En la mente de Rask¨®lnikov
Pau Carri¨® asume el reto de adaptar la monumental ¡®Crimen y castigo¡¯, de Dostoievski, en un espect¨¢culo de m¨¢s de cuatro horas que se concentra en las dudas y remordimientos del protagonista
En Crimen y castigo, Fi¨®dor Dostoievski explor¨® la atormentada psicolog¨ªa de Rodi¨®n Rask¨®lnikov, el joven y alcoholizado exestudiante de Derecho que comete un doble asesinato que, en apariencia, no le genera sentimientos culpables. Dar vida teatral a tama?o personaje es el reto que asume el director Pau Carri¨® en la adaptaci¨®n, de desmesurada duraci¨®n y desigual resultado, que acaba de estrenar en el ...
En Crimen y castigo, Fi¨®dor Dostoievski explor¨® la atormentada psicolog¨ªa de Rodi¨®n Rask¨®lnikov, el joven y alcoholizado exestudiante de Derecho que comete un doble asesinato que, en apariencia, no le genera sentimientos culpables. Dar vida teatral a tama?o personaje es el reto que asume el director Pau Carri¨® en la adaptaci¨®n, de desmesurada duraci¨®n y desigual resultado, que acaba de estrenar en el Lliure de Montju?c, con el actor Pol L¨®pez en la piel del protagonista.
Condensar esta novela de 650 p¨¢ginas, plagada de debates morales, mon¨®logos y subtramas, es tarea imposible, pero hablamos de teatro, y lo que importa es la agilidad y el impacto emocional de lo que acontece en escena. La versi¨®n se centra en la relaci¨®n de los personajes m¨¢s cercanos a Rask¨®lnikov, que son los que agitan sus dudas y remordimientos. De hecho, Carri¨® le da forma de thriller policial y psicol¨®gico.
La propuesta funciona bien en muchas escenas: mantiene los temas centrales de la novela en una espiral que juega con los pensamientos del protagonista y el peso que ejercen sobre su conciencia los personajes que m¨¢s le importan. En otras escenas, se echa en falta mayor concisi¨®n y capacidad de s¨ªntesis, virtudes muy estimables en todos los g¨¦neros literarios. En esta adaptaci¨®n, que tambi¨¦n firma Carri¨®, hay descripciones y soliloquios tan largos que lastran el pulso de un espec?????t¨¢cu??lo que roza las cuatro horas. El primer acto, de m¨¢s de dos, deja exhausto, con ca¨ªdas de tensi¨®n y momentos farragosos. Pol L¨®pez cae en el exceso en esta primera parte, con una caracterizaci¨®n histri¨®nica y gritos excesivos, incluso en pasajes que permitir¨ªan un tono m¨¢s interiorizado. Pero, en la segunda mitad, la actuaci¨®n se hace m¨¢s convincente, con un tono y una gestualidad mejor calibrada en sus grandes escenas con Sonia y, de forma especial, con M¨ªriam Iscla, actriz maravillosa que interpreta al inspector Petrovna del libro, aqu¨ª convertido en inspectora.
El espacio esc¨¦nico dise?ado por Sebasti¨¤ Brosa es un acierto. Una gigantesca bolsa de pl¨¢stico desciende del techo y, en ocasiones, atrapa y expulsa a los actores, que en los bien trabados cambios de escena transportan mesas y sillas en un escenario abierto. Los objetos son m¨ªnimos; basta un colch¨®n que cae del techo para situarnos en el cuartucho de San Peters?burgo en que malvive el protagonista. La m¨²sica electr¨®nica de Arnau Vallv¨¦ es la inquietante banda sonora concebida para agitar al espectador ante los dilemas que plantea Rask¨®lnikov en su febril drama interior.
¡®Crim i c¨¤stig¡¯. Texto: Fi¨®dor Dostoievski. Direcci¨®n: Pau Carri¨®. Teatre Lliure Barcelona. Hasta el 4 de marzo.
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