Lo nuevo de Thom Yorke, Stromae, Yung Beef, Grimes y otras canciones de enero
Los cr¨ªticos de ¡®Babelia¡¯ analizan los temas recientes m¨¢s destacados en todos los estilos musicales
The Smile ?¨C ¡®You Will Never Work In Television Again¡¯
El grupo integrado por Thom Yorke y Johnny Greenwood de Radiohead junto al bater¨ªa Tom Skinner, de Sons of Kemet, promet¨ªa, por los lanzamientos de sus miembros en los ¨²ltimos tiempos, mucha abstracci¨®n, mucho experimento, mucho asunto cerebral y mucho se?or en los 50 asintiendo con la cabeza mientras escucha sus canciones en la cola de alguna fruter¨ªa ecol¨®gica de gran ciudad en que tiempos recientes ha recuperado el tranv¨ªa y ampliado los carriles bici y las zonas verdes. Para sorpresa de esa facci¨®n del mundo que sigue pendiente del devenir de Radiohead, y que no solo se topa con el apellido de Greenwood en los cr¨¦ditos de alguna pel¨ªcula que le gust¨® mucho y entendi¨® lo justo, este tema es un martillazo de punk que bebe directamente de The Wipers o Stooges y tiene un t¨ªtulo que podr¨ªa haberse utilizado en alguna de las series y pel¨ªculas que se han rodado narrando la vida del fundador de Fox News, Roger Aisles. El corte es agua bendita para aquellos que a¨²n creen que The Bends es el mejor disco de Radiohead. XAVI SANCHO
Earl Sweatshirt ¨C ¡®Titanic¡¯
El segundo adelanto del nuevo disco de este rapero de Los ?ngeles es este tema que no llega a los dos minutos, pero en el que pasan infinidad de cosas. Desde que viera la luz con el brillante Some Rap Songs, Sweatshirt ha ido ganando peso. Aqu¨ª se muestra en una forma esplendorosa, clavando las palabras, fluyendo como una especia de Vince Staples sin resaca. La producci¨®n es impecable y cada recompensa de la canci¨®n que uno va quitando tras diferentes escuchas es m¨¢s gratificante que la anterior. El disco al que pertenece, Sick!, es exactamente as¨ª de bueno. X. S.
Yard Act ¨C ¡®Rich¡¯
Este cuarteto de Yorkshire se ha convertido en la sensaci¨®n alternativa de Reino Unido, cuando ya nadie pensaba que fuera a volver a existir eso de las sensaciones alternativas. Con un postpunk lleno de palabras, medio recitado, medio cantado y cargado de cencerros, bongos y dem¨¢s cacharrer¨ªa, lo suyo es una verdadera maravilla. En este corte, que a ratos parece apocado y a ratos, un ejercicio de chuler¨ªa casi agresiva, relatan las desventuras de un pobre hombre que, de la noche a la ma?ana, se hace rico. Menuda tragedia. Es divertido, es l¨²cido y se puede bailar y corear mientras se sue?a con aquello de colectivizar los medios de producci¨®n. Suena a otra ¨¦poca en lo musical, pero en lo vital parece eterno. Lo que nos da y tambi¨¦n lo que nos pide, lo hemos querido siempre y no hay motivo para que a estas alturas dejemos de desearlo. X. S.
Stromae ¨C ¡®L¡¯enfer¡¯
En un juego de artificios bastante m¨¢s interesante que el de Kanye West poni¨¦ndose un pasamonta?as, el regreso del belga Stromae ofrece una sugerente lectura: la posmodernidad ha encontrado en la m¨²sica el lugar perfecto en el que desarrollarse y contar historias. Hablamos en este caso de una canci¨®n en franc¨¦s sobre los demonios del suicidio, que sonoramente navega entre el rap experimental, las m¨²sicas del mundo y la chanson, y que fue lanzada al mundo al final de una entrevista en un telediario de m¨¢xima audiencia en una cadena privada francesa, con el int¨¦rprete a modo de mu?eco ventr¨ªlocuo moviendo los labios. El provocador mensaje ¡ªel verdadero enemigo no es Putin sino nuestras mentes, atrapadas entre el simulacro y la realidad¡ª trasciende y se muestra efectivo, especialmente cuando en los ¨²ltimos 20 segundos la canci¨®n se rompe y desgarra. BEATRIZ G. ARANDA
Silvana Estrada ¨C ¡®Ser de ti¡¯
A la formidable irrupci¨®n de Julieta Venegas, all¨¢ por finales de los noventa, le sigui¨® un buen n¨²mero de voces femeninas que incorporaron a lo largo de este siglo a la riqu¨ªsima canci¨®n latina todo tipo de perspectivas y ra¨ªces. Natalia Lafourcade fue una especie de disc¨ªpula aventajada que elev¨® a¨²n m¨¢s el nivel de admiraci¨®n hacia estas creadoras. En esta estela, y con Lafourcade salida de M¨¦xico, se reconoce el talento de Silvana Estrada, cuya voz es penetrante y cuyas composiciones de fino jazz contempor¨¢neo mezclado con la canci¨®n tradicional mexicana envuelven con la gracia de una Norah Jones en castellano. Esta canci¨®n, extra¨ªda de su nuevo disco Marchita, posee ese toque elegante y bello. Cautivadora de los pies a la cabeza. FERNANDO NAVARRO
John Mellencamp ¨C ¡®Driving in the Rain¡¯
Cantar a la vejez y desde la vejez. Ese parece ser el principal prop¨®sito que late en el nuevo ¨¢lbum de John Mellencamp, Strictly a One-Eyed Jack. Este obrero del rock norteamericano lleva lustros sobreviviendo en segunda l¨ªnea de batalla de un negocio que no encumbra a simples trabajadores de la canci¨®n. Quiz¨¢ por eso Bruce Springsteen, una superestrella que lleg¨® a donde nunca pudo Mellencamp, acompa?a a su colega en ¡®Wasted Days¡¯. Sin embargo, ese tema parece una median¨ªa en comparaci¨®n con otros que se esconden en el disco. Una de las joyas es ¡®Driving in the Rain¡¯, canci¨®n de una honestidad abrumadora sobre el placer de conducir bajo la lluvia cuando ya quedan pocos placeres y ha habido muchas l¨¢grimas derramadas por tantas despedidas. Con esa voz ronca, Mellencamp recuerda a un Tom Waits, solo que aqu¨ª calzando botas vaqueras. F. N.
Yung Beef ?¨C ¡®Ya no quiero tus besos¡¯
Resulta dif¨ªcil seguir el ritmo de Yung Beef. Ya es noticia cuando el artista granadino pasa un mes sin editar nueva m¨²sica. El sensacional Ganster Original es ya el sexto disco en un a?o y medio. Seguramente es un punto importante en su carrera, un trabajo m¨¢s aseado y accesible que anteriores entregas, quiz¨¢ el primer paso para reventar a medio plazo un WiZink Center, por ejemplo. Ojal¨¢. En este trabajo hay droga, sexo, oscuridad, palabras malsonantes¡ Material que ha tratado el trapero en toda su carrera. Pero tambi¨¦n abre la puerta a sus entra?as como pocas veces, con canciones como ¡®Ya no quiero tus besos¡¯. Con un ritmo pausado, dram¨¢tico, y los bajos bien arriba, el m¨²sico realiza uno de sus relatos autobiogr¨¢ficos que mezclan dolor y honor: ¡°Yo no estoy en primera l¨ªnea: / Cabr¨®n, haz tu diligencia y despu¨¦s me tienes envidia. / T¨² lo haces por fama y yo por mi familia¡±. Acertado en la concatenaci¨®n de ritmos y brillante en las letras. CARLOS MARCOS
Hank Idory ¨C ¡®Club de astronom¨ªa¡¯
¡°En busca de la melod¨ªa perfecta¡±. Es la frase que escribe en sus perfiles digitales Juancho Alegrete, un madrile?o residente en Valencia. Y se ha acercado mucho a su lema en Club de astronom¨ªa. Cuando arranca el estribillo de esta pieza en un cambio de ritmo monumental uno no puede evitar emoci¨®n y felicidad, la excitaci¨®n de encontrarse ante una canci¨®n colosal. Podemos citar a Teenage Fanclub, a Big Star, a Sloan, a Juan y Junior, a (claro) los Beatles¡ Unas guitarras relucientes, unas armon¨ªas vocales exuberantes, una letra hermosa¡ Ser¨ªa una pena que las canciones de Hank Idory (nombre art¨ªstico de Alegrete) se quedaran sepultadas entre tanto lanzamiento intrascendente. Un diamante entre la basura. C. M.
Hiraku Utada ?¨C ¡®Somewhere Near Marseilles¡¯
Doce minutos dan para mucho, y la estrella japonesa (la etiqueta JPop le queda muy estrella) aprovecha cada segundo. Producida por Floating Points y cantada en japon¨¦s e ingl¨¦s, ¡®Somewhere Near Marseilles¡¯ bascula entre el pop m¨¢s comercial, el house y el ambient en una canci¨®n que va a m¨¢s. No es el tema estrella del nuevo disco de Hiraku Utada, que ha vendido en dos d¨¦cadas de carrera m¨¢s de 50 millones de copias y hace ya varios a?os que empez¨® el asalto del mercado occidental, pero s¨ª el m¨¢s complejo y atmosf¨¦rico. Con una voz que puede recordar a las de las divas disco de los setenta y, por qu¨¦ no decirlo, a la Madonna de los noventa, Floating Points le ha construido una epopeya atmosf¨¦rica pensada para las pistas y que huele a verano. ??IGO L?PEZ PALACIOS
Grimes ¨C ¡®Shinigami Eyes¡¯
A Grimes se le acumula el trabajo. Adem¨¢s de estar a punto de publicar Book 1, su esperado sexto ¨¢lbum de estudio, que ha definido como ¡°una space opera l¨¦sbica¡±, y de reeditar el tercero, Visions, en el d¨¦cimo aniversario de su aparici¨®n, la canadiense acaba de anunciar un inesperado EP, que reunir¨¢ un pu?ado de descartes de las sesiones de grabaci¨®n de su nuevo disco. El primero es este tema, result¨®n pero algo decepcionante, si lo comparamos con la complejidad que desprend¨ªan algunas de las ¨²ltimas entregas de la nueva reina del avant pop, incluido su disco Miss Anthropocene (2020), que ya tuvo una acogida desigual. La progresi¨®n de esta canci¨®n ba?ada en beats sint¨¦ticos es eficaz pero bastante previsible. Tanto como su imaginario manga, inspirado en Death Note, la obra de Tsugumi Ohba, que permite que Grimes vuelva a encarnar ese papel de ni?a androide con el que se gan¨® la fama, pero que tal vez, por puro hartazgo, ya empiece a estar agotado. ?LEX VICENTE
Los Planetas - ¡®El manantial¡¯
En tiempos en los que abundan las canciones resueltas en dos estrofas cargadas de ¡ªdir¨ªan Los Punsetes¡ª ¡°poes¨ªa de tercero de EGB¡± para ¡°el hilo musical de El Corte Ingl¨¦s¡±, Los Planetas abren su nuevo disco (Las canciones del agua) probando la paciencia de los abonados al algoritmo: 12 envolventes minutos de guitarra, voz y un piano algo enf¨¢tico al servicio de uno de los menos conocidos poemas de Federico Garc¨ªa Lorca. Cuando lo habitual es tirar del neopopularismo del Romancero gitano o del surrealismo de Poeta en Nueva York, la banda de Granada recurre a una endiablada composici¨®n de 112 versos sin estribillo escrita en 1919 por un muchacho de 21 a?os que contiene ya todo su universo m¨ªstico, animista, cat¨®lico y homoer¨®tico. El resultado es antol¨®gico y de una exaltaci¨®n triste apta para estadios y para bibliotecas. JAVIER RODR?GUEZ MARCOS
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