¡®Mundo propio¡¯: el despertar vanguardista de la fotograf¨ªa argentina
El Malba exhibe im¨¢genes de maestros como Horacio Coppola, Grete Stern y Sameer Makarius, exploradores del lenguaje fotogr¨¢fico

En 1927, el argentino Horacio Coppola fotografi¨® su escritorio. Hab¨ªa tres cajones cerrados y el inferior estaba abierto, dejando a la vista un antifaz, una regla, una escuadra y una bombilla. Coppola, entonces con 21 a?os, lo convirti¨® en una met¨¢fora de lo urbano: imagin¨® que era la vista a¨¦rea de un edificio que en la planta baja ten¨ªa un patio con recuerdos de su infancia. Nombr¨® a esa fotograf¨ªa Mundo propio. Esa imagen da t¨ªtulo a la muestra sobre fotograf¨ªa moderna argentina del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) que podr¨¢ verse hasta junio. En ella se exhibe el trabajo de experimentaci¨®n y b¨²squeda de un lenguaje expresivo de fot¨®grafos que confluyeron en Argentina a lo largo de las tres d¨¦cadas siguientes.

"Coppola es el padre de la fotograf¨ªa moderna argentina", se?ala el comisario de la exposici¨®n, Facundo de Zuvir¨ªa. "Un a?o despu¨¦s de Mundo propio, en 1928, hizo un ejercicio con la c¨¢mara al fotografiar una bombita de luz. La fotograf¨ªa dos veces, algo se mueve y cuando revela ve la foto y no s¨®lo le gusta sino que la titula Autorretrato. Es decir, un fot¨®grafo que se ve a s¨ª mismo como luz pura. Ten¨ªa una cabeza incre¨ªble y eso lo hizo despegar de los dem¨¢s", contin¨²a De Zuvir¨ªa.
Coppola, Alicia D'Amico y Humberto Rivas son excepciones entre los maestros exhibidos: son de los pocos nacidos en el pa¨ªs sudamericano. La Buenos Aires de entreguerras atrajo a cientos de intelectuales y artistas que hu¨ªan de Europa o buscaban una vida mejor al otro lado del Atl¨¢ntico. Entre ellos, algunos se revelaron como grandes fot¨®grafos. La alemana Annemarie Heinrich emigr¨® con su familia a Argentina en 1926. Su compatriota Grete Stern lleg¨® casada con Coppola en 1935. El ruso Anatole Saderman se radic¨® en la capital argentina en 1930, el h¨²ngaro George Friedman nueve a?os despu¨¦s, el egipcio Sameer Makarius en 1953.

Casi todos retrataron esa Buenos Aires pr¨®spera y moderna que los hab¨ªa recibido y contribuyeron a convertirla en el gran centro cultural de Sudam¨¦rica. Las noches sin fin en la avenida Corrientes, el puerto, las f¨¢bricas y edificios ic¨®nicos como el Obelisco, construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la ciudad, est¨¢n entre los motivos favoritos de los fot¨®grafos modernos. "La ciudad simbolizaba la modernidad, es icono del progreso y escenario del cambio social", describe De Zuvir¨ªa.
Las escenas urbanas son mayoritarias, pero hay tambi¨¦n espacio para la naturaleza, encabezada por la impresionante serie bot¨¢nica de Saderman, y para aquellos que se mantienen ajenos a todos los cambios del pa¨ªs, como los ind¨ªgenas del Gran Chaco, en el noreste del pa¨ªs, retratados por el alem¨¢n Hans Mann.
Tambi¨¦n est¨¢ representado el peronismo, el gran motor del cambio pol¨ªtico del pa¨ªs sudamericano en esas d¨¦cadas. En una vitrina se exhiben publicaciones de la Subsecretar¨ªa de informaciones de la Presidencia durante los dos primeros mandatos de Juan Domingo Per¨®n (1946-1955) en las que "la fotograf¨ªa juega un rol destacado en la ilustraci¨®n de un relato de justicia, progreso, soberan¨ªa y paz social", seg¨²n escribi¨® el comisario en el cat¨¢logo de la muestra. A su lado est¨¢ una conmovedora fotograf¨ªa de Juan Di Sandro, que retrat¨® las calles colmadas de velas la noche de la muerte de Evita, el 26 de julio de 1952.
En la b¨²squeda de un lenguaje propio, varios fot¨®grafos tendieron hacia la abstracci¨®n y los juegos ¨®pticos, como Makarius y Ricardo Sanso. Heinrich enriqueci¨® sus retratos con t¨¦cnicas experimentales y logr¨® que casi todas las figuras del espect¨¢culo local pasaran por su estudio.
La exposici¨®n cierra con los inolvidables Sue?os de Stern, realizados a fines de los a?os cuarenta. Stern fue convocada por la revista Idilio para ilustrar semana a semana los sue?os que enviaban las lectoras a la secci¨®n 'El psicoan¨¢lisis le ayudar¨¢'. Zuvir¨ªa destaca el tono mordaz de estos fotomontajes y su mensaje, que supone "una temprana denuncia sobre el sometimiento de la mujer en la sociedad de entonces". La fot¨®grafa alemana recre¨® mujeres encerradas, perseguidas y empeque?ecidas y otras que intentan escapar a trav¨¦s de escaleras, cuerdas y acantilados. Tambi¨¦n, a bordo de descapotables, convertidas en sirenas y enamoradas de muertos.
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