Estampa buc¨®lica irreal
Carmen Losa recrea la historia de amor de dos mujeres en la Espa?a rural de los a?os treinta en una obra teatral de baja intensidad dram¨¢tica
Levante comienza en 1931 en un peque?o pueblo extreme?o. Varias mujeres cosen y canturrean con la luz del atardecer filtr¨¢ndose por las cortinas. Cuatro chicas comparten confidencias sobre sus pretendientes mientras se refrescan a la orilla del r¨ªo. Una moza llamada Susana espera en la ventana la llegada de su novio. Grupos de j¨®venes juegan a la cuerda antes del baile. Pero pronto intuimos que tras la estampa buc¨®lica se esconde una realidad turbia. La mirada inquieta de Susana no est¨¢ causada por la impaciencia de verlo, sino porque la idea de casarse con ese hombre le aterra. Se ha comprometido porque es lo que una muchacha debe hacer y no se le ocurre que pueda tomar otro camino. No es capaz de darse cuenta de que est¨¢ enamorada de su amiga In¨¦s.
Carmen Losa, autora del texto y tambi¨¦n directora de la puesta en escena estrenada en el teatro Espa?ol de Madrid, bucea en el universo femenino de la Espa?a rural de los a?os treinta a trav¨¦s de la historia de amor de estas dos muchachas. En el primer tercio de la funci¨®n asistimos con inter¨¦s a su descubrimiento: c¨®mo la pulsi¨®n va creciendo en ellas hasta que reconocen lo que les pasa. Es la parte m¨¢s palpitante, pues nos mantiene en vilo a la vez que recrea lo asfixiante que puede ser la consumaci¨®n de un destino id¨ªlico. Sobre todo para las mujeres, encadenadas por el triple yugo del patriarcado, la miseria y el analfabetismo. Pero una vez que las j¨®venes asumen su condici¨®n, la obra va perdiendo fuelle. Pasamos de un conflicto de cierta intensidad dram¨¢tica a una sucesi¨®n de escenas que hacen avanzar el argumento, pero no a los personajes, lo que hace que vayamos perdiendo el inter¨¦s en ellos. El aliento lorquiano que los sujeta al principio se desvanece.
La puesta en escena es correcta, aunque quiz¨¢ demasiado limpia. La escenograf¨ªa y el vestuario parecen dise?ados para una serie televisiva de ¨¦poca y no transmiten el contexto de miseria en el que se desarrolla la acci¨®n, sino m¨¢s bien lo contrario: ese bucolismo irreal que precisamente la obra parece querer desmontar. La falta de intensidad dram¨¢tica hace que la funci¨®n se acabe haciendo larga, a pesar de que las transiciones entre escenas son r¨¢pidas, gracias en buena parte al eficaz tratamiento de la luz de Jos¨¦ Manuel Guerra. Se echa en falta tambi¨¦n m¨¢s energ¨ªa y profundidad en la interpretaci¨®n de los actores, entre los que destacan la veterana Lola Casamayor y la joven Ana Lucas.
Levante
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