Carmen Mart¨ªn Gaite, la escritora de nunca acabar
Figura clave de la literatura espa?ola del siglo XX, en su centenario la polifac¨¦tica autora es reivindicada por un inagotable n¨²mero de lectores, esos nuevos interlocutores que la encontraron en sus cuentos, novelas, ensayos y collages
No estudi¨® en colegio de monjas, en sus a?os universitarios pas¨® unos meses becada en el extranjero ¡ªprimero en Portugal y luego en el sur de Francia¡ª, tuvo un buen grupo de amigos y amigas que se dedicaban tambi¨¦n a la escritura a los que se fueron sumando a lo largo de los a?os nuevas generaciones. Logr¨® vivir de su pluma; hizo traducciones, pr¨®logos, guiones, obras de teatro, investigaciones hist¨®ricas, ensayos, poemas, cuentos, novelas, cr¨ªticas y rese?as, se separ¨® de su marido y padre de su ¨²nica hija; fue invitada a impartir clases en varias universidades de Estados Unidos. ...
No estudi¨® en colegio de monjas, en sus a?os universitarios pas¨® unos meses becada en el extranjero ¡ªprimero en Portugal y luego en el sur de Francia¡ª, tuvo un buen grupo de amigos y amigas que se dedicaban tambi¨¦n a la escritura a los que se fueron sumando a lo largo de los a?os nuevas generaciones. Logr¨® vivir de su pluma; hizo traducciones, pr¨®logos, guiones, obras de teatro, investigaciones hist¨®ricas, ensayos, poemas, cuentos, novelas, cr¨ªticas y rese?as, se separ¨® de su marido y padre de su ¨²nica hija; fue invitada a impartir clases en varias universidades de Estados Unidos. La vida de Carmen Mart¨ªn Gaite, la escritora cuyo centenario se celebra en 2025, no parece tan lejana del siglo XXI, aunque ella vivi¨® la guerra de ni?a y se hizo adulta y desarroll¨® su carrera en plena dictadura. Ten¨ªa 50 a?os cuando muri¨® Franco, pero es la libertad lo que define en gran medida su vida y una obra en la que mezcl¨® g¨¦neros, siguiendo su instinto y curiosidad natural, defendiendo siempre que el impulso que gu¨ªa la escritura es el de la conversaci¨®n y no el del ensimismamiento. ¡°No basta con querer que unos ojos nos miren y unos o¨ªdos nos escuchen: tambi¨¦n nosotros tenemos que mirar esos ojos y aprender a graduar el ritmo de nuestra voz para adaptarlo a esos o¨ªdos¡±, apunta en El cuento de nunca acabar, un brillante y heterodoxo ensayo en el que trabaj¨® m¨¢s de una d¨¦cada y donde logr¨® plasmar sus ideas sobre la narrativa.
Mart¨ªn Gaite escribe para llegar a otro, para compartir, para crear un v¨ªnculo que ella tambi¨¦n sent¨ªa como lectora incluso con un olvidado ministro del siglo XVIII perseguido por la Inquisici¨®n, entre cuyos papeles pas¨® sumergida los siete a?os que le llev¨® El proceso de Macanaz. ¡°No ped¨ªa permiso para vivir ni para escribir¡±, subraya la novelista Bel¨¦n Gopegui, quien conoci¨® a Mart¨ªn Gaite en el Caf¨¦ Manuela de Madrid tras una lectura de poemas, y con quien mantuvo una buena amistad antes incluso de publicar su primera novela. ¡°El precio de no pedirlo a veces fue la condescendencia y el ninguneo ejercidos desde un entorno supuestamente triunfador, pero sigui¨® adelante. Al abrirse camino, nos lo abr¨ªa. Porque la suya fue siempre una libertad generosa, que hac¨ªa sitio a much¨ªsimas personas, algunas escrib¨ªan, cantaban, pintaban, otras no; nunca busc¨® el nombre ni el valor de cambio de las compa?¨ªas, sino la amistad franca. Supo ver lo mejor que hab¨ªa en cada cu¨¢l y lo hizo crecer¡±.
Figura clave en la literatura espa?ola del siglo XX, ganadora del premio Caf¨¦ Gij¨®n en 1955 con su primer libro, El balneario, y del Nadal en 1957 con Entre visillos, premio Nacional en 1978 por El cuarto de atr¨¢s, premio pr¨ªncipe de Asturias en 1988, y premio Anagrama por Usos amorosos de la posguerra espa?ola, 25 a?os despu¨¦s de su muerte, Mart¨ªn Gaite, la ¡°reina de la feria del libro de Madrid¡± como la bautiz¨® Jorge Herralde, editor de sus exitosas novelas de los a?os noventa, se mantiene como una de las voces m¨¢s escuchadas de la llamada generaci¨®n de los cincuenta.
Hoy es una autora reivindicada por un inagotable n¨²mero de lectores nacidos en democracia. Para muchos de ellos el primer encuentro llega de la mano de Miss Lunatic y Sarah Allen, los personajes de Caperucita en Manhattan, y es precisamente la adaptaci¨®n teatral de Luc¨ªa Miranda de este libro en el teatro de la Abad¨ªa, cuyo estreno est¨¢ previsto el 23 de enero, el primero de los actos en torno a la escritora que marcar¨¢n el 2025 ¡ªseguir¨¢ el 27 de febrero el montaje de Rakel Camacho de El cuarto de atr¨¢s tambi¨¦n en La Abad¨ªa¡ª. Miranda recuerda que compr¨® Caperucita en una feria del libro de Madrid que visit¨® con su madre desde su ciudad, Valladolid. ¡°Es una obra de viaje, de descubrimiento, una Alicia¡±, recordaba esta semana en Madrid, antes de a?adir el azaroso destino que la volvi¨® a unir a ese libro cuando fue becada como lectora de espa?ol en Vassar College. All¨ª descubri¨® no s¨®lo que aquel campus estaba ligado a la g¨¦nesis del cuento, sino que la ni?a que hab¨ªa prestado su nombre a la protagonista, hija de la traductora de Mart¨ªn Gaite al ingl¨¦s, se sentaba en su clase ¡ª¡±dime, ?cu¨¢ntas posibilidades hay de que una chica de Valladolid se encuentre con Sarah Allen?¡±¡ª. El nuevo montaje, con cuatro actrices y un m¨²sico sobre el escenario, dice Miranda que es ¡°muy fiel¡± al texto original, en el que ella identifica una versi¨®n ¡°gamberra¡± de la autora. ¡°No quiso convertirse en una se?ora, fue como quiso ser, sin la normatividad que se esperaba y en eso era muy adelantada¡±, subraya. En la dedicatoria a su exmarido de Usos amorosos del dieciocho en Espa?a ella escribi¨®: ¡°Para Rafael, que me ense?¨® a habitar la soledad y a no ser una se?ora¡±.
Caperucita surgi¨® de las conversaciones de Mart¨ªn Gaite con el ilustrador Juan Carlos Eguillor cuando lleg¨® a Nueva York en 1985 camino de Vassar, donde hab¨ªa sido invitada para dar clase. Un viaje que estuvo te?ido por el duelo de la reciente muerte de su hija Marta, como ella misma explic¨® en El oto?o de Poughskeepsie: ¡°Dentro de una semana me marcho a Nueva York. Y de all¨ª a Vassar, a dar un curso de cuatro meses sobre el cuento espa?ol contempor¨¢neo. Cerrar¨¦ esta casa y no quedar¨¢ nadie en ella. Por primera vez en mi vida no podr¨¦ llamar a trav¨¦s del oc¨¦ano al 2745644 porque nadie coger¨¢ el tel¨¦fono para decirme, ?qu¨¦ alegr¨ªa o¨ªrte, qu¨¦ voz tan bonita tienes!¡±. Este texto, junto a otro que la escritora dedic¨® a su madre, se reedita en marzo en la Biblioteca Carmen Mart¨ªn Gaite de Siruela en el peque?o volumen De hija a madre, de madre a hija.
Caperucita en Manhattan estren¨® la llegada de la autora a Siruela en 1990. ¡°Viv¨ªamos cerca y nos conoc¨ªamos. Un d¨ªa almorzando le habl¨¦ del proyecto de una colecci¨®n con libros para todas las edades, que pudieran leer ni?os y mayores. Ella me habl¨® de un cuento que ten¨ªa que no sab¨ªa d¨®nde encajar. Fue un ¨¦xito enorme desde el principio, y hoy es un cl¨¢sico¡±, recuerda Jacobo Fitz-James Stuart. No era la primera vez que Mart¨ªn Gaite apostaba por una editorial joven: en 1973 inaugur¨® Nostromo, ¡ªde Mauricio D¡¯Ors, Diego Lara y Juan Antonio Molina Foix, con quienes trabaj¨® su hija adolescente¡ª con La b¨²squeda del interlocutor y otras b¨²squedas, y en Trieste de Andr¨¦s Trapiello sac¨® El cuento de nunca acabar, (apuntes sobre la narraci¨®n, el amor y la mentira). Estos libros revelan la maestr¨ªa de Mart¨ªn Gaite como ensayista y demuestran con contundencia que la tan celebrada etiqueta de ¡°literary non fiction¡± va mucho m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito anglosaj¨®n.
Traductora de Emily Bront?, de Natalia Ginzburg y de Virginia Wolf, las reflexiones sobre vida y escritura recorren su obra. ¡°No hay en otros ensayistas espa?oles una voz como la suya que convierte cualquier abstracci¨®n en un cuento. Nunca depone su condici¨®n de narradora a la hora de abordar las ideas, y, aunque exista esa implicaci¨®n personal, no desestima la investigaci¨®n o el rigor. Su inter¨¦s personal en los temas hace que la mirada sea viva¡±, afirma el profesor Jos¨¦ Teruel, autor de Carmen Mart¨ªn Gaite. Una biograf¨ªa, que llegar¨¢ a las librer¨ªas el 12 de marzo y es la obra ganadora del XXXVII premio Comillas de Tusquets, fallado esta semana. Teruel lleg¨® a este nuevo libro tras su trabajo en los siete vol¨²menes de la obras completas de la escritora, un proyecto que se prolong¨® desde 2008 hasta 2019 y cuyo resultado final qued¨® malogrado por la quiebra de C¨ªrculo de Lectores. Aunque algunos ejemplares de los ¨²ltimos tomos pueden encontrarse en internet, la mayor parte fueron destruidos.
Infatigable estudioso de la obra de Mart¨ªn Gaite, Jos¨¦ Teruel tambi¨¦n ha prologado y seleccionado el reciente P¨¢ginas escogidas, una suerte de biblioteca port¨¢til para nuevos lectores de Mart¨ªn Gaite, y ha trabajado en De viva voz, que recoge las conferencias, y en las antolog¨ªas de sus art¨ªculos, Tirando del hilo, y de sus relatos Todos los cuentos, publicados en Siruela. El profesor, que ser¨¢ el comisario junto a Mar¨ªa Isabel Toro de la exposici¨®n prevista en la Biblioteca Nacional en oto?o, conoci¨® a la autora a los 23 a?os cuando escribi¨® un primer art¨ªculo sobre ella. ¡°No fui amigo suyo, pero tuve trato de interlocutor-oyente y me encantaba escucharla hablar¡±, recuerda y apunta que Mart¨ªn Gaite es el ¡°paradigma de la mujer de letras¡± en Espa?a en el siglo XX. ¡°Es copart¨ªcipe, testigo y legataria de los llamados ni?os de la guerra, pero la afirmaci¨®n de su po¨¦tica frente a los grandes iconos masculinos de su generaci¨®n reivindica los afectos y la comunicaci¨®n¡±.
¡°Frente a sus contempor¨¢neos como su amigo Juan Benet o el que fue su marido Rafael S¨¢nchez Ferlosio, ella muestra una naturalidad y una curiosidad que la sit¨²an en otro lugar¡±, apunta el novelista Marcos Giralt Torrente, a quien Mart¨ªn Gaite, amiga de su familia, alent¨® cuando arrancaba su carrera. ¡°Era una narradora portentosa, y eso va m¨¢s de all¨¢ de si alguien es buen o mal escritor. En su trabajo siempre hay un detalle que se sale, respira vida y autenticidad¡±.
Ese impulso narrativo inquieto queda maravillosamente reflejado en sus Cuadernos de todo. Su hija Marta le regal¨® el primero de esos blocs de notas en los sesenta y le puso el t¨ªtulo. Y en uno de ellos cuaj¨® Visi¨®n de Nueva York, el libro de collage que recoge sus impresiones de esa ciudad durante su estancia en oto?o de 1980, una joya que se edit¨® p¨®stumamente y que ahora ha sido reeditada. Esos collages se mostrar¨¢n en una exposici¨®n de la Casa del lector en Matadero en Madrid desde mediados de marzo.
¡°?A qui¨¦n no le ha agobiado alguna vez su propia biograf¨ªa, qui¨¦n no ha sentido el deseo de arriar el personaje que la vida le impele a encarnar y con cuyo espantajo irreversible le acorralan los malos espejos , esos ojos que no saben mirar ni leer m¨¢s que lo ya mirado o le¨ªdo por otros?¡±, escribi¨® Mart¨ªn Gaite en un texto de 1972 recogido en La b¨²squeda del interlocutor. Giralt Torrente destaca la mezcla curiosa de la autora, quien jugaba muchas veces a se?orita de provincias, pero ten¨ªa una mirada sofisticada y cosmopolita. ¡°Su exploraci¨®n del mundo literario no se agotaba en sus libros y cre¨® un personaje exc¨¦ntrico y por momentos extravagante. Ten¨ªa desparpajo y falta de pretensi¨®n. Fue por libre y se sobrepuso a cosas muy duras. Siempre estuvo rodeada de j¨®venes a quienes regal¨® su atenci¨®n, consejos y lectura de manuscritos¡±.
Rafael Chirbes, uno de los autores a quienes apoy¨®, habla en la introducci¨®n a la edici¨®n de 2003 de Cuadernos de todo de ¡°la dif¨ªcil y voluntaria posici¨®n de excentricidad que permiti¨® a Carmen Mart¨ªn Gaite mirar de modo original los problemas de su tiempo, los modos literarios, los consensos pol¨ªticos, los usos cotidianos¡±. La clave para la novelista Bel¨¦n Gopegui est¨¢ en un ¡°rigor que siempre fue compatible con la alegr¨ªa, una alegr¨ªa respetuosa porque estaba transida por la pena aunque no lo manifestara¡±.
Mart¨ªn Gaite apunta en Bosquejo autobiogr¨¢fico en 1980: ¡°He hecho ediciones cr¨ªticas, traducciones, pr¨®logos, art¨ªculos, guiones de cine, adaptaciones de cl¨¢sicos, colaboraciones para la radio, y hasta he cantado canciones gallegas en un teatro. Pero siempre he evitado, aun a costa de vivir m¨¢s modestamente, los empleos que pudieran esclavizarme y quitarme tiempo para dedicarme a la lectura, a la escritura y a otra de mis pasiones favoritas: el cultivo de la amistad. Los amigos son para m¨ª la cosa m¨¢s importante del mundo, la m¨¢s significante y consoladora, y se requieren de una delicadeza y un tino especiales para no perderlos¡±. Prosigue: ¡°Hablar con gente de la m¨¢s diversa condici¨®n y edad es algo que me encanta, y escuchar tanto o m¨¢s que hablar¡±. En su escritura pervive esa ¡°buena conversaci¨®n¡± por la que ella, dec¨ªa, ¡°lo dejar¨ªa todo¡±.
Caperucita en Manhattan
El cuarto de atr¨¢s
Visi¨®n de Nueva York
Carmen Mart¨ªn Gaite. Una biograf¨ªa
Carmen Mart¨ªn Gaite, paradigma de mujer de letras
P¨¢ginas escogidas
Edici¨®n y pr¨®logo de Jos¨¦ Teruel
Siruela, 2024
244 p¨¢ginas
22,95 euros