¡®Una familia moderna¡¯, de Helga Flatland, los cors¨¦s afectivos y el calor del redil
La escritora n¨®rdica reformula con esta novela sobre conflictos familiares, ganadora del premio de los libreros de Noruega, la pregunta sobre instinto y civilizaci¨®n, amor y pedagog¨ªa, sentimiento e historia
Pap¨¢ cumple 70 a?os e invita a su familia a un viaje por Italia. Durante los discursos de la cena de celebraci¨®n, impremeditadamente, pap¨¢ y mam¨¢ descubren que van a separarse despu¨¦s de 40 a?os juntos. Liv, Ellen y Hakon ¡ªdos hijas, un hijo¡ª cuentan lo que sucede a partir de ese momento. Tambi¨¦n a partir de ese momento, podemos pensar que otra novela sobre v¨ªnculos familiares, a la n¨®rdica o en general, no es lo que m¨¢s nos apetecer¨ªa leer. Pero Una familia moderna no es la en¨¦sima disecci¨®n de t¨®picos sobre qu¨¦ mal me llevo con una madre en la que cada vez me reconozco m¨¢s, las hijas medianas estamos en desventaja, las hijas mayores asumimos las responsabilidades, los hijos peque?os y pachuchos son tratados con especial consideraci¨®n¡ Aunque en realidad este libro s¨ª es todo esto, adem¨¢s revela c¨®mo las conductas ¡°superficiales¡± se afianzan en una narraci¨®n sobre lazos y cuidados, sobre educaci¨®n, de la que ni podemos ni, a menudo, queremos escapar. Incluso, cuando adoptamos un discurso cr¨ªtico frente a los esquemas en los que se fundamenta la sociedad, tenemos tan interiorizadas estas creencias que, no ce?irnos a estos mandamientos, nos produce dolor y frustraci¨®n.
El final del relato implica una vuelta al redil del que nunca se sali¨® y en el que, efectivamente, se est¨¢ a gusto. Calor, protecci¨®n, alivio del da?o. Flatland reformula la pregunta sobre instinto y civilizaci¨®n, amor y pedagog¨ªa, sentimiento e historia. Qu¨¦ lugar ocupa la condici¨®n humana en estas intersecciones. La escritora se atreve a responder: quiz¨¢ no queremos salir de los cors¨¦s afectivos de la familia porque nos conforman medularmente. Nuestra vida pasa por gozar de lo que nos aprieta. Esta ¨²ltima idea no resulta reconfortante, pero nos sit¨²a frente a nuestro miedo y a nuestro conservadurismo existencial.
La lectura moral implica, a su vez, una propuesta literaria: la imposibilidad, unida al no querer, al grado de satisfacci¨®n con lo familiar, se relaciona con una escritura reconocible, solvente, bien tramada
La lectura moral implica, a su vez, una propuesta literaria: la imposibilidad, unida al no querer, al grado de satisfacci¨®n con lo familiar, se relaciona con una escritura reconocible, solvente, bien tramada. Confortable. No podr¨ªa ser de otro modo. Una elaboraci¨®n ling¨¹¨ªsticamente sofisticada habr¨ªa sido un amaneramiento de las emociones, incluso de la tesis, que el libro aspira a compartir. La solvencia narrativa es incuestionable: cuando piensa Liv entendemos su inseguridad frente a la educaci¨®n de su hijo Agnar; cuando piensa Ellen, desde una conciencia hipertrofiada del discurso enraizada en su dislexia, nos ponemos de su lado; cuando Hakon recoge las hebras de las historias de sus hermanas, comenzamos a ver a un personaje que se hab¨ªa quedado siempre en los m¨¢rgenes. No s¨¦ si reproducir en la propia pareja las estructuras er¨®tico-afectivas de madres y padres, el deseo de maternidad, el romperse por la experiencia de un amor rom¨¢ntico son vivencias insoslayables, pero pienso en la superioridad moral que deriva de estas asunciones. Flatland no es ajena a la denuncia de este sentimiento y subraya ¡°la altura¡± del lugar desde el que habla: ¡°En el paisaje que se extiende a nuestros pies, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n cree que est¨¢ bien pegar a los hijos¡¡±, piensa Liv, mientras sobrevuela Italia, desde su perspectiva de acomodada mujer noruega, heterosexual, periodista, madre que no saca la mano a pasear, casada por la Iglesia, fr¨¢gil y protectora: una perspectiva de ejemplar hermana mayor de Ellen, de Hakon y de Europa en general.
Una familia moderna
Traducci¨®n de Ana Flecha
N¨®rdica, 2024
294 p¨¢ginas. 20,95 euros
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