Rask¨®lnikov, el protagonista de ¡®Crim i c¨¤stig¡¯, vuelve a dudar de sus actos en catal¨¢n
Nueva traducci¨®n del cl¨¢sico de Dostoievski a los 92 a?os de la hist¨®rica que realizara Andreu Nin
?Puede justificarse el mal, es l¨ªcito hacerlo, si con ello se consigue un bien mayor, quiz¨¢ colectivo? Crey¨¦ndolo inicialmente as¨ª, el m¨ªsero exestudiante de 23 a?os de familia humilde Rask¨®lnikov descarga el hacha sobre la vieja usurera Aliona Iv¨¤novna y su hermana. Y aqu¨ª empiezan la escisi¨®n interior, el cisma que predestina su propio nombre (raskol), las dudas, la culpa o lo del fin y lo medios que marcan al protagonista de Crim i c¨¤stig, una de las novelas capitales del XIX. El torturado personaje de Fedor Dostoievski levant¨® el arma y dud¨® en catal¨¢n en 1929 (Proa), en traducci¨®n directa del ruso (y desde Rusia) del pol¨ªtico e intelectual Andreu Nin, de la que se dijo que era la primera ¨ªntegra en Occidente y ¡°de las mejores que se han dado en un idioma de ra¨ªces no eslavas¡±, en opini¨®n de Josep Pla. Casi un siglo despu¨¦s, Rask¨®lnikov repite acci¨®n y remordimientos bajo la voz del traductor y ling¨¹ista Miquel Cabal Guarro, para la edici¨®n de la colecci¨®n Bernat Metge Universal.
¡°En estos tiempos con tendencia a relativizarlo todo y a lanzar y repetir esl¨®ganes sin pensarlo mucho, Dostoievski es justo lo contrario: plantea grandes dilemas morales, escribe para responder las grandes preguntas: qu¨¦ es y c¨®mo afrontar el mal, la inocencia, la fe, la condici¨®n humana¡¡±, recita Ra¨¹l Garrigasait, presidente de La Casa dels Cl¨¤ssics, surgida a rebufo de la hist¨®rica colecci¨®n Bernat Metge de cl¨¢sicos griegos y latinos, ahora bajo el paraguas del grupo multimedia Som. Tras promover nuevas versiones de la Iliada y Robinson Crusoe (traducidos en su momento tambi¨¦n por t¨®tems como Carles Riba y Josep Carner), ahora llega la del drama de Rask¨®lnikov, quien afronta dos visiones irreconciliables: ¡°Es la ¨¦tica cristiana, la que defiende a la persona como terreno sagrado, inviolable, aunque sea mala, y la ¨¦tica del utilitarismo, que busca el bien mayor, aunque sea pisando a la persona¡ Algo de esos planteamientos hemos visto en esta pandemia¡±, lanza Garrigasait. Y a?ade como otras brasas ardiendo atizadas por el escritor ruso ¡°si un criminal puede recuperar la inocencia; si se puede atravesar el territorio del mal y salir moralmente indemne, bien; si la bondad reside en las personas marginadas¡ Y Dostoievski lo aborda sin bromitas ni iron¨ªas: es una obra sin parang¨®n en la historia de la literatura¡±, concluye el editor, que cre¨ªa necesaria ¡°una traducci¨®n para ser le¨ªda en el siglo XXI¡±.
Crim i c¨¤stig est¨¢ tan cargada de reflexiones y expediciones morales a lo m¨¢s hondo del alma humana (¡°Fuera de Dostoievski, nadie me ha ense?ado nada en psicolog¨ªa¡±, afirm¨® Friedrich Nietzsche) como de trampas ling¨¹¨ªsticas. ¡°Dostoievski escrib¨ªa como le daba la gana¡±, constata Cabal, que ya abord¨® anteriormente la particular gram¨¢tica del ruso al verter Apunts del subs¨°l (2002). ¡°Tiene un estilo original¨ªsimo y a la vez extremadamente incorrecto, roto, nervioso (¡) pero es inseparable del contenido, con el que forma un todo ¨²nico¡±, alert¨® ya en 1929 Nin, que logr¨® un dif¨ªcil equilibrio entre fidelidad al original y respeto a la idiosincrasia del autor ruso. ¡°No fue el caso de Nin, que hizo una buena versi¨®n, pero los traductores plancharon mucho el estilo de Dostoievski, creyendo que estaba mal escrito¡±, ilustra Cabal.
Una ¡°gram¨¢tica propia¡±
Una de las causas que generaban esa sensaci¨®n era, como califica el traductor, que ¡°practicaba la objeci¨®n de conciencia a la norma y a las convenciones tipogr¨¢ficas, especialmente por lo que respecta a la puntuaci¨®n y al uso de las cursivas¡±. Esa puntuaci¨®n es de las pocas cosas que Cabal se ha permitido corregir en tanto ¡°el lector actual arrastra ya un bagaje sobre esas convenciones gr¨¢ficas que le sirven de llave para leer, lo que no ocurr¨ªa con sus lectores coet¨¢neos, que no era ni el 1% de la poblaci¨®n¡±, fija. S¨ª ha respetado su ¡°ca¨®tico¡± uso de cursivas y comillas porque ¡°ayudan a entender los acentos estil¨ªsticos que se traslucen del texto¡±. El escritor ruso lleg¨® a defender: ¡°Cada autor tiene un estilo propio y, por tanto, una gram¨¢tica propia¡± y, ante ello, un corrector ¡°ha de ser capaz de adivinar¡± su ortograf¨ªa.
El otro gran reto para Cabal ha sido ¡°la mezcolanza, el vocabulario Frankenstein que utiliza Dostoievski¡±, donde cada personaje utiliza la lengua rusa seg¨²n su funci¨®n social. Y as¨ª asoman vulgarismos, extranjerismos, dialectalismos, registros cultos, l¨¦xico burocr¨¢tico¡, ¡°una polifon¨ªa de voces muy diferentes que dialogan entre ellas y dicen cosas distintas, contradictorias y complementarias, como las mismas ideas que destila la novela¡±. Cabal admite que el catal¨¢n no es rico en esas formas coloquiales del habla. Y es ah¨ª donde apunta veladamente que puede haber ido m¨¢s all¨¢ que la versi¨®n de Nin: ¡°En lo coloquial, ¨¦l no fue tan atrevido, esos fragmentos los literaturiz¨® m¨¢s; Josep Maria de Sagarra, en la ¨¦poca, le critic¨® que se hubiera desconectado de esa habla coloquial, que atribuy¨® a los a?os que llevaba viviendo en Rusia¡±, enmarca Cabal, quien tampoco ha utilizado dialectos del catal¨¢n, sino que ha recurrido a ¡°buscar formas antiguas o coloquiales¡±.
¡°Los conflictos de Dostoievski son a¨²n nuestros conflictos¡±, dice el escritor Francesc Ser¨¦s en el pr¨®logo a una edici¨®n de casi 700 p¨¢ginas (34,95 euros), que incluye una nota y un listado sobre los personajes y un ep¨ªlogo del traductor, como la edici¨®n de 1929 llevaba un proemio de Nin, que criticaba la libertad a la que parece tener derecho el hombre superior, como apunta Dostoievski, de quien se cumple el bicentenario de su nacimiento. ¡°No tiene raz¨®n Rask¨®lnikov porque su soluci¨®n es individualista, quiere resolver el problema solo¡ La sociedad no la puede modificar un individuo solo sino toda una clase. El h¨¦roe es fuerte cuando se apoya en la masa¡±, escribi¨® Nin, influido por sus profundas creencias comunistas, que le llevaron a la muerte por orden de Stalin.
Cabal recuerda que abord¨® la traducci¨®n en plena pandemia, situaci¨®n que hizo emerger ¡°episodios de la bondad m¨¢s desprendida y la maldad m¨¢s mezquina¡±, capaces todos de ¡°cr¨ªmenes, castigos y perdones¡±. Un periodo en el que ¡°el mundo parec¨ªa que quisiera dar la raz¨®n a Rask¨®lnikov. Una raz¨®n que ¨¦l no querr¨ªa tener me parece. Que Dostoievski no querr¨ªa tener¡±. O s¨ª. E invita a leer el libro. O sea, a entrar en la cabeza de Rask¨®lnikov cuando alza el hacha.
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