El terror en femenino de Virginia Feito, la autora espa?ola que escribe en ingl¨¦s
La escritora madrile?a ha cautivado a la cr¨ªtica estadounidense con ¡®La se?ora March¡¯, novela que se adentra en la obsesi¨®n creciente de una mujer sumida en la espiral de las inseguridades
La peculiaridad de La se?ora March parece m¨¢s noticiosa que literaria (una escritora madrile?a que escribe en ingl¨¦s y ha sido muy bien acogida por los lectores estadounidenses) pero, afortunadamente, tras su lectura se confirma que es mucho m¨¢s literaria que noticiosa. La cr¨ªtica norteamericana ha llegado a comparar a Virginia Feito con un icono literario como Patricia Highsmith, lo que no es mala referencia literaria y esperemos, por el bien de Virginia Feito, que s¨®lo literaria. En cambio, yo creo que en esta novela interiorista y dom¨¦stica su protagonista casar¨ªa m¨¢s bien con un personaje como el de La pared vac¨ªa (Lumen) de Elizabeth Sanxay, un soberbio thriller llevado al cine por el gran Max Ophuls con un reparto estelar y que en Espa?a se estren¨® con el t¨ªtulo de Almas desnudas. Elizabeth Sanxay Holding era una escritora de novelas convencionales que vivi¨® por el mundo acompa?ando a su marido, diplom¨¢tico, y que al quedarse sola y con hijos se pas¨® a la novela negra (la de los Chandler y compa?¨ªa, no la de ahora) para sobrevivir y lo hizo con ¨¦xito. El mismo Chandler la elogi¨® sin reservas. Fue la reina del domestic noir.
En todo caso, el asunto de las comparaciones es siempre malo para un escritor porque la aspiraci¨®n de todo autor que se precie es la de ser singular. Que a alguien le digan que es el Hemingway de Castilla y Le¨®n no le hacen un favor, sino lo contrario. Virginia Feito ha creado un personaje excelente, lo ha mimado, lo ha detallado, lo ha construido y no se parece a nadie m¨¢s que a quien ella ha decidido ser con una escritura sencilla, sin grandes complicaciones expresivas y muy eficiente.
La se?ora March es una mujer de mediana edad casada con un escritor de ¨¦xito, George March, que acaba de publicar su ¨²ltima novela, la cual est¨¢ siendo un acontecimiento editorial. Pero el comentario de la dependienta de un negocio del que ella es clienta habitual desata la neurosis latente de la se?ora March: ¡°Pero es la primera vez que se inspira en usted para crear un personaje, ?no?¡±, dice la dependienta. La se?ora March, entre ofendida y estupefacta, acierta al fin a decir: ¡°?Pero la protagonista no es¡ una prostituta?¡±, y a?ade: ¡°?Una prostituta con la que nadie quiere acostarse?¡±. Y la dependienta remata la faena: ¡°Bueno, s¨ª, pero eso es parte de su encanto¡¡±.
A partir de este momento, la vida cotidiana de la se?ora March se convierte en una pesadilla que se va instalando poco a poco en sus emociones. Empieza a dudar de s¨ª misma, de su marido y, sobre todo, de la estabilidad y seguridad de su vida. Esta es la historia de una inseguridad que se va comiendo paso a paso, inexorablemente, todo cuanto hasta entonces hab¨ªa sido valioso para ella. Al construir al personaje en su d¨ªa a d¨ªa, la autora va dejando caer, como las miguitas de pan de Pulgarcito, una serie de peque?os acontecimientos y pensamientos cotidianos que, por una parte, van conduciendo al lector hacia el fin de la historia y, por otra, muestran con intensidad un caso de inseguridad obsesiva en una persona que nunca se ha planteado salir de su mundo min¨²sculo, un mundo que, sin embargo, la agobia y la reduce a la nada como una condena elegida, pero que ella no es capaz de comprender. La se?ora March es una persona que no pinta nada en el mundo de su marido, que es consciente de ello, de que no hay nada que la pueda integrar en ¨¦l o, al menos, concederle un lugar en el mismo m¨¢s all¨¢ de la mera relaci¨®n social. La se?ora y el se?or March son inexistentes como pareja y s¨®lo la costumbre los mantiene unidos. No es dif¨ªcil darse cuenta del hilo tan fino que une ambas vidas y lo sencillo de que la realidad lo corte. La se?ora March no tiene otro refugio que su imaginaci¨®n, que acaba por ser una enemiga.
En el inicio de una carrera literaria el debutante necesita disponer de una doble experiencia sin la cual escribir es como arrojarse al vac¨ªo: experiencia de la vida y experiencia literaria. La primera, es la propia de la mirada al mundo del aspirante a escritor, es decir: tiene que haber vivido lo suficiente como para haber madurado su conocimiento de la vida propia y ajena y haber colocado su mirada sobre ambas; por todo ello suele decirse que la novela es un g¨¦nero de madurez. Y la segunda es haber le¨ªdo mucho, pero mucho y, a ser posible, de verdadera calidad literaria. Conviene dejar en claro que Virginia Feito demuestra cumplir sobradamente con ambas.
Por lo dem¨¢s, si hay que constatar algunas vacilaciones en curso de la novela, ¨¦stas han de ser s¨®lo las propias de una obra primeriza: algunas repeticiones, alguna lentitud ocasional, insistencias, cierta morosidad en parte de la exposici¨®n cuando se entrelaza con el nudo, que la autora resuelve con un desenlace excelente. Pero estas vacilaciones son, en el caso presente, peccata minuta y apenas da?an la historia, son lo que podr¨ªamos llamar peajes por un oficio reci¨¦n iniciado; por todo lo cual creo que estamos ante una novela muy seria y muy, muy atractiva. Larga vida literaria a Virginia Feito.
La se?ora March
Traducci¨®n de Gemma Rovira
Ed. Lumen, Barcelona, 2022
324 p¨¢gs.
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