El subconsciente reprimido del arte argentino
Una exposici¨®n en Buenos Aires explora la importancia del surrealismo argentino y ensalza la obra de los artistas que convirtieron el psicoan¨¢lisis en un instrumento de creaci¨®n
Se dice que alguna vez el libertador Sim¨®n Bol¨ªvar dijo que Venezuela era un pa¨ªs de militares; Ecuador, de curas, y Colombia, de abogados. Si hubiera conocido la Argentina de las ¨²ltimas d¨¦cadas, dir¨ªa que es la tierra de los terapeutas. ¡°?Por qu¨¦ el psicoan¨¢lisis ha calado tanto en este pa¨ªs?¡±, se pregunta la comisaria venezolana Gabriela Rangel. ¡°?Por qu¨¦ el psicoan¨¢lisis lleg¨® a Argentina y se convirti¨® en una matriz de modernidad y en una matriz para leer la realidad a trav¨¦s de una explo...
Se dice que alguna vez el libertador Sim¨®n Bol¨ªvar dijo que Venezuela era un pa¨ªs de militares; Ecuador, de curas, y Colombia, de abogados. Si hubiera conocido la Argentina de las ¨²ltimas d¨¦cadas, dir¨ªa que es la tierra de los terapeutas. ¡°?Por qu¨¦ el psicoan¨¢lisis ha calado tanto en este pa¨ªs?¡±, se pregunta la comisaria venezolana Gabriela Rangel. ¡°?Por qu¨¦ el psicoan¨¢lisis lleg¨® a Argentina y se convirti¨® en una matriz de modernidad y en una matriz para leer la realidad a trav¨¦s de una exploraci¨®n del inconsciente?¡±.
Parte de la respuesta a una pregunta tan grande est¨¢ actualmente en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MALBA). Hace unos a?os, Rangel propuso, como su nueva directora art¨ªstica, una de las apuestas m¨¢s ambiciosas de la instituci¨®n: Terapia, la exposici¨®n m¨¢s importante del museo sobre el momento en el que artistas y psicoanalistas argentinos tuvieron una relaci¨®n muy estrecha. Para empezar a ver Terapia, los visitantes del MALBA deben pasar por la conservadora entrada de un consultorio, una sala peque?a con olor a pachul¨ª y m¨²sica de ascensor. All¨ª, las personas se convierten en pacientes, y est¨¢n dentro de la primera obra: Sala de Espera, instalaci¨®n de la artista Marisa Rubio.
Con casi 200 obras de m¨¢s de 50 artistas argentinos, Terapia iba a estar disponible durante cinco meses, del 17 de marzo al 16 de agosto. Un reencuentro con el arte y su potencial terap¨¦utico urgente cuando tanto la depresi¨®n como la ansiedad han aumentado durante la pandemia. Pero un mes despu¨¦s de abrir sus puertas, tras el dram¨¢tico pico de contagios de coronavirus en la capital, el MALBA se cerr¨® por segunda vez en un a?o. ¡°Las autoridades del museo tendr¨¢n que decidir si se puede extender o no¡±, dice Rangel, que renunci¨® a su puesto en mayo despu¨¦s de un a?o de intentar mantener a flote el museo a pesar de la pandemia. ¡°Es muy dif¨ªcil para m¨ª trabajar en este momento en Buenos Aires, en esta situaci¨®n epidemiol¨®gica, y por razones personales prefiero regresar a Nueva York¡±, dice la directora art¨ªstica, que trabaj¨® hace muchos a?os con pacientes de un centro neuropsiqui¨¢trico en Venezuela.
Hace dos a?os, Rangel, con los curadores Ver¨®nica Rossi y Santiago Villanueva, encontr¨® que no hab¨ªa muchas exposiciones en Buenos Aires que hubieran explicado la relaci¨®n tan estrecha que tuvieron terapeutas argentinos con pintores o escritores. As¨ª que buscaron a los hijos de los artistas, consultaron los archivos de los terapeutas, visitaron hospitales psiqui¨¢tricos, y encontraron en estos lugares la forma en la que el arte y el psicoan¨¢lisis se cruzaron y se siguen cruzando en el arte argentino.
Terapia, el resultado, se divide en 10 secciones, entre las que est¨¢n Lo Siniestro, con artistas que reflejan aquellas emociones que se guardan en la oscuridad de la mente; El Surrealismo, donde muchos de ellos desafiaron a la raz¨®n y a la l¨®gica; Los sue?os, con obras como ventanas hacia un mundo on¨ªrico; Autorepresentaci¨®n, sobre la formaci¨®n del Yo y del otro; o el Test de Rorschach, que transforma los famosos tests de manchas del psicoanalista Hermann Rorschach en obras de arte. ¡°Es inevitable, cuando hablas de psicoan¨¢lisis, hablar de surrealismo¡±, dice Rangel, sobre la sala principal de la exposici¨®n. ¡°Pero yo creo que el surrealismo ha sido reprimido del arte argentino, a pesar de que s¨ª emergi¨®, s¨ª camin¨®¡±.
Si Argentina fuera un paciente, empez¨® a reprimir al surrealismo en los a?os cuarenta cuando, dice Rangel, ¡°se impuls¨® la vanguardia concreta, abstracta, geom¨¦trica, y de alguna forma se impuso como una especie de perfil racionalista¡±. El psicoan¨¢lisis, al mismo tiempo, se hab¨ªa institucionalizado en 1942 con la aparici¨®n de la Asociaci¨®n Psicoanal¨ªtica Argentina (APA), fundada por seis psicoanalistas entre los que estaba un bohemio y amante del arte llamado Enrique Pichon-Rivi¨¨re, un hombre clave en la amistad del psicoan¨¢lisis y el surrealismo. Amigo muy cercano de varios artistas argentinos, el m¨¦dico incluso trabaj¨® con uno de ellos, Juan Battle Planas, en lo que se conoc¨ªa como el ¡°Hospital Borda¡±, o el Hospicio de las Mercedes.
¡°Es innegable que, al aceptar el surrealismo la posici¨®n rom¨¢ntica de la vida, se une a la teor¨ªa psicoanal¨ªtica, porque es la ¨²nica que explica y aclara hechos fundamentales de la existencia¡±, dec¨ªa Battle Planas. Si Argentina reprimi¨® al surrealismo, Battle Planas y un grupo peque?o eran como los sue?os siniestros que le recordaban al mundo del arte que era posible explorar en la oscuridad m¨¢s turbia del inconsciente.
Casi setenta a?os despu¨¦s, los curadores del MALBA tambi¨¦n encontraron artistas en hospicios donde, como describe la curadora Ver¨®nica Rossi, est¨¢ ¡°ese n¨²cleo del arte y la locura¡±. La artista Claudia del R¨ªo, por ejemplo, seleccion¨® algunas obras de personas en un hospital psiqui¨¢trico en la provincia de Santa Fe, adem¨¢s de exponer sus obras explorando ansiedades y sue?os. ¡°El arte es una ca¨ªda-encuentro con uno mismo o una misma,¡± dice del R¨ªo. Otra artista que no temi¨® exponer en las artes pl¨¢sticas lo m¨¢s profundo de su mente es Martha Peluffo, cuyos autorretratos de colores furiosos explorando un yo o un alter ego son algunos de los m¨¢s impactantes en los muros del MALBA.
Cuando era una estudiante de arte a comienzos de los a?os 50, Peluffo tomaba notas despu¨¦s de reunirse con su psicoanalista en la ciudad de Buenos Aires, notas que el MALBA publica en una revista que acompa?a la exposici¨®n. ¡°Me atemoriza pensar que puedo enamorarme de Ud. como hacen la mayor¨ªa de las analizadas¡±, escribi¨® Peluffo sobre su terapeuta. ¡°Me he dado cuenta de que me estudia detenidamente los gestos, tengo que hacer un esfuerzo para actuar con normalidad¡±. Como parte de la b¨²squeda de distanciarse de su figura, experiment¨® con ¨¢cido lis¨¦rgico un desdoblamiento y se vio a s¨ª misma en actitudes y colores que traslad¨® despu¨¦s a sus pinturas.
Los esbozos que realiz¨® Luis Felipe No¨¦ en el consultorio o el mural de Mis sesiones de an¨¢lisis con la psic¨®loga, hecho de palabras y trazos con los que Guillermo Iuso reflexionaba tras cada sesi¨®n durante la crisis argentina de 2001-2002, dan cuenta de la importancia de esta disciplina tambi¨¦n para muchos artistas. Otros, sin embargo, se rebelaron contra su influencia por considerarlo un espacio burgu¨¦s de normalizaci¨®n, como reflej¨® Un arte de los medios de comunicaci¨®n, obra ideada por Eduardo Costa, Ra¨²l Escari y Roberto Jacoby sobre un encuentro que en realidad nunca ocurri¨®. Los dibujos de A¨ªda Carballo y Emilia Guti¨¦rrez sobre la locura, o los ¨®leos surrealistas con colores pastel de Casimiro Domingo, son muestras de lo que han ofrecido artistas que enfrentaron enfermedades en instituciones psiqui¨¢tricas, obras que llevaban reprimidas en el subconsciente art¨ªstico, hasta que el MALBA ofreci¨® una terapia.
¡°Yo soy curadora, recuerda, que viene de la posibilidad de curar¡±, dice Rangel a El PA?S sobre la posibilidad que tiene el arte de sanar heridas profundas. ¡°Yo creo que el arte es una manera de escapar de la esfera del consumo. El arte abre unas compuertas, un tipo de pensamiento que no es necesariamente el pensamiento acad¨¦mico ni el pensamiento cient¨ªfico. Esas compuertas permiten ver y percibir, y buscar con el cuerpo unas experiencias que no tienen que ver con el consumo y que te llevan a otro tipo de realidad. En ese sentido, el psicoan¨¢lisis aspiraba tambi¨¦n a encontrar exactamente eso: la cosa m¨¢s insondable del inconsciente¡±.