De padres biol¨®gicos y literarios: los ensayos de Javier Pe?a y Jorge Freire

Ya sabemos que la escritura desce?ida y sinuosa del ensayo (ondulante la llam¨® Montaigne) carece de reglas y est¨¢ abierta a todos los vientos tem¨¢ticos e ideol¨®gicos, bajo la ¨²nica f¨¦rula de una voz que expresa a un sujeto frente al mundo. Solo la imaginaci¨®n cr¨ªtica de esa voz, en alianza con una inexcusable tensi¨®n de estilo, determina la bondad del resultado. Con m¨¢s raz¨®n esa falta de ley restrictiva se aplica al ensayo literario, nos refiramos con el adjetivo al asunto (la literatura y los e...

Ya sabemos que la escritura desce?ida y sinuosa del ensayo (ondulante la llam¨® Montaigne) carece de reglas y est¨¢ abierta a todos los vientos tem¨¢ticos e ideol¨®gicos, bajo la ¨²nica f¨¦rula de una voz que expresa a un sujeto frente al mundo. Solo la imaginaci¨®n cr¨ªtica de esa voz, en alianza con una inexcusable tensi¨®n de estilo, determina la bondad del resultado. Con m¨¢s raz¨®n esa falta de ley restrictiva se aplica al ensayo literario, nos refiramos con el adjetivo al asunto (la literatura y los escritores) o a la arquitectura y el tratamiento del lenguaje. Ni que decir tiene que en los mejores ensayos asunto, estructura y dicci¨®n establecen una solidaridad indisociable.

Los dos ensayos que comento aqu¨ª, de Javier Pe?a y Jorge Freire, pertenecen a esa regi¨®n brumosa del ensayo literario y prueban hasta qu¨¦ punto nos hallamos en un territorio vasto y hospitalario para la experimentaci¨®n. Ambos son autores relativamente j¨®venes (de 1979 y 1985) con trayectorias diversas: Pe?a, que estudi¨® Periodismo, ha publicado dos novelas en ?Blackie Books, Infelices (2019) y Agnes (2022); Freire, de formaci¨®n filos¨®fica, ha publicado en P¨¢ginas de Espuma un par de ensayos notables: Agitaci¨®n. Sobre el mal de la impaciencia (2020) y La banalidad del bien (2023). Ambos ofrecen en Tinta invisible y Los extra?ados un fest¨ªn de literatura, si bien con prop¨®sitos diferentes y no para los mismos paladares. Si Pe?a subordina la profusa catarata de an¨¦cdotas y res¨²menes argumentales de su libro a un objetivo superior de ¨ªndole privada: mitigar el duelo por la muerte de su padre, Freire se propone ilustrar la experiencia del desarraigo a trav¨¦s de cuatro escritores, dos anglosajones, Wodehouse y Edith Wharton, y dos espa?oles, Jos¨¦ Bergam¨ªn y Blasco Ib¨¢?ez. Si Pe?a hibrida el ensayo con la confesi¨®n y la autoayuda, Freire busca el f¨¦rtil mestizaje de la biograf¨ªa con el pensamiento.

Tinta invisible es una emotiva incursi¨®n en la escritura de duelo que sit¨²a al autor ante la muerte de un padre del que se distanci¨® cuatro a?os atr¨¢s pero al que le debe, ahora lo descubre, el mundo consolador de las historias imaginarias. Pe?a utiliza como pilares estructurales del libro las visitas que hizo a su padre aquejado de fibrosis pulmonar. Entre las visitas se interpolan cap¨ªtulos sobre aspectos de la vida literaria (imaginaci¨®n, mentira, ego, envidia, juego, significado, experiencia, personajes, obsesi¨®n, sufrimiento, mercado y suerte) en los que se encadenan an¨¦cdotas de escritores de lo m¨¢s variopinto (Poe, Melville, Hrabal o Knausg?rd, pero tambi¨¦n Isaac Asimov o Lobsang Rampa). El torrente de an¨¦cdotas (muchas bien conocidas) no encaja bien en el marco de duelo delimitado por las visitas y el paulatino reencuentro con la figura paterna. Que aparezcan dentro de un remedo de los manuales de autoayuda para escritores wannabe no resuelve el problema. El ¡°vosotros¡± al que se dirige Pe?a suena a los alumnos de una clase de escritura creativa (¡°?no me cre¨¦is?¡±, ¡°?entend¨¦is ahora¡­?¡±) y produce tanto incomodidad en el lector que se ve puerilizado, como discordancia con las visitas al padre y la cat¨¢rtica revelaci¨®n final, estas de indudable eficacia.

¡®Los extra?ados¡¯ enfoca a cuatro ¡°inactuales e intempestivos¡±: Wodehouse, Edith Wharton, Blasco Ib¨¢?ez y Jos¨¦ Bergam¨ªn

En Los extra?ados, por el contrario, no hay disonancia, Freire mide bien lo que quiere decir sobre cada uno de los cuatro autores elegidos y elabora cada microbiograf¨ªa con ostensible voluntad literaria y acusado prurito de estilo. Fija el instante significativo de esas vidas y desde ah¨ª mueve el reloj hacia atr¨¢s y adelante, enfoca con tino un s¨ªmbolo (como las naranjas de la suerte de Blasco Ib¨¢?ez) y desciende a la intimidad de alguna de sus criaturas, como ?Edith Wharton, sobre la que, por cierto, escribi¨® en 2015 una biograf¨ªa. Y digo criaturas porque Freire recrea a los cuatro escritores con un lujo de detalles m¨¢s propio de la novela que del ensayo, atendiendo las facetas que le interesan (muy evidente en Wodehouse) y soslayando otras que hubieran complementado la imagen de los retratados. Es el caso de Bergam¨ªn, cuyo paso por Venezuela y Uruguay despu¨¦s de abandonar M¨¦xico en 1947 se despacha diciendo: ¡°Se dejaba llevar de un lado a otro, como un p¨¢jaro impulsado por el viento¡±, sin entrar en los conflictos que la atrabiliaria personalidad del escritor caus¨® a su paso. M¨¢s all¨¢ de esto, el ensayo de Freire sobre cuatro ¡°inactuales e intempestivos¡±, muy bien escrito, se lee con placer, lo que no es peque?a recompensa.