes es su segundo libro, tambi¨¦n en Egales). El psic¨®logo y activista Lucas Platero est¨¢ presente en dos importantes antolog¨ªas. La citada Transfeminismo o barbarie disecciona, a lo largo de 15 finos ensayos, la nueva ola de transfobia alimentada por el feminismo esencialista (o transexcluyente, o TERF, como lo llama el resto de las feministas para diferenciarse de ¨¦l). Ning¨²n pa¨ªs de los que tienen aprobada una ley de derechos transexuales, argumenta el libro, se est¨¢ planteando revertirlas. No suponen un peligro. Unos cap¨ªtulos m¨¢s adelante se nos recuerda la excepci¨®n: Hungr¨ªa dio un paso atr¨¢s en mayo de 2020 y hoy en sus registros civiles solo puede reflejarse el sexo de nacimiento. La amenaza que para el colectivo supone esta oleada es real.
Platero ha coordinado tambi¨¦n (h)amor6 trans (Continta me Tienes), un libro de 13 textos menos pol¨ªticos, m¨¢s personales e ¨ªntimos; tanto, que algunos rozan la narrativa, un g¨¦nero tambi¨¦n al alza impulsado por dos grandes ¨¦xitos de cr¨ªtica provenientes de Am¨¦rica Latina. Uno es Las malas (Tusquets), de la argentina Camila Sosa Villada, un cuento casi l¨ªrico sobre la maternidad de unas prostitutas travestis que encuentran a un beb¨¦ abandonado; el otro, Las biuty queens (Alfaguara), del chileno Iv¨¢n Monalisa Ojeda, una serie de relatos biogr¨¢ficos sobre la prostituci¨®n y la drogadicci¨®n en Manhattan. De firmas espa?olas, est¨¢ al caer la antolog¨ªa De nombre y hueso. Relatos oscuros trans (Egales), y el libro de relatos Pronto ser¨¦ oro y carm¨ªn (Dos Bigotes), de Vanina Bruc. Valeria Vegas, pionera a la hora de contar historias trans en Espa?a y conocida por la biograf¨ªa de La Veneno que dio t¨ªtulo a la serie de reciente estreno, public¨® hace poco Lib¨¦rate (Dos Bigotes), un compendio de vidas LGTBQI clave en Espa?a. Nos recuerda que la primera boda trans de Espa?a, la de Walkiria Montini y Mercedes Estrada el 15 de diciembre de 1989, no se hizo por amor sino en busca de amparo legal: la brasile?a Walkiria, registrada como hombre, hu¨ªa de la deportaci¨®n.
Luego est¨¢ P. Mi adolescencia trans (Continta me Tienes). En ella, Josephine Yole Signorelli, alias FumettiBrutti, recuerda en formato c¨®mic sus a?os de instituto como persona de g¨¦nero fluido. Ocurre en Catania (Sicilia) en los dos mil, aunque el sufrimiento de P. es m¨¢s bien franc¨¦s: parece vivir en el infierno de Sartre, un lugar sin espejos donde la ¨²nica forma de verse a uno mismo es a trav¨¦s de la mirada de los dem¨¢s. En el caso de P., salta aterrada de una mirada a otra, o sea, de una definici¨®n a otra: ninguna le representa del todo y por tanto todas duelen. Le ven como chico, como chica, como puta, como estudiante, como maric¨®n, como drogadicta, como bicho raro, como monstruo. Ella no es ninguna de esas cosas. No sabe qu¨¦ es, pero sabe que eso no. ¡°Me gustar¨ªa no emitir ning¨²n sonido o vibraci¨®n¡±, se explica a s¨ª misma en un momento de inusual claridad (manteniendo relaciones sexuales con un desconocido, la forma en la que P. parece buscarle sentido a su propio cuerpo). En un momento dado, su hermana peque?a le tiende un puente de forma accidental. Medio dormida ¡ªP. la ha despertado al volver de uno de sus encuentros sexuales¡ª , le explica: ¡°He so?ado que eras una chica. Manten¨ªas el corte a taz¨®n. Me dec¨ªas que me quedase tranquila¡±.
El libro se cuida de otorgarle poderes m¨¢gicos a momentos as¨ª. Si P. fuera solo una chica, su viaje terminar¨ªa con su primer tratamiento hormonal. Pero la historia ni empieza ni acaba ah¨ª: es el proceso largo y arduo, contradictorio y lleno de pasos en falso, de permitirse existir en una realidad no imaginada antes. ¡°El recorrido medicalizado tiende a normalizar los cuerpos¡±, le alerta su m¨¦dico. ¡°?Y si lo dej¨¢ramos y acept¨¢ramos las diferencias? ?Tanto miedo da la diversidad?¡±.
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