La ¡®Lengua madre¡¯ que explica mil maneras de venir al mundo

Ser madre o no serlo, he ah¨ª el dilema universal que Lola Arias ejemplifica mediante nueve casos diversos en Lengua madre, ¨¢gil documental esc¨¦nico sobre el deseo de procrear, que se representa en el madrile?o Teatro Valle-Incl¨¢n. La joven directora y autora argentina viene cosechando ¨¦xitos notables con espect¨¢culos sobre la supervivencia en los m¨¢rgenes del libre mercado (El arte de hacer dinero, protagonizado por mendigos, m¨²sicos callejeros y prostitutas); la experiencia socialista en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (Atlas del Comunismo); los equilibrios que se ven obligados a hacer los adolescentes afganos, sirios y somal¨ªes que buscan asilo en Europa (Futureland), etc¨¦tera.

Lengua madre habla de la procreaci¨®n, con un sesgo evidente: a trav¨¦s de los testimonios de personas que pudieran ser representativas de modelos de maternidad alternativos. Todas ellas se interpretan a s¨ª mismas: Paloma Calle tuvo un hijo mediante un ¨®vulo de su pareja; Silvia Nanclares invirti¨® la herencia paterna en un proceso de fecundaci¨®n in vitro; Pedro Fuentes tuvo un beb¨¦ mediante gestaci¨®n subrogada; Rub¨¦n Castro, nacido mujer, engendr¨® ¨¦l mismo a su v¨¢stago, de cual se siente padre; Candela Sanz pari¨® a Simone en el seno de una tribu okupa¡­

Las epopeyas personales que van desgranando los antes mencionados y el resto de sus compa?eras interesan porque suenan ciertas. En conjunto, sus relatos son un compendio de formas de entender la sexualidad y la maternidad muy diferentes de la manera un¨ªvoca que promueven los colegios cat¨®licos, a los que fueron de ni?as Paloma y Candela. Sin embargo, entre las intervenciones que se suceden, despuntan por su urgencia las de Besha Wear, congole?a que tiene diez hermanos. Mientras sus compa?eras de escenario manifiestan inquietudes propias de quienes se hallan en una situaci¨®n relativamente confortable, Wear habla desde un lugar en el que se vio abocada a arrojarse al r¨ªo de la vida sin flotador. Tambi¨¦n contrasta vivamente con los de sus compa?eras el relato autobiogr¨¢fico, a ras del suelo, de Susana Cintado, de profesi¨®n fontanera.

Lola Arias nos emocion¨® hasta la l¨¢grima con Campo minado (2018), espect¨¢culo agon¨ªstico donde confrontaba las contradictorias versiones argentina y brit¨¢nica de la Guerra de las Malvinas, a trav¨¦s de los testimonios de tres veteranos de cada bando. El discurso de los int¨¦rpretes de Lengua madre, en cambio, est¨¢ perfectamente acordado y concertado. En esta funci¨®n no hay asomo de controversia hasta muy al final, cuando Laura Ord¨¢s pone en duda la pertinencia del deseo de tener hijos en circunstancias biol¨®gicamente adversas. Tambi¨¦n Silvia y Paloma critican muy de pasada la mercantilizaci¨®n del embarazo y le ponen objeciones al alquiler de ¨²teros. Sus peros llegan tarde y sin empuje. ?No ser¨ªa m¨¢s interesante subir tambi¨¦n al escenario a madres que se vieron obligadas a entregar a sus hijos en adopci¨®n o en acogida o que alquilaron su vientre por necesidad?

Los nueve coprotagonistas se mueven resueltamente. Todos ellos tienen su aquel. Arias ha sabido sacar lo mejor de cada uno: no hay diferencias cualitativas entre la labor de los no profesionales de la escena y la de las actrices Laura Ord¨¢s y Eva Higueras, madre de un ni?o de Burkina Faso, cuyo proceso de adopci¨®n nos relata a lo largo de una escena desopilante. El comienzo del espect¨¢culo es prometedor: po¨¦tico, pol¨ªtico y did¨¢ctico al mismo tiempo, pero, al cabo, Lengua madre toca demasiados temas sin centrarse en ninguno ni abrir debate sobre ellos. El testimonio en primera persona que Paloma ofrece sobre el maltrato a su beb¨¦, es un par¨¦ntesis inquietante, que preludia un final nada esperanzador. El p¨²blico del estreno aplaudi¨® con vehemencia el trabajo de todo el equipo.

¡®Lengua madre¡¯. Texto y direcci¨®n: Lola Arias. Teatro Valle-Incl¨¢n. Madrid. Hasta el 10 de abril.

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