¡®Tu Nombre¡¯, entre el amor y el odio fan, un retrato de nuestra ¨¦poca

Qu¨¦ gozos¨ªsima aunque especialmente culpable excitaci¨®n me procuraba la lectura de los primeros vol¨²menes de After. S¨ª, esa serie de Anna Todd que romp¨ªa la plataforma de lectura Wattpad a principios de la d¨¦cada pasada gracias a su manera de exprimir el jugo a las lectoras con sus escenas de amor t¨®xico y de sexo torp¨®n. ?C¨®mo era posible que una prosa tan endeble me erizara as¨ª el vello? ?Por qu¨¦ la misoginia de sus personajes me pasaba tan inadvertida que hasta se me antojaba perdona...

Qu¨¦ gozos¨ªsima aunque especialmente culpable excitaci¨®n me procuraba la lectura de los primeros vol¨²menes de After. S¨ª, esa serie de Anna Todd que romp¨ªa la plataforma de lectura Wattpad a principios de la d¨¦cada pasada gracias a su manera de exprimir el jugo a las lectoras con sus escenas de amor t¨®xico y de sexo torp¨®n. ?C¨®mo era posible que una prosa tan endeble me erizara as¨ª el vello? ?Por qu¨¦ la misoginia de sus personajes me pasaba tan inadvertida que hasta se me antojaba perdonable? ?De d¨®nde nac¨ªa el absoluto fanatismo que desarroll¨¦ por sus h¨¦roes masculinos, a su vez inspirados en una boyband a la que ni siquiera escuchaba? After, como todo el mundo sabe, surgi¨® como fan-fiction de One Direction, y especialmente de los sofocos que el rebelde Harry Styles provocaba a sus fans y a su autora. Por culpa de Todd, ca¨ª en un vicio que era de otras, y lo hice m¨ªo. Pero es que esa es la base de toda buena fan-fiction: que te lleva a obsesionarte con aquello que en principio te es indiferente; que te lleva a enloquecer y a desear lo que probablemente deber¨ªas detestar; que te ata a la narrativa del delirio ajeno, porque lo cierto es que t¨² tambi¨¦n est¨¢s hecha para obnubilarte, para enloquecer, para delirar, y desear, para imaginar sin l¨ªmites.

Aunque la protagonista parec¨ªa destinada a odiar a uno de los integrantes de la ¡®boyband¡¯, el enigm¨¢tico y bell¨ªsimo Moon, lo cierto es que una creciente obsesi¨®n rom¨¢ntica por ¨¦l le obligar¨¢ a demostrar eso de que ¡°todo ¡®hater¡¯ es en verdad un ¡®lover¡¯ en potencia¡±

De esa contradicci¨®n, de esa iron¨ªa abrasadora es de lo que trata otra gozosa aunque no tan culpable lectura: Tu nombre, la primera novela de Esther Yi. Su protagonista comparte piso en Berl¨ªn, aunque es de ascendencia coreana, trabaja desde casa, traduciendo textos insulsos de empresas de venta online, y tiene un peque?o grupo de amigos que ser¨¢n los primeros testigos de su delirio. Un d¨ªa, la casualidad la coloca entre el p¨²blico de un concierto de la banda de k-pop m¨¢s seguida dentro y fuera de Corea. Aunque ella parec¨ªa destinada a odiar a uno de sus integrantes, el enigm¨¢tico y bell¨ªsimo Moon, lo cierto es que una creciente obsesi¨®n rom¨¢ntica por ¨¦l le obligar¨¢ a demostrar eso de que ¡°todo hater es en verdad un lover en potencia¡±. Moon se convierte en el centro de sus pensamientos. Llega a creer que s¨®lo ella le entiende, que ning¨²n otro fan podr¨ªa cuidarlo como lo har¨ªa ella. M¨¢s all¨¢ de abandonar su vida para viajar a Se¨²l en su b¨²squeda, su objetivo secreto es que Moon lea la fan-fiction que durante semanas ha estado escribiendo inspirada en ¨¦l, y cuya escritura cobra tintes cada vez m¨¢s gore.

Es aqu¨ª, servida de conversaciones de gran profundidad filos¨®fica y de escenas casi de un vaporoso anime, o qui¨¦n sabe si mitol¨®gicas, donde Esther Yi homenajea y critica por igual la cultura del fanatismo contempor¨¢neo. Que los fans siempre tienen la raz¨®n. Que la cultura hoy no es genuina, sino mero fan service. Que si un artista no quiere dar su intimidad, el fan tiene derecho hasta a inventar con detalle el sabor de sus ri?ones.

Tu nombre es una historia cargante e inveros¨ªmil, y pese ello demasiado real y atractiva; con una protagonista odiable, y por lo tanto ¡ªsiguiendo esta l¨®gica que la obra plantea¡ª perfectamente querible. Las visi¨®n de las fan-fictions de Esther Yi no difiere mucho del efecto maligno y som¨¢tico que las aventuras de caballer¨ªa ejerc¨ªan sobre Alonso Quijano. En vez de contra molinos, la protagonista de Yi es una Do?a K-jota que lucha contra el lenguaje perverso de las redes sociales y de los algoritmos que nos invitan a fagocitar a nuestros ¨ªdolos, o a persistir en nuestro deseo oculto de ser rechazados por tales deidades falsas. Dicho lo dicho, abst¨¦nganse adictos.

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