El Prado agranda su visi¨®n del arte con Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana
La pinacoteca salda parte de su deuda hist¨®rica con la pintura femenina con la muestra 'Historia de dos mujeres', que re¨²ne por primera vez las obras de estas dos figuras destacadas del Renacimiento europeo
No fueron las primeras en ser consideradas artistas, pero s¨ª puede hablarse de dos pioneras indiscutibles del arte occidental. Las italianas Sofonisba Anguissola (Cremona, 1535 - Palermo, 1625) y Lavinia Fontana (Bolonia, 1552 - Roma,1614) fueron dos mujeres capaces de ascender los pelda?os que llevan hasta las compuertas del club de los genios, formado casi en exclusiva por hombres. El Museo del Prado, que ya en 2016 abri¨® sus puertas a la flamenca Clara Peeters, ensancha ahora la celebraci¨®n de su bicentenario con las dos artistas m¨¢s importantes del Renacimiento europeo. Con la exposici¨®n?Historia de dos pintoras, que incluye 65 obras procedentes de una veintena de colecciones europeas y americanas, se demuestra que hubo diferentes maneras de entender el arte de la pintura. La muestra, que se inaugura hoy martes, se podr¨¢ ver hasta el 2 de febrero.
Leticia Ruiz, jefa del departamento de Pintura Espa?ola hasta 1500, es la comisar¨ªa de un proyecto con el que el Prado considera que se debilita el techo de cristal. Tanto Ruiz como Miguel Falomir, el director de la instituci¨®n, aseguran que la presencia de mujeres en la pinacoteca es ya un hecho, aunque resulta innegable que las cifras de la colecci¨®n permanente no pueden compararse con las de los artistas hombres. De las m¨¢s de 8.100 obras que posee el Prado (unas 1.300 en la colecci¨®n permanente), 69 pertenecen a mujeres (33 son de pintoras; 12 de artistas contempor¨¢neas fruto de donaciones y 24 de dibujantes y ayudantes del taller de litograf¨ªa), y de ellas se exhiben 12 (siete en el edificio de Villanueva y otras cinco en esta exposici¨®n temporal). En el almac¨¦n se encuentran depositadas 16 pinturas y 18 m¨¢s se reparten en diferentes instituciones.
Nacidas en Italia con dos d¨¦cadas de diferencia, no consta que las pintoras llegaran a conocerse, aunque Lavinia Fontana s¨ª tuvo conocimiento de la obra de Anguissola. Ambas comparten el gusto por el retrato y el autorretrato y la afici¨®n por el dibujo. Las dos alcanzaron el ¨¦xito en su tiempo, aunque despu¨¦s de su muerte fueron relegadas al olvido. Cuando los historiadores verificaban que una obra estaba realizada por una autora, la cotizaci¨®n econ¨®mica bajaba. De todas maneras, Leticia Ruiz recuerda que la maldici¨®n del olvido despu¨¦s de haber triunfado en vida tambi¨¦n la han sufrido pintores, como fue el caso de Caravaggio.
La muestra arranca con un recorrido biogr¨¢fico de las dos pintoras a partir de sus autorretratos. De Anguissola se cuenta que tanto cuando se pintaba a s¨ª misma como cuando retrataba a otros, le gustaba recrear momentos de la vida cotidiana. Tambi¨¦n que defin¨ªa la personalidad de cada personaje con un libro o con un instrumento musical. Muy activa en la corte de Felipe II, donde lleg¨® en 1559 como dama de compa?¨ªa de la reina Isabel de Valois, su cargo ensombreci¨® su labor art¨ªstica porque, como explica la comisaria, ¡°no hab¨ªa parang¨®n entre ser pintora o una gran dama de la Corte¡±.
De Lavinia Fontana, hija y esposa de pintores, comenta Ruiz que logr¨® ser una de las artistas m¨¢s reconocidas de su ¨¦poca gracias a convertirse en la pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII y Paulo V. Hay constancia de que realiz¨® 135 obras, de las que se conservan 32 pinturas firmadas y fechadas, lo que la convierte en la mujer con el mayor n¨²mero de piezas registradas antes del siglo XVIII. Como su admirada Anguissola, los ropajes de sus retratados est¨¢n llenos de detalles que hablan de la categor¨ªa y de los gustos del personaje. La obra Retrato de dama con cuatro j¨®venes. El arreglo de la novia (hacia 1600) da idea de ese amor por el detalle.
Puede que sea en los temas mitol¨®gicos, no obstante, donde Lavinia Fontana subraya su car¨¢cter m¨¢s rompedor. Su Minerva visti¨¦ndose, de 1613, con la que arranca el recorrido de la exposici¨®n, muestra a la diosa desnuda transformada en una Venus; un alarde de osad¨ªa que se repite casi al final del recorrido con el espectacular lienzo Marte y Venus, de 1595, prestado por la casa de Alba. ¡°Fontana fue la primera artista que realiz¨® composiciones mitol¨®gicas, donde adem¨¢s de desarrollar su capacidad de invenci¨®n, tuvo que adentrarse en la representaci¨®n del desnudo, un terreno vetado a las mujeres¡±, explica la comisaria, quien concluye recordando que, pese a los prejuicios que suponemos, Fontana fue una adelantada en todo a su tiempo.Tuvo en su propia casa un ejemplo de conciliaci¨®n: madre de once hijos, aunque s¨®lo le sobrevivieron tres, estaba casada con el pintor Gian Paolo Zappi, artista que trabajaba en el taller de su padre y que colaboraba en las tareas dom¨¦sticas.
Babelia
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