¡®La conjura contra Porky¡¯: Sobredosis de fin del mundo
En su nueva novela, el indomable Fernando Vallejo despliega el relato introspectivo de un suicida que contempla la Tierra tras un holocausto nuclear
Embute mucha dinamita el colombiano Fernando Vallejo en estas ¡°memorias o novela¡± para hacerla explotar desde las primeras l¨ªneas. Nada nuevo, se dir¨¢, para quienes hayan le¨ªdo El desbarrancadero y La Virgen de los sicarios (si no lo han hecho, cr¨¦anme, l¨¢ncense sin miedo), pero la col¨¦rica invectiva contra Colombia, las religiones monote¨ªstas, la ciencia f¨ªsic...
Embute mucha dinamita el colombiano Fernando Vallejo en estas ¡°memorias o novela¡± para hacerla explotar desde las primeras l¨ªneas. Nada nuevo, se dir¨¢, para quienes hayan le¨ªdo El desbarrancadero y La Virgen de los sicarios (si no lo han hecho, cr¨¦anme, l¨¢ncense sin miedo), pero la col¨¦rica invectiva contra Colombia, las religiones monote¨ªstas, la ciencia f¨ªsica o la reproducci¨®n humana (no el sexo) se intensifica hasta alcanzar una saturaci¨®n m¨¢xima. El mensaje no es subliminal: al diablo la abyecta y autodestructiva humanidad. Esta intensidad deprecatoria no se expresa con el airado desd¨¦n de quien, a sus 80 a?os, ha decidido retirarse del mundo, sino con la c¨®lera del que sigue muy concernido por sus espantos e iniquidades. Para darle cauce a la indignaci¨®n, Vallejo imagina el relato retrospectivo de un suicida (¨¦l mismo) que, desde el cielo y despu¨¦s de la destrucci¨®n de la Tierra a causa de la guerra nuclear desatada por ¡°Putin, Biden y Fu Manch¨²¡±, rememora las circunstancias de su inmolaci¨®n en la bas¨ªlica Metropolitana de Medell¨ªn.
Conviene subrayar que esa performance con m¨²sica de Cuco S¨¢nchez no es sino una proyecci¨®n desiderativa del narrador, que fantasea con lo que suceder¨¢ cuando, por fin, culmine su plan de autoaniquilaci¨®n, una fantas¨ªa que se extiende al posterior y anhelado Armaged¨®n o apaga y v¨¢monos.
Tanto este leve bastidor argumental como la voz que cuenta est¨¢n atravesados por un humorismo negro, disolvente, intencionalmente lesivo, que no guarda m¨¢s reverencia que la que le merecen a Vallejo los animales y, en particular, los canes como Brusca, la perra callejera que ha adoptado y en la que vuelca sus reservas de amor. El alquitr¨¢n que forman el humor vitri¨®lico y la ingente masa de odios (con todos sus matices, desde la iracundia al desprecio) impregna las obsesiones habituales del escritor, la m¨¢s amplia de las cuales afecta a la propia especie humana, obstinada en reproducirse y da?ar, tan exitosa en la tarea de devastar el planeta en que habita.
La destrucci¨®n total del planeta se ha producido tras una guerra desatada por Vlad¨ªmir Putin, Joe Biden y Fu Manch¨²
De ah¨ª el furioso antinatalismo de Vallejo, su molesta aporofobia y horror ante el crecimiento demogr¨¢fico incontrolado, de ah¨ª su celebraci¨®n anticipada de un apocalipsis que purgue la Tierra y permita que se regenere en la pac¨ªfica lentitud de millones de a?os. Y en el centro del mapa de vilipendios, Colombia, el pa¨ªs al que ha regresado tras d¨¦cadas de exilio en M¨¦xico, el reino de los Porkys (nombre con el que alude a pol¨ªticos como C¨¦sar Gaviria o ?lvaro Uribe), de la violencia, la corrupci¨®n y la muerte que ha merecido sus m¨¢s destemplados improperios. Tambi¨¦n se despacha contra f¨ªsicos como Einstein o Newton, todos impostores (nada que no dijera en su Manualito de imposturolog¨ªa f¨ªsica en 2005), ¡°la patra?a del llamado Jes¨²s o Cristo¡± y su Iglesia, sin salvar al actual Papa, ¡°el desvergonzado Bergoglio¡±. Y suma y sigue en un cicl¨®n de prosa irritada e imprecatoria, repleta de inflexiones dialectales y excursos cient¨ªficos que, en su clamor incesante, puede llegar a aturdir al lector.
Vallejo, en todo caso, no olvida que lo que escribe es una novela, ¡°lo m¨¢ximo en literatura¡±, siempre desde la primera persona ¡ªas¨ª lo explicita¡ª, lejos de la engre¨ªda omnisciencia y de los di¨¢logos artificiosos, porque son lo contrario al pensamiento encabritado e il¨®gico que suena en la cabeza y que informa el pulso de su escritura. Un adem¨¢n metaficcional que no revelar¨¦ convierte La conjura contra Porky en una obra ir¨®nicamente inacabable y la abre a una lectura paranoica: la del viejo escritor cascarrabias y olvidadizo que imagina una persecuci¨®n que acaso ya no existe. No es una lectura sencilla, abrasa y descoloca, ofende y provoca, pero resulta purgativa. Pru¨¦benla.
La conjura contra Porky
Alfaguara, 2023
140 p¨¢ginas. 18,90 euros
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