¡®La novela posible¡¯, una obra haci¨¦ndose

En la convivencia interdependiente de tres discursos narrativos se dirime la posibilidad de esta novela, a la que se alude en el t¨ªtulo. Nunca ha sido Jos¨¦ Mar¨ªa Merino un escritor acomodaticio o que se apoltrone en una f¨®rmula de ¨¦xito, y para quienes no lo sepan ¨¦l mismo lo aclara en una confidencia final (¡°En todas las f...

En la convivencia interdependiente de tres discursos narrativos se dirime la posibilidad de esta novela, a la que se alude en el t¨ªtulo. Nunca ha sido Jos¨¦ Mar¨ªa Merino un escritor acomodaticio o que se apoltrone en una f¨®rmula de ¨¦xito, y para quienes no lo sepan ¨¦l mismo lo aclara en una confidencia final (¡°En todas las ficciones que tramo me gusta ensayar algo que no haya hecho antes¡±) que vale por una declaraci¨®n de intenciones sobre su apuesta en esta ocasi¨®n: ¡°Conjuntar una novela hist¨®rica, una autoficci¨®n ¡ªcon cuentos intercalados¡ª y un relato sentimental¡±. El prop¨®sito es tan obvio que esta cortes¨ªa explicativa era innecesaria. Cualquier lector comprobar¨¢ el met¨®dico trenzado de esos tres discursos: el esbozo biogr¨¢fico de la pintora Sofonisba Anguissola, las notas del confinamiento del propio Merino y la ¡®Terapia de Tere¡¯, el mon¨®logo de una vecina suya admiradora tambi¨¦n de Sofonisba y v¨ªctima de una relaci¨®n amorosa t¨®xica con el mezquino Fortu. Poco a poco, la inconexi¨®n inicial de estos tres hilos narrativos progresa entrecruz¨¢ndose hasta conformar una unidad cuyo sentido se halla en la confrontaci¨®n de dos artistas fascinantes: la hist¨®rica disc¨ªpula de Miguel ?ngel y el ficticio pintor Fortu. Frente al talento humanista y desprendido de Sofonisba, el talento ruin y egoc¨¦ntrico del tal Fortu.

El relato que compacta el conjunto son los apuntes de vida cotidiana durante la pandemia, en los que la lentitud y reiteraci¨®n de acciones, el recuento de contagios y v¨ªctimas, el diapas¨®n diario de rutinas (el tel¨¦fono, la sesi¨®n telem¨¢tica de la RAE) crean una sensaci¨®n de tiempo suspendido o muerto. De ese tiempo vacante nace en el Merino de la novela la idea de novelar la vida de Sofonisba a la vez que descubre con incredulidad (y unos prism¨¢ticos) que su vecina Teresa est¨¢ leyendo una biograf¨ªa de la pintora en la que encuentra (esto ¨¦l lo descubrir¨¢ m¨¢s adelante) la contrafigura moral de su insufrible novio. El lector har¨¢ bien en recelar de Teresa y sospechar que se trata de una fabulaci¨®n del Merino ficcional, que ha creado al personaje ¡ªy por ende a Fortu¡ª para satisfacer una necesidad interna de su proyecto de novela: ella va a redactar, con ¨¢nimo terap¨¦utico, una cr¨®nica de su desencanto amoroso en forma de mon¨®logo dirigido a s¨ª misma, un documento ¨ªntimo que acabar¨¢ en las manos de su vecino Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, quien, claro est¨¢, sabr¨¢ insertarlo, como contrapunto, en su ¡°novela posible¡±. De este modo, en la obra que nosotros leemos, cada discurso est¨¢ regido por una persona verbal: la tercera del narrador omnisciente (vida de Sofonisba), la segunda de Tere observ¨¢ndose en el espejo de su escritura y la primera de Merino, t¨ªtere y titiritero a la vez.

La destreza t¨¦cnica de Merino hace que la imbricaci¨®n de los tres discursos acabe funcionando, pero no puede decirse que posean un grado de vigor e inter¨¦s equivalentes. La biograf¨ªa de la gran artista del Renacimiento resulta plana, sin vuelo m¨¢s all¨¢ de los datos enciclop¨¦dicos, y con alg¨²n hiato (de 35 a?os) no bien resuelto; en las notas de confinamiento aguardan pocos alicientes, si bien algunos son apetitosos, como los minicuentos incrustados (es excelente ¡®El reencuentro¡¯ como segunda parte del c¨¦lebre ¡®Ecosistema¡¯); la historia de Tere y Fortu, sin embargo, se desarrolla con br¨ªo narrativo y el complejo psicol¨®gico que componen (la obnubilaci¨®n decreciente de ella, la cicater¨ªa y rasgos psic¨®ticos de ¨¦l) logra seducir al lector. Quiz¨¢ sea suficiente para una novela ¡ªo metanovela¡ª haci¨¦ndose, pero no estoy seguro de que lo sea para una novela hecha.

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