¡®Los recuerdos vivos¡¯, un viaje de India a Argentina tras la sombra del escritor Ricardo G¨¹iraldes
Durante a?os, Jos¨¦ Rivarola persigui¨® el rastro del difunto escritor y su mujer Adelina de la mano de un ni?o indio adoptado por esta, dando cuerpo a una narraci¨®n que despliega un palimpsesto de lugares y personajes
La figura de Ricardo G¨¹iraldes se ha ido desdibujando en las letras argentinas mientras que sus compa?eros de la revista Proa, como Arlt y Borges, cobraban cada vez m¨¢s relieve. El autor de Don Segundo Sombra muri¨® joven y dej¨® una viuda, Adelina del Carril, que fue su musa y tambi¨¦n de algunos otros escritores de su generaci¨®n; hasta en los salones literarios de Par¨ªs dej¨® huella. G¨¹iraldes escribi¨® que, gracias a ella, ¡°lentamente, me ha nacido un alma¡±. Siguiendo el embrujo de Ricardo por la India, Adelina...
La figura de Ricardo G¨¹iraldes se ha ido desdibujando en las letras argentinas mientras que sus compa?eros de la revista Proa, como Arlt y Borges, cobraban cada vez m¨¢s relieve. El autor de Don Segundo Sombra muri¨® joven y dej¨® una viuda, Adelina del Carril, que fue su musa y tambi¨¦n de algunos otros escritores de su generaci¨®n; hasta en los salones literarios de Par¨ªs dej¨® huella. G¨¹iraldes escribi¨® que, gracias a ella, ¡°lentamente, me ha nacido un alma¡±. Siguiendo el embrujo de Ricardo por la India, Adelina (hermana de Delia, la primera esposa de Neruda) vivi¨® 10 a?os en Bangalore, donde era conocida por Mamita, y se trajo de vuelta a Argentina un ni?o, Rama. El autor de Los recuerdos vivos, Jos¨¦ Rivarola (Buenos Aires, 1946), lo conoci¨® en el santuario tamil de Sri Ramana, uno de los mayores m¨ªsticos hind¨²es. Oy¨¦ndolo hablar porte?o, qued¨® prendado del aura que conservaba de su madre adoptiva, y as¨ª el caleidoscopio cultural de una historia familiar y literaria fue dando forma al libro.
Durante a?os y de la mano algo err¨¢tica de Rama, Rivarola persigui¨® el rastro de Adelina y de su sempiterna sombra, el difunto G¨¹iraldes, dando cuerpo a una narraci¨®n que despliega un palimpsesto de lugares y personajes: del sur de la India a Buenos Aires y de all¨ª a la Pampa y la Patagonia, a Madrid, a Par¨ªs, y de vuelta a Ibiza, donde el autor vive. Uno de sus objetivos era redescubrir a un escritor profundamente ligado a su tierra y al gauchismo. Borges dijo que Don Segundo Sombra era la mejor novela escrita en Argentina. Pero adem¨¢s G¨¹iraldes ¡ªque fue, como escribe Rivarola, ¡°guitarrista, domador de caballos, bailar¨ªn de tango, boxeador, trapecista, poeta y novelista¡±, sin olvidar su fama de atleta sexual¡ª estuvo en sus ¨²ltimos a?os absorbido por la filosof¨ªa hind¨², persiguiendo una estela de iluminaci¨®n que le permitiese alejarse de sus demonios privados. Rivarola se identific¨® con esa faceta del escritor debido a su estrecha conexi¨®n con la India, sus gentes, mitos y dioses. Rama, el ni?o que no volvi¨® a su pa¨ªs hasta d¨¦cadas despu¨¦s, era el puente que le permit¨ªa cruzar, con ¡°su intensidad de brujo¡±, dos tierras distantes, mientras la figura de Adelina crec¨ªa como musa y madre arquet¨ªpica, que abrazaba a su ni?o indio prestado como una serpiente pit¨®n.
Este libro, el primero que publica Rivarola, si bien parece claro que no es el primero que escribe, tiene fusta y calidad literaria, sobre todo por su lenguaje fresco, aut¨¦ntico, que une el acento estanciero de los terratenientes con el porte?o y el del gaucho (ese ¡°eslab¨®n entre lo salvaje y lo dom¨¦stico¡±). El autor describe paisajes de la Pampa con una mirada limpia, nueva, haci¨¦ndonos sentir ¡°el fr¨ªo y las secretas monta?as¡± de la Patagonia. Hay pasajes de honda resonancia. Tambi¨¦n destaca retratando a los personajes que, como nudos de la historia familiar de G¨¹iraldes, van apareciendo: el Comodoro, Esmeralda, Gerardo, Cecilia Smyth. Pero el principal es Rama, el protegido de Adelina, un personaje dotado de esa suerte de ebriedad vital que hermana la idiosincrasia argentina con la india. El libro avanza a la par que el documental que el autor va haciendo con Andr¨¦s Di Tella (Fotograf¨ªas, 2007), y as¨ª seguimos los pasos de Rama, sus ambiciosos proyectos socioculturales condenados al fracaso, su idolatr¨ªa por la figura literaria y humana del que fue esposo de su Mamita, sus borracheras y disertaciones, su exuberante espiritualidad. Al mismo tiempo, la simbiosis que se produce entre el narrador y Rama, el contagio de la ¡°man¨ªa¡± g¨¹iraldiana, ofrece interesantes hallazgos a pesar de que a veces este interesante libro se alargue en exceso, perdiendo fuerza con sus apuntes costumbristas. Divagaciones y ensue?os se mezclan con los desarraigos de la vida de Rivarola, que ve c¨®mo el anhelo de vivir en una caba?a de las llanuras australes se va disolviendo como se disuelve en pleitos y disquisiciones familiares la figura del malogrado G¨¹iraldes, si bien queda su original obra, que Los recuerdos vivos nos devuelve con toda su frescura y misterio.
Los recuerdos vivos?
El Ateneo, 2023
544 p¨¢ginas. 6,49 euros (e-book)
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.