Jean Eustache, etn¨®grafo de s¨ª mismo
Un intenso ensayo de Barth¨¦lemy Amengual y un ciclo en Madrid de sus pel¨ªculas restauradas recuperan la figura del m¨¢s enigm¨¢tico y malogrado de los cineastas franceses
Jean Eustache no ten¨ªa la vocaci¨®n de la vida pero s¨ª la del cine. Figura tard¨ªa de la Nouvelle Vague, se desliz¨® pronto hacia una marginalidad de la que nunca se recuperar¨ªa. Su legado lleva d¨¦cadas eclipsado por la pel¨ªcula que concentr¨® todas las contradicciones de su existencia, La mama y la puta (1973), pero Eustache fue mucho m¨¢s que ese solitario y memorable filme de casi cuatro horas. El intenso ensayo Una vida recluida en el cine o el fracaso de Jean Eustache, escrito en 1986 por el cr¨ªtico Barth¨¦lemy Amengual y rescatado ahora en la colecci¨®n de cine de la editorial sevillana Athenaica, se suma a una retrospectiva casi integral de sus pel¨ªculas restauradas y digitalizadas en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid para abrir las puertas a las obsesiones de un cineasta inclasificable que se acab¨® suicidando en 1981 a los 43 a?os.
Su obra, escasa y ¨¢rida, llevaba la derrota en su interior. La principal paradoja, seg¨²n Amengual, era que Eustache persegu¨ªa ¡°un realismo no realista, cuya preocupaci¨®n primera no es la realidad. Quiere un cine popular y hace, con un material realista, un cine intelectual, lastrado de experiencias, ascesis y verificaciones te¨®ricas¡±. El texto de Amengual, construido a base de fragmentos, de extractos de entrevistas con el cineasta, arranca con un pr¨®logo de Marcos Uzal, actual director de Cahiers du Cin¨¦ma, y gira en torno a la idea de Eustache como un etn¨®grafo de s¨ª mismo que aspira ¡°a la objetividad absoluta, a la grabaci¨®n pura y simple de la realidad: Lumi¨¨re filmando la llegada de un tren¡±.
En su obra pesa la palabra, aquel empe?o realista y la obsesi¨®n por filmar. Tambi¨¦n su incapacidad para seguir adelante: ¡°En la civilizaci¨®n actual no hay salida para nadie. Uno puede fingir [...] est¨¢n los que viven y los que fingen¡±, dec¨ªa el cineasta. Para Amengual el fracaso conforma la obra de Eustache como ocurre con Cesare Pavese o con Arthur Rimbaud, a los que cita de forma recurrente. La necesidad existencial que para ¨¦l ten¨ªa el cine jam¨¢s fue correspondida. En un momento de La mam¨¢ y la puta, el alter ego que interpreta Jean-Pierre L¨¦aud dice: ¡°No tengo la vocaci¨®n de la vida¡±.
Quiz¨¢ sea Num¨¦ro z¨¦ro la pel¨ªcula que mejor recoge su naturaleza. La present¨® recientemente en Madrid el cineasta portugu¨¦s Pedro Costa evocando una aventura fascinante. Num¨¦ro z¨¦ro se estren¨® en Par¨ªs en mayo de 1971 ante poco m¨¢s de media docena de conocidos. Luego desapareci¨®. Entre aquellos espectadores estaba Jean-Marie Straub, y cuando Costa rod¨® su documental ?D¨®nde yace vuestra sonrisa escondida? (O¨´ g?t votre sourire enfoui?, 2001) sobre aquel y su compa?era, Dani¨¨le Huillet, Straub le habl¨® del impacto que le produjo Num¨¦ro z¨¦ro. ¡°Le arras¨®, no se esperaba aquella crudeza sin atisbo de idealismo o romanticismo por parte de Eustache¡±, cont¨® Costa.
Este se embarc¨® junto al cr¨ªtico Jo?o B¨¦nard da Costa, entonces al frente de la cinemateca portuguesa, en la b¨²squeda de aquella pel¨ªcula perdida. Visitaron a Boris Eustache, hijo del cineasta, y las viejas latas aparecieron bajo una cama. Num¨¦ro z¨¦ro es una pel¨ªcula de un solo plano filmada con dos c¨¢maras turn¨¢ndose sin interrupci¨®n mientras Eustache habla con su abuela materna, Odette Robert. La mujer, junto a una ventana, absorbe una gran luz blanca. Frente a ella, su nieto, siempre de espaldas, emerge como una figura casi vamp¨ªrica. De negro, con el pelo largo, fumando un puro. Ambos beben whisky sobre una mesa camilla cuyo tapete la abuela acaricia y limpia insistentemente. Ella tambi¨¦n fuma mientras relata una vida regada de malos tratos, pobreza y dolor. Por momentos, Num¨¦ro z¨¦ro funciona como el negativo de un autorretrato, un ¡°yo vengo de aqu¨ª¡± en el que las palabras de la abuela, la espalda sombr¨ªa del nieto y la c¨¢mara conforman un cuadro vital descarnado e ins¨®lito. Amengual lo llama ¡°un cine de la palabra y de lo experimental¡±. O como recoge otra cita del cr¨ªtico e historiador Jo?l Magny: Eustache es ¡°el primer primitivo del cine moderno¡±.
La desdicha de sus personajes desliza su propia tragedia, la de un hombre que lleg¨® a Par¨ªs con 17 a?os y nunca sinti¨® que pertenec¨ªa a nada. Sac¨® adelante sus pel¨ªculas pese a subsistir en la pobreza, pero la tabla de salvaci¨®n del cine se acab¨® quebrando. ¡°Eustache vivi¨® hasta el suicidio la imposibilidad de encontrar un equilibrio entre la vida y el cine¡±, escribe Uzal en su pr¨®logo, ¡°la b¨²squeda de este equilibrio, incesantemente repetida, constituye la belleza de este arte pero define asimismo su melancol¨ªa. Melancol¨ªa adolescente, melancol¨ªa de cin¨¦filo¡±.
Ciclo Jean Eustache. C¨ªrculo de Bellas Artes. Madrid. Hasta el 2 de marzo.
Una vida recluida en el cine o el fracaso de Jean Eustache
Traducci¨®n de Manuel Pel¨¢ez
Athenaica, 2023
136 p¨¢ginas, 18 euros
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