¡®Nudos de vida¡¯, el gran Gracq

Era, a mi entender, el mejor prosista de la Francia del siglo XX, aunque quiz¨¢s tambi¨¦n uno de los mejores moralistas del siglo XVIII, y si bien Julien Gracq siempre trabaj¨® de profesor de geograf¨ªa, su pasi¨®n predominante era la geolog¨ªa. Cuando divisaba una colina, no ve¨ªa, como nosotros, un mont¨®n de tierra y piedras cubiertas m¨¢s o menos de vegetaci¨®n, sino que percib¨ªa las imponentes y ocultas fuerzas que mov¨ªan miles de toneladas a lo largo de los siglos. Es decir, conoc¨ªa la vida secr...

Era, a mi entender, el mejor prosista de la Francia del siglo XX, aunque quiz¨¢s tambi¨¦n uno de los mejores moralistas del siglo XVIII, y si bien Julien Gracq siempre trabaj¨® de profesor de geograf¨ªa, su pasi¨®n predominante era la geolog¨ªa. Cuando divisaba una colina, no ve¨ªa, como nosotros, un mont¨®n de tierra y piedras cubiertas m¨¢s o menos de vegetaci¨®n, sino que percib¨ªa las imponentes y ocultas fuerzas que mov¨ªan miles de toneladas a lo largo de los siglos. Es decir, conoc¨ªa la vida secreta de las formaciones geol¨®gicas, sus debilidades, su destino, su condena. Como un traumat¨®logo que no ve la perfecci¨®n craneal de Scarlett Johansson, sino la presi¨®n del arco superciliar y el empuje de los p¨®mulos, signos certeros de un pasado mongol.

Tristes ¨ªbamos sus lectores desde que muri¨® en 2007 cuando, por milagro, en 2021 aparecieron 29 cuadernos, etiquetados Notules, en la Biblioteca Nacional de Francia. Algunos no se podr¨¢n leer hasta 2027 porque contienen severos juicios de Gracq sobre sus contempor¨¢neos, maldita sea, pero otros, los reunidos bajo el t¨ªtulo de Noeuds de vie, s¨ª se han podido editar y aqu¨ª est¨¢n en valios¨ªsima traducci¨®n de Llu¨ªs Maria Tod¨® como Nudos de vida. Gracq, siempre cuidadoso con sus lectores, explica en qu¨¦ consisten estos ¡°nudos¡±, lo dice as¨ª: ¡°Cuando la Tierra cuente con veinte mil millones de personas y se debata y se hunda como un hombre engullido en la papilla ¨²nica y sofocante de lo social, deseo tan solo que mis libros sean testimonio de una ¨¦poca en la que todav¨ªa hab¨ªa en el planeta algunos intersticios de vida y soledad, espacios de aguas que no eran enteramente aguas gastadas, un poco de aire que todav¨ªa no ten¨ªa el sabor de los pulmones de nuestro pr¨®jimo¡±.

Eso es exactamente lo que vive en estos fragmentos deliciosos, inteligentes y l¨ªricos, testimonios de un hombre que a¨²n camina por senderos boscosos, campi?as abandonadas, marismas sin fuerza, pueblos sin alma monumental, intentando recuperar la vida de la Tierra para un individuo, uno solo, fuera de la ¡°papilla sofocante de lo social¡±. Y tambi¨¦n juicios, frases y comentarios literarios de una especie que ya no existe: los de un escritor que detestaba y escapaba de la vida social literaria, rechazaba los premios y el reconocimiento, llevaba la vida asc¨¦tica de un solitario provinciano.

Este hombre, que perteneci¨® al Partido Comunista de Francia para combatir en la clandestinidad a los nazis, comentaba al cabo de los a?os la c¨¦lebre frase de Marx: ¡°Ya est¨¢ bien de comprender el mundo: ahora se trata de transformarlo¡±. Y bien, comenta, eso es lo que hemos hecho en el ¨²ltimo siglo y siempre de un modo m¨¢s acelerado, de tal manera que cada vez comprendemos menos. Y a?ade algo terrible: ¡°Me parece que el hombre siente una familiaridad mucho mayor con el mundo surgido del G¨¦nesis que con el ser y sobre todo el devenir de lo que ha creado ¨¦l mismo¡±. O sea, m¨¢s cerca de Ca¨ªn y Abel que de la ingenier¨ªa gen¨¦tica. Y un solo miedo universal, el terror ante ¡°el estado vampiro¡±, un ¡°ogro obsceno y terror¨ªfico que se tambalea en medio de un inmenso reba?o de hombres desnudos¡±.

Los de la editorial Ediciones del Subsuelo han apostado por unos textos magn¨ªficos y tremendos de los que escasamente se pueden vender unos cientos de ejemplares, pero por lo menos que no les quepa la menor duda de que es el libro m¨¢s actual y m¨¢s ¨²til que conozco. ?Y, cielo santo, incluso en traducci¨®n, qu¨¦ prosa!

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