¡®Un pianista de provincias¡¯, de Ramiro Sanchiz: el fin del mundo no llegar¨¢, porque ya est¨¢ aqu¨ª
La novela del prol¨ªfico escritor uruguayo se entronca en la tradici¨®n de la literatura apocal¨ªptica latinoamericana que, a diferencia de la anglosajona, no anticipa el desastre sino que lo hace propio y lo habita
David Bowie muri¨® en 1982, en una cat¨¢strofe a¨¦rea. En 1995 se acab¨® el petr¨®leo. Medio a?o m¨¢s tarde, una enfermedad comenz¨® a exterminar a la poblaci¨®n mundial. En ese momento, Federico Stahl ya hab¨ªa grabado tres discos ¡ª¡±el Liebestr?ume de Liszt y una selecci¨®n de nocturnos de Chopin, las Suites francesas y las primeras cuatro sonatas para piano de Scriabin¡±¡ª y era lo que suele llamarse una promesa en v¨ªas de concreci¨®n cuyo siguiente paso deb¨ªa ser la versi¨®n definitiva de las ...
David Bowie muri¨® en 1982, en una cat¨¢strofe a¨¦rea. En 1995 se acab¨® el petr¨®leo. Medio a?o m¨¢s tarde, una enfermedad comenz¨® a exterminar a la poblaci¨®n mundial. En ese momento, Federico Stahl ya hab¨ªa grabado tres discos ¡ª¡±el Liebestr?ume de Liszt y una selecci¨®n de nocturnos de Chopin, las Suites francesas y las primeras cuatro sonatas para piano de Scriabin¡±¡ª y era lo que suele llamarse una promesa en v¨ªas de concreci¨®n cuyo siguiente paso deb¨ªa ser la versi¨®n definitiva de las Variaciones Goldberg de Bach. De pronto, sin embargo, ya no hab¨ªa pl¨¢sticos para imprimir los discos, las fronteras estaban cerradas, los viajes eran imposibles y la mara?a, una especie de arborescencia surgida del pl¨¢stico, o capaz de alimentarse de ¨¦l, ocupaba buena parte del globo. Y Stahl solo pod¨ªa dedicarse a lo que lleva haciendo desde entonces: recorrer el Valle, un territorio de contornos imprecisos en el sur del continente americano, tocando en pianos desafinados, en pueblos de mala muerte, arrastrado por un m¨¢nager misterioso, ¡°haciendo m¨¢s o menos el dinero justo para seguir pagando hoteles y [el] etanol¡± con el que se alimenta a los escasos autom¨®viles que todav¨ªa funcionan, pregunt¨¢ndose qu¨¦ hubiera sido de ¨¦l si la Gran Pausa Apocal¨ªptica no hubiera cancelado el futuro.
Ramiro Sanchiz naci¨® en Montevideo en 1978 y es un cr¨ªtico, un traductor y un escritor excepcionalmente prol¨ªfico. Public¨® novelas como 01.lineal (2008), Nadie recuerda a Mlejnas (2011), El orden del mundo (2014), Las imitaciones (2016) y La expansi¨®n del universo (2018), libros de relatos ¡ªAlgunos de los otros (2010), Los otros libros (2012)¡ª y varios ensayos, entre ellos Posthumanismo s¨®nico (2020), Matrix acelerada (2022) y Ejercicios de dactilograf¨ªa (2022). Por lo general, los suyos son descritos como libros de new weird y/o de ciencia ficci¨®n apocal¨ªptica. Pero Sanchiz es un escritor sagaz y suele postular la idea de que el fin del mundo no es algo cuya inminencia debamos temer porque, en realidad, ya se ha producido.
Un pianista de provincias propone un mundo m¨¢s ordenado que el de Plop ¡ªla eficaz novela de Rafael Pinedo que algunos consideran el mejor relato posapocal¨ªptico producido en Am¨¦rica Latina en las ¨²ltimas d¨¦cadas¡ª y algo m¨¢s desterritorializado que Mugre rosa, una novela de la escritora uruguaya Fernanda Tr¨ªas que tambi¨¦n narra una cat¨¢strofe incomprensible y atroz pese a la cual los personajes contin¨²an viviendo. Sin embargo, hay un v¨ªnculo entre los tres libros, y ese v¨ªnculo tal vez consista en el hecho de que una regi¨®n habituada a un estado de excepci¨®n permanente, atrapada entre un pasado intolerable y un futuro a cada momento m¨¢s dif¨ªcil de imaginar, solo puede producir una literatura que, a diferencia de la anglosajona, no anticipa el desastre sino que lo hace propio y lo habita.
Las influencias m¨¢s visibles en Sanchiz son las de Philip K. Dick, Mario Levrero, J. G. Ballard, Elvio E. Gandolfo, William S. Burroughs y Jorge Luis Borges. Pero hay algo m¨¢s que influencias en Un pianista de provincias: hay lirismo, un tono elegiaco que le sienta bien a la historia y una madurez nueva en la obra de su autor. ¡°Qui¨¦n sabe d¨®nde estar¨ªas ahora: seguro no en un antro como este, en el medio de la nada o el culo del mundo¡±, le dice a Stahl su m¨¢nager. Pero Stahl sabe, como el Wertheimer de Thomas Bernhard, que una cierta cantidad de derrota es ineludible y que, ¡°si no hubiese visto su carrera detenida por la cat¨¢strofe global, [¡] su fracaso inevitable [¡] no hubiese sido el de todos sino el suyo, el espec¨ªfico, el irremediable¡±. Bienvenida la cat¨¢strofe, entonces.
Un pianista de provincias
Random House, 2023
280 p¨¢ginas. 17,85 euros
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.