La biograf¨ªa definitiva de Robert Oppenheimer, el padre de la bomba at¨®mica
¡®Prometeo americano¡¯ recopila 30 a?os de investigaciones sobre el auge y ca¨ªda del cient¨ªfico que puso su talento al servicio del arma definitiva
Hay varios aspirantes al inc¨®modo t¨ªtulo de padre de la bomba at¨®mica. Se le puede adjudicar a Albert Einstein, que al escribir en 1905 la ecuaci¨®n m¨¢s famosa de la historia, E=mc2, revel¨® al mundo que una peque?a cantidad de materia (m) se puede transformar en una enorme cantidad de energ¨ªa (E) al multiplicarse por el cuadrado de la velocidad de la luz (c2), que es un n¨²mero gigantesco. O se le puede atribuir a Leo Szil¨¢rd, el exc¨¦ntrico f¨ªsico h¨²ngaro que en 1939 visit¨® a Einstein en Long Island y le convenci¨® de que los nazis pod¨ªan hacerse con las abundantes reservas de uranio del Congo Belga. O tal vez a Alexander Sachs, el economista de Lehman Brothers que percibi¨® de inmediato que, si era posible dise?ar un arma con el poder destructivo que predec¨ªan aquellos f¨ªsicos, Estados Unidos deb¨ªa construirla. Y desde luego al presidente Franklin Delano Roosevelt, que se tom¨® en serio todo lo anterior y financi¨® el proyecto Manhattan para crear aquel artefacto mort¨ªfero.
Pero todos ellos palidecen frente a Robert Oppenheimer, el jefe cient¨ªfico del proyecto Manhattan, su demiurgo y su inspiraci¨®n, el im¨¢n que atrajo al mejor talento de la f¨ªsica de la ¨¦poca y lo puso al servicio del m¨¢s espantoso de los fines militares, el arma definitiva, el vector llamado a cambiar la historia del siglo XX. Su biograf¨ªa de referencia, Prometeo americano; el triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer, de Kai Bird y Martin Sherwin, llega a las librer¨ªas espa?olas muy bien editado por Debate, y en un momento muy oportuno. Christopher Nolan estrenar¨¢ en junio su pel¨ªcula Oppenheimer, basada por entero en este libro, as¨ª que es un buen momento para leerlo.
Prometeo americano es una obra monumental. Tanto el columnista Bird como el historiador Sherwin son especialistas en el desarrollo del armamento nuclear, y estuvieron treinta a?os investigando toda fuente de carne o papel relacionada con Oppenheimer. Se public¨® en ingl¨¦s en 2005 y obtuvo el premio Pulitzer al a?o siguiente. Sherwin muri¨® en 2021. La edici¨®n espa?ola mide 859 p¨¢ginas e incluye dos cuadernillos de fotos dignos de mirarse con parsimonia. Porque esta no es solo la historia de un cient¨ªfico jefe de cient¨ªficos en un remoto laboratorio de alto secreto de Los ?lamos, Nuevo M¨¦xico, sino tambi¨¦n la de un chaval hijo de emigrantes jud¨ªos en la Nueva York de principios del siglo XX, de su ascenso como h¨¦roe americano y de su bajada a los infiernos del macartismo.
El apodo de Prometeo encaja bien con Oppenheimer. No solo porque ese tit¨¢n de la mitolog¨ªa griega rob¨® el fuego a los dioses y se lo entreg¨® a los hombres ¡ªesta es la parte m¨¢s obvia de la analog¨ªa nuclear¡ª, sino tambi¨¦n porque Zeus se agarr¨® tal berrinche por ese acto de traici¨®n que hizo clavar a Prometeo al monte C¨¢ucaso para que un ¨¢guila le comiera el h¨ªgado de forma repetitiva y cruel. Pese a que el artefacto creado en Los ?lamos bajo su direcci¨®n hab¨ªa resuelto la II Guerra Mundial a favor de su pa¨ªs, y de la manera que m¨¢s pod¨ªa satisfacer a los halcones de Washington, fue el propio Partido Republicano el que empez¨® a desconfiar del f¨ªsico en los a?os cincuenta y acab¨® por destruir su vida y su reputaci¨®n en nombre de la reci¨¦n nacida guerra fr¨ªa.
Oppenheimer hab¨ªa vivido de joven la Gran Depresi¨®n de 1929 y el auge del fascismo en Europa ¡ªestudi¨® F¨ªsica Cu¨¢ntica en Alemania en los a?os veinte¡ª y se enrol¨® en movimientos sociales de Nueva York donde hab¨ªa comunistas y otros simpatizantes de izquierdas que luchaban contra la discriminaci¨®n racial y la desigualdad econ¨®mica. M¨¢s tarde, ya despu¨¦s de Hiroshima y Nagasaki, y como muchos otros cient¨ªficos que hab¨ªan estado bajo su direcci¨®n en Los ?lamos, se convirti¨® en un activista contra la proliferaci¨®n nuclear. Cuando los republicanos accedieron al Gobierno en 1953, los militares y estrategas que defend¨ªan el uso masivo de bombas at¨®micas se hicieron con un asiento en la Casa Blanca, y pronto dirigieron su punto de mira hacia Oppenheimer, el h¨¦roe cient¨ªfico de la guerra y la voz m¨¢s inc¨®moda que se obstinaba en alzarse contra su estrategia. Eso fue el final de su imagen p¨²blica y de su influencia intelectual. Zeus no perdona.
Los autores citan al novelista neoyorquino Edgar Doctorow, que escribi¨® en 1986: ¡°No nos hemos quitado la bomba de la cabeza desde 1945. Primero fue el armamento, despu¨¦s la diplomacia. Ahora es la econom¨ªa. ?C¨®mo podemos suponer que algo tan poderoso, tan monstruoso, no va a conformar despu¨¦s de cuarenta a?os nuestra identidad? El gran g¨®lem que hemos construido contra nuestros enemigos es nuestra cultura, la cultura de la bomba: su l¨®gica, su fe, su visi¨®n¡±. Una visi¨®n que no acaba de disiparse en nuestros d¨ªas, y que acaso no lo haga nunca.
Los autores compilaron para este libro miles de documentos en archivos de medio mundo, estudiaron todos los escritos de Oppenheimer, hablaron con sus familiares, sus colegas, sus amigos, sus jefes militares y sus contactos pol¨ªticos. Tambi¨¦n revisaron los miles de p¨¢ginas que el FBI reuni¨® sobre ¨¦l a lo largo de un cuarto de siglo de vigilancia persistente y no siempre justificable. A falta de ver la pel¨ªcula de Nolan, y mientras un nuevo Shakespeare no dedique una tragedia al padre de la bomba at¨®mica, la biograf¨ªa de Bird y Sherwin es lo mejor que tenemos para asomarnos a ese abismo inconcebible.
Prometeo americano. El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer
Traducci¨®n de Raquel Marqu¨¦s Garc¨ªa
Debate, 2023
859 p¨¢ginas, 29,90 euros
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