El en¨¦simo ¡®revival¡¯ ochentero de The Weeknd y otros discos destacados
Los cr¨ªticos de ¡®Babelia¡¯ han escuchado lo ¨²ltimo de artistas de todos los estilos, desde Leonidas Kavakos a Elvis Costello y FKA twigs
El primero que dijo que el revival de los a?os ochenta ya estaba durando m¨¢s que aquella d¨¦cada, que aunque para muchos ya se hizo larga, al final termin¨® durando 10 a?os como todas, seguro que lo dijo como chiste. Pero hay chistes que se hacen realidad, normalmente a fuerza de repetirlos tantas veces que dejan de tener gracia. El revival de los ochenta, divertido y colorido ¨¦l, incluso emancipador en lo est¨¦tico y conceptual, no es m¨¢s que la jugada definitiva del sistema, que nos ha dejado durante unos a?os jugar con la idea de que pod¨ªamos tratar de recuperar tiempos pret¨¦rito...
Un pastiche muy logrado de The Weeknd
Por Xavi Sancho
El primero que dijo que el revival de los a?os ochenta ya estaba durando m¨¢s que aquella d¨¦cada, que aunque para muchos ya se hizo larga, al final termin¨® durando 10 a?os como todas, seguro que lo dijo como chiste. Pero hay chistes que se hacen realidad, normalmente a fuerza de repetirlos tantas veces que dejan de tener gracia. El revival de los ochenta, divertido y colorido ¨¦l, incluso emancipador en lo est¨¦tico y conceptual, no es m¨¢s que la jugada definitiva del sistema, que nos ha dejado durante unos a?os jugar con la idea de que pod¨ªamos tratar de recuperar tiempos pret¨¦ritos m¨¢s o menos a nuestro ritmo y gusto, para luego endosarnos la idea de que lo que realmente quer¨ªamos recuperar eran simplemente las ganas de bailar. Porque empezamos diciendo que si no se pod¨ªa bailar no era nuestra revoluci¨®n y terminamos encontrando en la R solo la palabra revival.
Si este disco de The Weeknd se hubiera publicado hace cinco a?os ¡ª?podr¨ªa haber salido entonces, o hace 10, o hace 35¡ª, tal vez la sensaci¨®n hubiese sido que, tras esto, ya no se pod¨ªa explorar m¨¢s en aquellos a?os ochenta y que tocaba, o centrarse en lo nuevo, o buscar algo nuevo que fagocitar. Pero lo cierto es que, hoy, en 2022, la propuesta del canadiense no es el inicio, ni el final, ni el punto ¨¢lgido, ni el m¨¢s bajo, de nada. Es, simplemente, otro pastiche. M¨¢s logrado que otros muchos, pero solo sorprendente dentro de la idiosincrasia del propio artista.
Dawn FM es un ¨¢lbum conceptual. La idea es que estamos escuchando una emisora de radio en un t¨²nel que es el purgatorio. Pues vale. El locutor es Jim Carrey y al autor de ¡®Blinding Lights¡¯, sencillo de r¨¦cord en las listas estadounidenses, le acompa?an en esta empresa Tyler, The Creator; Quincy Jones, o Lil Wayne. La producci¨®n corre a cargo de Max Martin, a los mandos de lo convencional, y Oneohtrix Point Never, a cargo de lo m¨¢s o menos radical. La sombra de Depeche Mode sobrevuela temas como ¡®Gasoline¡¯ y la de The Human League refresca otros como ¡®Take my Breath¡¯. En ¡®Sacrifice¡¯, Abel Tesfaye (el nombre tras The Weeknd) se presenta como un trasunto de Prince y Rick Astley, mientras que en ¡®Starry Eyes¡¯ podr¨ªa ser George Michael, o incluso Phil Collins, depende de la maldad que uno aplique. No hay apenas temas malos. Tampoco buenos. Eso s¨ª, lo que ofrece aqu¨ª Tesfaye es su disco m¨¢s coherente y narrativo de su carrera, un ejercicio de estilo alrededor del techno pop ochentero en lo musical y de las relaciones de pareja en lo narrativo. Las letras est¨¢n llenas de frases grandilocuentes sobre el amor y el da?o que hace. Versos que parecen sacados de galletitas chinas, de tazas de caf¨¦, de amigos de esos que tanto te dan consejos sobre tu ex como sobre qu¨¦ criptomoneda es la mejor.
Hay dos maneras de enfrentarse a este disco, porque este disco pide que te enfrentes a ¨¦l, si no lo haces, te devora. Una es desde las referencias que maneja, lo que es peligroso para la salud y desde aqu¨ª no recomendamos. La otra, desde el desconocimiento o la amnesia, lo que ayuda sobremanera a apreciar sus manierismos y sus hechuras de obra definitiva. Aunque, en realidad, no lo es. Ni por lograda ni por ¨²ltima.
The Weeknd. ¡®Dawn FM¡¯. Universal.
Leonidas Kavakos se da de la mano con Bach
Por Luis Gago
Las Sonatas y Partitas de Bach trascendieron inalcanzablemente cualesquiera intentos anteriores por hacer del viol¨ªn un instrumento autosuficiente. Sin dejar de ser esencialmente mel¨®dico, aqu¨ª hace suyos por fin con naturalidad desaf¨ªos polif¨®nicos y contrapunt¨ªsticos que muy pocos deb¨ªan de haber sospechado hasta entonces. Estos retos han seguido si¨¦ndolos para todas las generaciones de violinistas que se han enfrentado a estas obras, con descalabros hist¨®ricos (Jascha Heifetz), aciertos milagrosos (Nathan Milstein) y todas las posibilidades intermedias. Leonidas Kavakos llega a ellas en su absoluta madurez y de su versi¨®n llaman especialmente la atenci¨®n tres aspectos: la naturalidad con que afronta la selva de dificultades t¨¦cnicas, lo que produce versiones tersas, fluidas y carentes de cualquier tensi¨®n; la gran variedad de golpes de arco, a¨²n mayor cuando decide resaltar los ritmos danzables de las Partitas; y la riqueza y pertinencia de la ornamentaci¨®n, habitual en interpretaciones historicistas, pero mucho m¨¢s infrecuente en el ¨¢mbito moderno en que se mueve el violinista griego. Mordentes, trinos, apoyaturas, leves transformaciones r¨ªtmicas y una o varias notas de paso salpican de fantas¨ªa la ejecuci¨®n de Kavakos y otorgan todo su sentido a las repeticiones, aunque a veces adorna tambi¨¦n sin ellas y cuando parece virtualmente imposible, como en el ¡®Preludio¡¯ de la Partita n¨²m. 3, una sucesi¨®n virtualmente ininterrumpida de semicorcheas. Es tambi¨¦n un maestro de la traducci¨®n de los pasajes polif¨®nicos, sin una sola brusquedad al enfrentarse a los temibles acordes de hasta tres y cuatro notas, y tanto las tres fugas como la Ciaccona conocen versiones de una pieza, con una l¨®gica y claridad como pocas veces han podido escucharse. Mientras tantos y tantos se chocan contra el muro de este Bach senza Basso, Kavakos parece ir de la mano con el compositor, sobrado de recursos t¨¦cnicos y hablando su mismo idioma, en un di¨¢logo hondo y sincero, planteado de t¨² a t¨², todo lo cual lo convierte sin duda en uno de los mejores int¨¦rpretes de estas seis obras.
Leonidas Kavakos. ¡®Bach: Sonatas y Partitas para viol¨ªn solo¡¯. Sony, 2 CD
La alta fidelidad de Elvis Costello
Por Fernando Navarro
A Elvis Costello hay que reconocerle por encima de todo su capacidad para ser fiel a s¨ª mismo y al mismo tiempo sonar relevante. No necesita epatar con sonidos a la ¨²ltima ni experimentaciones forzadas para sonar moderno. Es un ser moderno desde el primer d¨ªa que cogi¨® una guitarra y con una profundidad de campo apabullante. Su f¨®rmula es sencilla: poner todo su conocimiento al servicio de su pundonor y arrebato art¨ªsticos. Su nuevo disco es un ejercicio de oficio con su particular ¨ªmpetu juvenil, aunque ¨¦l y su banda de siempre sean ancianos. Por momentos, Costello y los suyos muestran tics conocidos, pero palpita ese pop-rock ingl¨¦s de alta cilindrada, elegante y algo urgente. Como si grabasen con el hambre de la primera vez. Admirable
Elvis Costello & The Imposters. ¡®The Boy Named If¡¯. EMI.
¡®FKA twigs: freak forever¡¯
Por Beatriz G. Aranda
En ¡®Honda¡¯, una de las 17 canciones del tercer disco de FKA twigs, el rapero Pa Salieu pregunta: ¡°?Seguir¨¢s siendo una freak con 50 a?os?¡±. M¨¢s all¨¢ de la est¨¦tica y un lenguaje corporal extremo, las composiciones de la brit¨¢nica, que descansan sobre v¨ªnculos pasionales, no muestran una rara manera de pensar, pero s¨ª fragilidad, algo que coloca a Twigs por encima de la media. En Caprisongs los temas funcionan como universos, con las melod¨ªas rompi¨¦ndose sobre bases afrobeats, y dibujando la cosmovisi¨®n de c¨®mo funciona el hip hop a gran escala: colaboraciones (interesantes Jorja Smith y Shygirl, adem¨¢s de la producci¨®n ejecutiva de El Guincho), autotune ¡ªen ¡®Meta angel¡¯, subido de escala y sorprendente¡ª y flirteos con la m¨²sica coral.
FKA twigs. ¡®Caprisongs¡¯. Young-Atlantic /Warner.
Silvana Estrada asciende al olimpo de la canci¨®n popular
Por Javier Losilla
Tras Lo sagrado (2016), con el guitarrista Charlie Hunter, y el EP Primeras canciones, la mexicana Silvana Estrada (24 a?os) sube ahora con Marchita a ese olimpo de la canci¨®n popular en el que brillan artistas como Natalia Lafourcade y Mon Laferte. Mas la suya es una mirada panamericana, fijada en iconos como Chavela Vargas, Mercedes Sosa, Violeta Parra y Chabuca Granda. Marchita es un ¨¢lbum de canciones de duelo por la p¨¦rdida del primer amor. Los textos, de una madurez apabullante, son dichos con una voz repleta de matices, apurando el sentido de cada estrofa. Musicalmente ¨ªntimo, sobrio y rotundo, con el cuatro como bander¨ªn de enganche, transita por un espacio simb¨®lico en el que el folclore se enreda con el pop de c¨¢mara y las cadencias de jazz.
Silvana Estrada. ¡®Marchita¡¯. Glassnote / Sony
Dave Liebman, el heredero de Coltrane
Por Yahv¨¦ M. de la Cavada
Si hablamos de saxofonistas influidos por John Coltrane, podemos nombrar docenas; pero de herederos directos, de m¨²sicos que han sabido tomar su testigo y desarrollarlo dignamente, Dave Liebman es sin duda uno de los pocos que podr¨ªamos se?alar. Coltrane siempre ha estado muy presente en su m¨²sica, aunque no siempre tan expl¨ªcitamente como en este ¨¢lbum, sexto en su carrera dedicado ¨ªntegramente al repertorio del maestro. Liebman, uno de los m¨¢s grandes saxofonistas vivos, afronta esta m¨²sica de la mejor manera posible: partiendo de la esencia de Coltrane, no de su lenguaje, evitando un ejercicio de nostalgia y creando un ¨¢lbum personal, variado y moderno gracias a los ingeniosos arreglos, la frescura de las interpretaciones y un esp¨ªritu de b¨²squeda que mantiene intacto a su 75 a?os.
Dave Liebman Expansions. ¡®Selflessness, the Music of John Coltrane¡¯. Dot Time / Distrijazz
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