¡®Camino largo de vuelta a casa¡¯: la comedia de tres generaciones femeninas que abarcan un siglo de historia
En esta pieza vitri¨®lica, ??igo Guardamino esboza un retrato atractivo y divertido de una tr¨ªada de mujeres que son un reflejo fiel de las circunstancias por las que ha atravesado Espa?a durante los ¨²ltimos cien a?os
En un siglo caben tres generaciones, cada una de las cuales se mide por las circunstancias con las que le toc¨® lidiar. ??igo Guardamino, autor de Camino largo de vuelta a casa, re¨²ne en un piso de protecci¨®n oficial a una madre que est¨¢ atravesando la crisis de la edad madura, a su hija al borde de la treintena y a la abuela de esta, nonagenaria. Filomena, la vieja, ya no est¨¢ para vivir sola. Luisa, la nieta, despu¨¦s de perder su trabajo ha roto con su novio, porque no es binario. A trav¨¦s de esta tr¨ªada obligada a convivir en una coyuntura adversa, Guardamino muestra la pasta de la que est¨¢ hecha cada una de sus integrantes, representativas en buena medida del conjunto de su generaci¨®n y de su clase social.
Bego?a, la madre, pertenece a un nicho generacional que anhela sentirse realizado: hace un trabajo en teor¨ªa ¨²til, aunque en la pr¨¢ctica no es m¨¢s que un parchecito de los que se ponen hoy para aparentar que los servicios sociales esenciales est¨¢n cubiertos. Su hija, en cambio, busca una felicidad palpable en el amor. A la abuela, que pas¨® la Guerra Civil y la posguerra en su pueblico natal, el idealismo de su nieta le parece propio de una generaci¨®n que no sabe lo que vale un peine. En su tiempo nadie fantaseaba con ser feliz. Las relaciones de pareja eran esencialmente pr¨¢cticas: en las explotaciones agr¨ªcolas familiares, el trabajo de las mujeres era tan esencial como el de los varones. Ambos formaban parte de un ¡®tejido productivo sostenible¡¯, antes de que esta locuci¨®n existiera. Ellos se encargaban de la labranza, de la siega, de la trilla. Ellas se ocupaban de la huerta, del corral, del orde?o, de la venta de la leche, de la recolecta, de la elaboraci¨®n de los productos de la matanza. Pero su labor no fue registrada en las estad¨ªsticas oficiales ni result¨® visible para las pensadoras feministas, ancladas por lo general al espacio urbano.
A Filomena, el trabajo manual le tranquilizaba. A Luisa le desasosiegan los listones laborales: para emplearse como gestora de contenidos digitales necesita sumar m¨¢s de 5.000 seguidores en las redes. Guardamino perfila el car¨¢cter de estos personajes con un humor de ra¨ªz codornicesca palpable (un buen ejemplo son sus chistes con par¨®nimos como ¡®impune¡¯ e ¡®inmune¡¯ o el lapsus linguae de Bego?a al decir ¡°c¨¢ncer de mam¨¢¡± en vez de ¡°c¨¢ncer de mama¡±), redondeado con los trazos desgre?ados y vitri¨®licos caracter¨ªsticos de los vi?etistas de El Jueves.
En Camino largo de vuelta a casa el asunto dram¨¢tico de fondo convive armoniosamente con una subtrama caricaturesca (en la cual Bego?a ha de lidiar con un tipo insufrible y con su hija malcriada) que desempe?a un papel similar al de los entremeses insertos en las comedias del Siglo de Oro.
Cuando se pone serio, el teatro de Guardamino tiene un punto de contacto con el teatro po¨¦tico y de ideas de Antonio Gala. Al cabo, lo fundamental de esta escenificaci¨®n de un reencuentro familiar forzoso es el productivo contacto que mantienen abuela y nieta, en el curso del cual la anciana le desvela a la joven un secreto de sus a?os mozos donde lo sustantivo, por encima de la crudeza de lo revelado, es el asombro con el que Luisa descubre la vitalidad, la resoluci¨®n y la destreza invisibilizada que caracterizan a la generaci¨®n de agricultoras nacida antes de la Guerra Civil espa?ola. Del roce que se produce entre estas dos mujeres cabe concluir que son su ¨¦poca y sus circunstancias lo que distingue a la una de la otra, m¨¢s que su identidad individual.
Paola de Diego ha confeccionado una escenograf¨ªa funcional, con una zona a la vista y una parte posterior velada. Las interpretaciones de Amparo Pamplona, Bel¨¦n Ponce de Le¨®n y Helena Ezquerro son claras, resueltas y divertidas, con instantes de brillo. En sus voces, los di¨¢logos tienen mayor gracia que por escrito y sus r¨¦plicas resultan m¨¢s picadas. En todo ello se avizora la buena mano de Guardamino como director de actrices. Tambi¨¦n se advierte cierto parentesco en su escritura con la de autores de raigambre irlandesa como Conor McPherson y Martin McDonagh, aunque en su puesta en escena le quite rabia a lo escrito y lo gu¨ªe por un terreno en absoluto hiperrealista. El t¨ªtulo de esta comedia, triunfadora del V Torneo de Dramaturgia del Teatro Espa?ol (donde se representa hasta el 4 de mayo), tiene un doble significado, que se revela hacia el final, pero tambi¨¦n alude al t¨ªtulo de dos c¨¦lebres obras de Eugene O¡¯Neill y de Harold Pinter.
Al hilo de este estreno procede rese?ar que la generaci¨®n y la clase social a la que representa la Filomena de Amparo Pamplona queda bien retratada en dos ensayos cuyas autoras vienen a paliar la proverbial desatenci¨®n historiogr¨¢fica que existe respecto a la contribuci¨®n de la mujer a la econom¨ªa agraria espa?ola: Haberlas, haylas. Campesinas en la historia de Espa?a en el Siglo XX, de Teresa Mar¨ªa Ortega L¨®pez y Ana Cabana Iglesia (Marcial Pons. Ediciones de Historia, 2021) y, sobre todo, el muy reciente Mujeres y agricultura en la pol¨ªtica espa?ola del siglo XX, de Teresa Mar¨ªa Ortega L¨®pez, Ana Cabana Iglesia, Laura Cabezas Vega y Silvia Canalejo Alonso (C¨¢tedra, 2024).
¡®Camino largo de vuelta a casa¡¯. Texto y direcci¨®n: ??igo Guardamino. Madrid. Teatro Espa?ol, hasta el 4 de mayo.
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