Cinco libros que arrojan luz sobre la historia reciente de Espa?a
De los desconocidos telegramas de la embajada de EE UU al uso b¨¦lico de la hambruna, la americanizaci¨®n de la cultura, la integraci¨®n del catolicismo en la dictadura y la evoluci¨®n del ¡®hooliganismo¡¯, varias novedades editoriales escarban en el pasado a¨²n presente del pa¨ªs
La embajada americana cuenta la Transici¨®n pol¨ªtica
Por Nicol¨¢s Sesma
La Transici¨®n seg¨²n los esp¨ªas?
Akal, 2024
144 p¨¢ginas, 14,56 euros
¡°La historia es de los que saben que existe¡±, por tanto, ¡°lo que no quede escrito, no habr¨¢ existido¡±, recordaba Chirbes a trav¨¦s de los atormentados personajes de La ca¨ªda de Madrid. A esta advertencia deber¨ªa sumarse otra no menos importante: lo que se ha escrito, pero a lo que no se tiene acceso, tampoco existe. Sin documentaci¨®n de archivo no hay historia. Y esto es especialmente cierto al abordar la transici¨®n a la democracia, reconstruida en buena medida a partir de prensa, publicaciones oficiales y memorias, pero cuyos fondos documentales se encuentran sujetos a restricciones, cuando no cerrados a cal y canto. Una situaci¨®n que no ha hecho m¨¢s que agravarse por el abuso de una Ley de Secretos Oficiales preconstitucional y el fracaso del Anteproyecto de Ley de Informaci¨®n Clasificada de 2022. Resulta sorprendente que las instituciones que nos insisten sobre lo orgullosos que debemos sentirnos de la Transici¨®n nos dificulten el acceso a los materiales para su estudio. La reforzada paradoja resultante es que su estudio est¨¢ cada vez m¨¢s sustentado sobre documentaci¨®n de terceros pa¨ªses.
De todo esto, y de mucho m¨¢s, es perfecto ejemplo la obra de Jorge Urd¨¢noz Ganuza. El autor da a conocer un notable fondo documental, poco utilizado hasta ahora (al margen de algunos especialistas como Powell y L¨®pez Zapico), el conjunto de telegramas remitidos al Departamento de Estado de Estados Unidos por su embajador en Madrid entre 1975 y 1979, Wells Stabler. A partir de esta documentaci¨®n, Urd¨¢noz arroja decisiva luz sobre tres cuestiones: la adopci¨®n de la normativa electoral que rige a¨²n las elecciones, y que, lejos de un compromiso con la oposici¨®n, se achaca a la percepci¨®n inicial de que Alianza Popular iba a ser el partido m¨¢s votado; la legalizaci¨®n del Partido Comunista (PCE), en la que c¨¢lculos electorales y de oportunidad cobran relevancia frente a la id¨ªlica narrativa que lo atribuye a la manifestaci¨®n tras los atentados de Atocha; y la identificaci¨®n de 1976 como el a?o clave para determinar la naturaleza del proceso de democratizaci¨®n. Tales son los casos de estudio elegidos, aunque quedan muchos m¨¢s por explorar, como se?ala el autor con transparencia y generosidad intelectual. Si a ello le sumamos una prosa ¨¢gil y cercana, tan solo queda felicitarnos por la aparici¨®n de este peque?o gran ensayo.
Junto a todas estas virtudes, el libro adolece de algunos de los riesgos que conlleva basarse en una sola fuente. Ninguna documentaci¨®n ofrece una verdad absoluta, pues todas ellas deben contextualizarse y, si es posible, cruzarse con otros fondos. As¨ª, no se determina el grado de influencia de Stabler en el Departamento de Estado. A diferencia de sus predecesores, Stabler era precisamente un diplom¨¢tico de carrera, no un esp¨ªa, como se deduce de un t¨ªtulo comercial y desafortunado, y se quejaba con frecuencia de ser puenteado por asesores de designaci¨®n pol¨ªtica. Por a?adidura, nada se dice de las reacciones e hipot¨¦ticas instrucciones remitidas de vuelta por Henry Kissinger, que de hecho se opon¨ªa a una legalizaci¨®n temprana del PCE y mal puede por tanto ser calificado de ¡°omnipotente¡±. Y afortunadamente, por cierto, puesto que de lo contrario los ciudadanos no ser¨ªamos m¨¢s que t¨ªteres de los grandes poderes.
El hambre como arma de guerra
Por Gutmaro G¨®mez Bravo
El hambre como arma. Escasez republicana en la guerra civil?
Comares, 2024
272 p¨¢ginas. 28 euros
El hambre fue el problema m¨¢s grave de la retaguardia republicana. Este libro demuestra c¨®mo, desde el comienzo de la Guerra Civil, el desabastecimiento asfixi¨® y disloc¨® la maltrecha econom¨ªa gubernamental. A medida que el aislamiento y el conflicto se alargaban, la escasez de alimentos y materias primas se disparaban. Un proceso que dividi¨® internamente el mundo pol¨ªtico republicano, y que, a pesar de los esfuerzos por controlarlo, hundi¨® la moral de la gente, harta de que todo se destinara al ¡°esfuerzo de guerra¡±. Esta es su historia, especialmente la de su n¨²cleo log¨ªstico y defensivo, la zona centro-sur-levante, toda vez que la batalla del Ebro y el bloqueo del Mediterr¨¢neo interrumpieron los suministros de la potente industria catalana. El estraperlo, para entonces, campaba ya sobre el racionamiento oficial, puerta de entrada del derrotismo que ni las multas ni las detenciones pudieron evitar. Fruto de una tesis doctoral, con una serie documental in¨¦dita de archivos nacionales e internacionales, este libro forma parte ya de los estudios que explican c¨®mo y por qu¨¦ los conflictos modernos se convierten en totales. La poblaci¨®n civil fue un objetivo desde el comienzo de la guerra y el hambre fue su principal baza hasta el final. Prolongada hasta el extremo, devino en una terrible hambruna, ocultada y debidamente silenciada en la larga posguerra.
La ¨¦poca m¨¢s americana
Por Jordi Amat
Bienvenido, Mister Chaplin. La americanizaci¨®n del ocio y la cultura en la Espa?a de entreguerras?
Taurus, 2024
488 p¨¢ginas. 22,90 euros
Lo habitual hab¨ªa sido identificar el antiamericanismo desde la derrota de 1898 hasta el refer¨¦ndum de la OTAN. Ser¨ªa con la modernizaci¨®n autoritaria durante el franquismo cuando la sociedad entr¨® en la ¨®rbita de la hegemon¨ªa estadounidense: electrodom¨¦sticos e imaginario. Juan Francisco Fuentes plantea un relato alternativo. ¡°Nunca ha habido en la historia de Espa?a j¨®venes tan identificados con todo aquello relacionado con la cultura de masas y el estilo de vida norteamericano¡±. Se refiere a la juventud de entreguerras. No fueron solo los felices veinte. La influencia puede detectarse incluso durante la Guerra Civil. Tras la lectura de papeles autobiogr¨¢ficos y un an¨¢lisis sistem¨¢tico de la prensa de la ¨¦poca (palabras clave: jazz, cocktail, Hollywood, Chaplin¡), detecta c¨®mo la penetraci¨®n de ese nuevo mundo lleg¨® a pueblos y ciudades.
Camale¨®nico dictador
Por Jaume Claret
Postguerra y Falange. Arrese, ministro secretario general de FET y de las JONS (1941-1945)?
Debate, 2024
552 p¨¢ginas. 22,70 euros
M¨¢s all¨¢ de violencia, propaganda y corrupci¨®n, la supervivencia de la dictadura necesit¨® de alg¨²n acierto y acomodo. El camaleonismo incluy¨® a FET y de las JONS como condici¨®n para mantener su funci¨®n vertebradora del nuevo Estado. El instinto del dictador supo detectar al arquitecto falangista Jos¨¦ Luis Arrese como el mejor capacitado para ejercer como ministro-secretario general, durante su primer mandato como miembro del Ejecutivo. Gracias al acceso al archivo del jerarca y a todo un excelente capital investigador acumulado, Joan Maria Thom¨¤s ilumina c¨®mo no ¨²nicamente se culmin¨® el forzado ¡ªy a veces conflictivo¡ª proceso de unificaci¨®n, sino que adem¨¢s se sustituy¨® fascismo y revoluci¨®n por catolicismo y subordinaci¨®n. Lo primero se personific¨® en el descabalgamiento del todopoderoso Serrano Su?er; lo segundo, en su conversi¨®n en la Falange de Franco.
El deporte de la violencia
Por Jordi Amat
La tribu vertical. Una historia de los ultras, hooligans y otros grupos radicales del f¨²tbol espa?ol?
Libros del KO, 2024
392 p¨¢ginas. 23,90 euros
No es f¨¢cil historiar las subculturas, pero reconstruirlas es util¨ªsimo: la tensi¨®n entre lo central y lo marginal define una ¨¦poca. A partir de prensa, con muchas fuentes orales y un estilo gamberro, el periodista Borja Bauz¨¢ ha rastreado la evoluci¨®n del hooliganismo en Espa?a. Tras un arranque que describe bullas y borracheras de los ingleses en el Mundial del 82, desgrana el proceso de creaci¨®n de los grupos de animaci¨®n por toda la geograf¨ªa futbol¨ªstica espa?ola. Primero con complicidad con las directivas y al final con m¨¢s problemas, adem¨¢s de describir choques m¨ªticos, atuendos y haza?as b¨¦licas. Lo mejor de La tribu vertical es evidenciar c¨®mo el deporte pudo dar cobertura a la fascinaci¨®n por la violencia. Aunque la tentaci¨®n ideol¨®gica siempre estuvo all¨ª, lo que domina es, precisamente, la naturaleza profunda de toda subcultura: ¡°Era una cuesti¨®n m¨¢s tribal que pol¨ªtica¡±.
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