¡®Econom¨ªa en Transici¨®n¡¯, el precio de ser europeos

¡°Hay que encontrar una idea-fuerza, el relato, un punto de vista para contextualizar lo sucedido en Espa?a en el ¨²ltimo medio siglo de nuestra historia¡±, escrib¨ªa Joaqu¨ªn Estefan¨ªa en el arranque de su magna cr¨®nica econ¨®mica La larga marcha (2007). Y el argumento de la obra fue la consecuci¨®n de una ¡°utop¨ªa factible¡±: todo lo sucedido para que Espa?a volviese a su lugar natural, es decir, a ser un pa¨ªs europeo a la a...

¡°Hay que encontrar una idea-fuerza, el relato, un punto de vista para contextualizar lo sucedido en Espa?a en el ¨²ltimo medio siglo de nuestra historia¡±, escrib¨ªa Joaqu¨ªn Estefan¨ªa en el arranque de su magna cr¨®nica econ¨®mica La larga marcha (2007). Y el argumento de la obra fue la consecuci¨®n de una ¡°utop¨ªa factible¡±: todo lo sucedido para que Espa?a volviese a su lugar natural, es decir, a ser un pa¨ªs europeo a la altura de los tiempos. Lograrlo ten¨ªa implicaciones en m¨²ltiples dimensiones. Para empezar, en pol¨ªtica exterior, como cont¨® el diplom¨¢tico Francisco Villar en La transici¨®n exterior de Espa?a y tuvo su memorable escenificaci¨®n con la firma del Tratado de Adhesi¨®n en 1985. Pero llegar a ese momento hab¨ªa exigido impulsar una serie de transformaciones estructurales, como describe con meticu?losidad acad¨¦mica este nuevo volumen coordinado por los profesores De la Torre y Rubio-Varas.

Lo que aqu¨ª se muestra, con datos y gr¨¢ficos, es un complejo proceso de saneamiento y refuerza la hip¨®tesis de que la transici¨®n institucional ¡ªesencialmente la que va desde la elaboraci¨®n de la Ley para la Reforma Pol¨ªtica hasta el refer¨¦ndum de la Constituci¨®n¡ª fue una de las m¨²ltiples que se produjeron en un periodo de tiempo m¨¢s amplio del que impone la cronolog¨ªa tradicional. M¨¢s amplio, pero sin retrotraernos a 1959. Hay un mito que presenta el Plan de Estabilizaci¨®n como el minuto cero de la liberalizaci¨®n y, asociado a ese mito, la mixtificadora caracterizaci¨®n de la tecnocracia franquista como un caballo de Troya de la democratizaci¨®n. Ni de co?a. Ni en lo pol¨ªtico ni en lo econ¨®mico. Una cosa fue desactivar la autarqu¨ªa y dejarse tutelar por las instituciones internacionales para evitar la quiebra y otra distinta era la liberalizaci¨®n real.

La hip¨®tesis central de Econom¨ªa en Transici¨®n es que solo a partir de 1976 pudo empezar el desmontaje del marco institucional del intervencionismo desarrollista y su reemplazo por unas instituciones y reglas de juego propias de las democracias europeas y de libre mercado, que obligaban a cambios que iban desde la adopci¨®n de una nueva fiscalidad hasta fijar la mec¨¢nica de las relaciones laborales. Lo m¨¢s interesante del caso espa?ol es que esa transformaci¨®n sist¨¦mica ¡ªcon los Pactos de La Moncloa como piedra de toque¡ª tuvo que realizarse sincronizada con la pol¨ªtica y, a la vez, con una de las mayores transiciones de la era industrial, la provocada por el eclipse del keinesianismo y la crisis del petr¨®leo, cuya factura se estuvo pagando mucho m¨¢s tiempo que los pa¨ªses de nuestro entorno.

La convergencia entre esas transiciones se va mostrando en los diversos cap¨ªtulos. Es acertado verlo en el campo empresarial con los ejemplos de internacionalizaci¨®n de la farmac¨¦utica de los Ferrer Salat o de la ingeniera T¨¦cnicas Reunidas, nutrida en ese espacio de poder fascinante que fue el Urquijo. Pero pocos casos son tan reveladores como aquellos que afectan a la crisis del modelo financiero y la del sistema bancario y, sobre todo, el precio pagado por la dependencia energ¨¦tica, que nos hac¨ªa vulnerables. No valdr¨ªa, por tanto, la lectura entusiasta de esos a?os en lo que respecta a la econom¨ªa. ¡°La incertidumbre pol¨ªtica y el envilecimiento de la coyuntura econ¨®mica entre 1976 y 1981 mov¨ªan m¨¢s al des¨¢nimo que al triunfalismo¡±. Y la conciencia de ello explica la continuidad efectiva entre las pol¨ªticas econ¨®micas de centristas y populares, seguramente porque no hab¨ªa otro camino si la meta era Europa.

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