¡®U. S. 1¡¯, la politizaci¨®n de la intimidad

El mito del pionero est¨¢ tan arraigado en la sociedad estadounidense que impregna toda su cultura. Incluso cuando hablamos de poes¨ªa: igual que Kenneth Rexroth fue pionero beat (anticip¨¢ndose en preferencias e influencias) Muriel Rukeyser (1913-1980) se anticip¨® a la generaci¨®n de Adrienne Rich en la ¡°politizaci¨®n de la intimidad¡±, expresi¨®n que Rich us¨® para referirse a Rukeyser reivin...

El mito del pionero est¨¢ tan arraigado en la sociedad estadounidense que impregna toda su cultura. Incluso cuando hablamos de poes¨ªa: igual que Kenneth Rexroth fue pionero beat (anticip¨¢ndose en preferencias e influencias) Muriel Rukeyser (1913-1980) se anticip¨® a la generaci¨®n de Adrienne Rich en la ¡°politizaci¨®n de la intimidad¡±, expresi¨®n que Rich us¨® para referirse a Rukeyser reivindic¨¢ndola, c¨®mo no, como pionera. La obra de Rukeyser impact¨® enseguida en el medio po¨¦tico estadounidense. Su primer libro, Teor¨ªa del vuelo, fue elegido en 1935 para su publicaci¨®n en la prestigiosa Yale Series of Younger Poets. Tres a?os despu¨¦s publicar¨ªa U. S. 1, el libro que ahora traduce brillantemente Ruth Llana, quien firma junto a Unai Velasco un pr¨®logo ejemplar que sit¨²a el libro en su contexto hist¨®rico y nos da todas las claves precisas para abordar su lectura.

Rukeyser comienza a escribir sus poemas cuando la est¨¦tica modernista (Stevens o Moore, Williams o Doolittle) est¨¢ ya asentada. Como se?alan Llana y Velasco, ¡°los preceptos de impersonalidad po¨¦tica defendidos por ese primer modernismo ¡ªpreceptos que todav¨ªa hoy restringen nuestras ideas sobre est¨¦tica¡ª dieron poco despu¨¦s un giro hacia lo personal, lo social y lo pol¨ªtico¡±. Aplaudo el inciso y sigo. La U. S. 1 del t¨ªtulo es la autopista que conduce desde la frontera de Maine con Canad¨¢ hasta Florida, y es una especie de columna vertebral de los Estados Unidos atl¨¢nticos. No es casual que Rukeyser elija algo tan tangible como emblema de su libro: ella misma distingui¨® entre los poemas basados en hechos sin verificar, o subjetivos, y los apoyados en pruebas materiales, los que prefiere. No es de extra?ar que William Carlos Williams, que alab¨® el libro, no pudiera evitar decir que para algunas de las cosas que conten¨ªa estaban mejor los peri¨®dicos.

U. S. 1 se divide en tres secciones. ¡®El libro de los muertos¡¯ surge como respuesta al ¡°desastre del t¨²nel de Hawks Nest¡±, un accidente minero cuya cr¨®nica del suceso y del juicio posterior, entrelazada con ecos del Libro egipcio de los muertos, le sirven para reelaborar la narrativa ¨¦pica del viaje de los pioneros. ¡°M¨²sica nocturna¡± retrata la t¨ªpica urbanizaci¨®n de clase media estadounidense; o m¨¢s exacto ser¨ªa decir, su subconsciente. Por ¨²ltimo, ¡®Dos traves¨ªas¡¯, re¨²ne dos poemas largos, ¡®El crucero¡¯ y ¡®Mediterr¨¢neo¡¯, que arranca con la evacuaci¨®n de los estadounidenses que participaban en los Juegos Ol¨ªmpicos Antifascistas de Barcelona cuando estall¨® la guerra civil espa?ola. En su novela autobiogr¨¢fica Savage Coast (Rata) cuenta su experiencia personal de esos primeros d¨ªas de la guerra.

?Es Muriel Rukeyser algo m¨¢s que una pionera? ?Podemos leerla sin justificar nuestra lectura en funci¨®n de quienes vinieron despu¨¦s, sin tener que prepararnos para ello con un pr¨®logo minucioso como quien visita una ruina? Sin duda que lo es. Inicia un camino que no toda la poes¨ªa posterior sigui¨® (pienso en un poema mucho m¨¢s ¡°cl¨¢sico¡± como ¡®Llegada a Santos¡¯, de Elizabeth Bishop, una d¨¦cada posterior, en contraposici¨®n a su ¡®La carretera¡¯), un camino que, m¨¢s que buscar la esencia de una sociedad, busca interrogarse acerca de sus contradicciones y miserias. Y lo hace con un lenguaje a la altura de su b¨²squeda moral. Escribe, como afirma en ¡®Curso¡¯, ¡°a?os antes de actuar cuando solo el deseo / tiene munici¨®n suficiente para amenazar la debilidad, / cuando al prosperar los descubrimientos hablamos / y deseamos un mundo / que solo por desearlo no nacer¨¢¡±. Rukeyser no hace acuarelas a base de carretillas y ciruelas; hace radiograf¨ªas con banqueros y mineros muertos con la esperanza de que sirvan de gu¨ªa para curar los males de nuestro mundo. Otro oficio de paciencia.

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