Hilma af Klint, la pionera de la abstracci¨®n convertida en fen¨®meno pop
La pintora sueca, que realiz¨® composiciones no figurativas a?os antes que Kandinsky, se ha vuelto omnipresente desde que el Guggenheim la consagr¨® en 2019. Ocho pinturas desconocidas, realizadas entre 1913 y 1915, se exponen ahora en Nueva York
Es un t¨®pico de la cr¨ªtica emparentar a Picasso y a Pollock como precursor y ep¨ªgono, respectivamente, sin contar que las musas van de un lado a otro de la historia e intervienen, azarosa pero imaginativamente, en el m¨¢s alto grado. Al estadounidense, representante del American type painting (pintura de acci¨®n, expresionismo abstracto) se le atribuye la exclamaci¨®n ¡°That guy missed nothing!¡± (?ese tipo no se perdi¨® nada!), queriendo decir que Picasso se hab¨ªa adelantado a su t¨¦cnica del dripping (goteo) consistente en arrojar la pintura desde la brocha chorreante al lienzo extendido en el suelo, sin tocarlo. En 1950, el fot¨®grafo Hans Namuth dedic¨® una sesi¨®n a grabar a Pollock en el proceso de pintar detr¨¢s de un cristal con su peculiar estilo. Ya hab¨ªa empezado a atraer la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n, que le hab¨ªan convertido en un s¨ªmbolo del arte moderno, pero en la soledad de su estudio empezaban a atormentarle las fotograf¨ªas que el alban¨¦s Gjon Mili hab¨ªa tomado de Picasso meses antes en Par¨ªs, publicadas en la revista Life, donde se ve al c¨¦lebre pintor de 67 a?os en un cuarto oscuro frente a un gran vidrio, esforz¨¢ndose para dibujar con luz ¡°algo que no pod¨ªa ver¡±.
Casi demasiado bien sabemos que uno de los placeres m¨¢s arduos del arte es su capacidad de persuasi¨®n para inaugurar o destruir una determinada distinci¨®n est¨¦tica sin que apenas tiemblen sus cimientos. Para seguir con la cuesti¨®n de la pintura de acci¨®n, imaginemos ahora el desinter¨¦s de Picasso si hubiera sabido que, nueve a?os antes que ¨¦l, la pionera del cine abstracto en Am¨¦rica, Mary Ellen Bute (1906-1983) colocada detr¨¢s de un vidrio y bien provista de botes de pintura, hab¨ªa soltado alegremente brochazos con un repertorio en blanco y negro y color de formas abstractas irreconocibles que luego trasladar¨ªa al celuloide en la pel¨ªcula Tarantella (1940), presentada ese mismo a?o en el MoMA. ?Pues claro ¡ªdir¨ªamos¡ª, siempre hay una mujer que lo ha hecho todo antes! Solo que lo descubrimos cuando los hombres, hijos de la historia, ya lo han hecho y presentado como si nadie lo hubiera hecho ni percibido antes que ellos.
En esa otra manera de llevar una singular excelencia reconocemos la obra de la artista sueca Hilma af Klint (1862-1944), de la que nadie hab¨ªa o¨ªdo hablar, o muy poco, hasta que sus pinturas abstractas asomaron discretamente en exposiciones colectivas hace menos de dos d¨¦cadas, y ya definitivamente en 2013, cuando ocurri¨® lo que se consider¨® su redescubrimiento, convertido en fen¨®meno cultural por el Moderna Museet de Estocolmo, que la present¨® como aut¨¦ntica pionera de la abstracci¨®n (por lo menos cinco a?os antes que un gigante de la pintura, Vasili Kandinsky).
Su consagraci¨®n definitiva tuvo lugar en el ¡°contenedor ideal¡±: el Guggenheim de Nueva York, cuya colecci¨®n tuvo su fundamento en la adquisici¨®n de 150 obras de Kandinsky
Su consagraci¨®n definitiva tard¨® a¨²n un lustro m¨¢s, porque deb¨ªa ser donde todo ocurre, Nueva York ¡ªno en el MoMA, que en 2012 hab¨ªa rechazado, supuestamente, la itineraria de aquel blockbuster venido de Suecia, antes de colgarla al lado de Kupka y Delaunay en la reordenaci¨®n de su permanente en 2019¡ª, sino engalanada en lo que ser¨ªa el ¡°contenedor ideal¡±, el Guggenheim, no solo porque los c¨ªrculos conc¨¦ntricos y espirales de la obra de Hilma af Klint son susceptibles de identificarse simb¨®licamente con el zigurat invertido de Frank Lloyd Wright, tambi¨¦n porque la colecci¨®n que Solomon B. Guggenheim hab¨ªa ido creando a lo largo de los a?os a instancias de la baronesa, tambi¨¦n pintora, Hilla von Rebray, tuvo su fundamento en la admiraci¨®n genuina del fil¨¢ntropo por el car¨¢cter espiritual y esot¨¦rico de la pintura de Kandinsky, de quien acabar¨ªa adquiriendo 150 obras.
Hilma af Klint. Paintings for the Future, rompi¨® todos los r¨¦cords en los 60 a?os de historia del museo: 600.000 visitantes en los seis meses que dur¨® la muestra y 30.000 cat¨¢logos vendidos. La historia del arte tiene estas extravagancias, que no excluyen la abierta iron¨ªa de suplantar ep¨ªgonos por pioneras hasta que las segundas son presentadas suficientemente fuertes como ¡°s¨ªmbolos¡± para acabar engullidas en la salchicher¨ªa de los mercados, lo que se traduce en transformar en fen¨®meno popular (ah¨ª est¨¢ el caso de la poeta Emily Dickinson) lo que en su d¨ªa se adopt¨® como sabia pasividad art¨ªstica. De repente, Hilma estaba en todas partes. El director franc¨¦s Olivier Assayas la introdujo en el argumento de su pel¨ªcula Personal Shopper, mientras que la sofisticada marca sueca Acne Studios comercializ¨® en 2014 una colecci¨®n de ropa inspirada en su obra. El inter¨¦s institucional tambi¨¦n ha ido en aumento desde entonces: nueve de sus obras forman parte de Mujeres de la abstracci¨®n, que se puede ver en el Guggenheim Bilbao tras estrenarse a comienzos de este a?o en el Pompidou, donde se expusieron 16 lienzos en total.
En sus ¨²ltimas voluntades, manifest¨® que sus cuadros no fueran expuestos hasta dos d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte en 1944, cuando contaba 81 a?os. La edad perfecta para morir, seg¨²n Dante
Aficionada al espiritismo y a la teosof¨ªa desde su juventud, a Hilma af Klint le atra¨ªa lo oculto, la desmesura y tambi¨¦n, como a la poeta de Amherst, los matices del universo, que pretend¨ªa atrapar en sus composiciones abstractas, muchas veces bajo los efectos de la hipnosis. Su legado es apabullante, cerca de mil obras, adem¨¢s de estudios bot¨¢nicos de plantas y flores, incomprensibles diagramas matem¨¢ticos y 15.000 cuadernos. En sus ¨²ltimas voluntades, manifest¨® que sus cuadros no fueran expuestos hasta dos d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte, que aconteci¨® en 1944, cuando contaba 81 a?os, la edad perfecta para morir, como escribi¨® Dante.
Desde hace unos d¨ªas, el galerista alem¨¢n David Zwirner, que gestiona desde este a?o el legado de Af Klint, presenta en su galer¨ªa de Nueva York una suite de ocho pinturas desconocidas hasta la fecha (gouaches, acuarelas y dibujos a tinta) hechas entre 1913 y 1915, y las pone a la venta con la advertencia de que las obras deben tener el destino final de una instituci¨®n de relevancia. La serie, titulada ?rbol del conocimiento, son variaciones sobre un mismo tema: el ¨¢rbol en cuyo interior hay una semilla en forma de coraz¨®n que pone en marcha escenas de implacable econom¨ªa. No hay G¨¦nesis, todo es una alegor¨ªa, un cosmos, que en su dinamismo describe la progenie de la humanidad corriente que nunca puede verse del todo. Una armon¨ªa de formas casi matem¨¢tica arrasa todo contexto, libres de la historia y las ideolog¨ªas, como si estuviera pintado por un dios o una diosa y la mano de la artista fuera el medio.
De Hilma af Klint podemos deducir que solo cre¨ªa en la realidad de sus visiones, de ah¨ª que el debate entre estilos, pioneros y descendientes sea en su caso balad¨ª. En los dibujos, saluda a sus esp¨ªritus gemelos, quienes le devuelven sobradamente el reconocimiento. Seguramente la artista nunca quiso que consider¨¢semos solo una obra, ni una vida, sino todas. Y esta ser¨ªa la lecci¨®n que podr¨ªa evitar la brutal explotaci¨®n a la que la someter¨¢n las modas. Hombre, blanco, occidental y muerto deja de ser la personalidad m¨¢s viva del planeta del arte. Urgen otras jerarqu¨ªas.
¡®Tree of Knowledge¡¯. Hilma af Klint. Galer¨ªa David Zwirner. Nueva York. Hasta el 18 de diciembre.
¡®Mujeres de la abstracci¨®n¡¯. Guggenheim Bilbao. Hasta el 27 de febrero de 2022.
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