¡®La majordoma¡¯, la mirada triste del gamo

Si el Heartbreak Hotel tiene la mejor ac¨²stica de Barcelona se dice y no pasa nada. Este teatrito del barrio de Sants es el templo de la palabra y del silencio. Ya nos lo demostraron con L¡¯home de teatre, la propuesta que inaugur¨® la sala, y ahora lo han corroborado con La majordoma. El nuevo mon¨®logo de Josep Maria Mir¨® funciona, y c¨®mo, en un espacio como este: dimensiones humanas, proximidad y atenci¨®n al detalle. La...

Si el Heartbreak Hotel tiene la mejor ac¨²stica de Barcelona se dice y no pasa nada. Este teatrito del barrio de Sants es el templo de la palabra y del silencio. Ya nos lo demostraron con L¡¯home de teatre, la propuesta que inaugur¨® la sala, y ahora lo han corroborado con La majordoma. El nuevo mon¨®logo de Josep Maria Mir¨® funciona, y c¨®mo, en un espacio como este: dimensiones humanas, proximidad y atenci¨®n al detalle. Las pausas cortas o largas adquieren dimensiones metaf¨ªsicas cuando casi podemos escuchar nuestros propios pensamientos. Y los del int¨¦rprete que tenemos enfrente.

Mir¨® nos presenta la segunda parte de su ¡°Trilog¨ªa de la epifan¨ªa¡± (despu¨¦s de El cos m¨¦s bonic que s¡¯haur¨¤ trobat mai en aquest lloc): esta es la historia de una mujer que aparece para contarnos como huy¨®. Todo recae sobre los hombros de Rosa Renom, que con este montaje se confirma como una de las grandes actrices de Catalu?a. No es que no lo supi¨¦ramos: interpretando textos de Bernhard, Stoppard, Goldoni o Wilder nos ha encandilado, pero es que lo que hace en este montaje es estratosf¨¦rico. La protagonista narra, mediante una verborrea casi patol¨®gica, su vida pasada y presente, y esto lo hace en un espacio vac¨ªo, sin escenograf¨ªa, m¨²sica ni objetos de ning¨²n tipo. Teatro puro, sin distracciones.

El texto de Mir¨® habla de dolor, huida y violencia, y toma la figura de una mayordoma de parroquia como s¨ªmbolo de abnegaci¨®n. La propuesta de direcci¨®n del autor es radical: solo la luz tenebrista (caravaggiesca, a ratos) de Xavier Albert¨ª da matices al espacio. Rosa Renom va de negro riguroso (vestuario de Albert Pascual) y son sus palabras, sus puntos y sus comas los que construyen el templo. Esta mujer es madre y esposa, pero tambi¨¦n v¨ªctima y verdugo, tuerta y fugitiva, muda y amazona. El texto de Mir¨® peca, a ratos, de abrir demasiadas compuertas: cuando el personaje dice lo que piensa el autor existe el peligro de caer en la columna de opini¨®n. Pero la interpretaci¨®n de Renom y la solidez de la propuesta son robustas, y esta funci¨®n lo aguanta todo. La majordoma necesita una gran actriz, y Rosa Renom es capaz de mostrar la fortaleza y el miedo de la mirada del gamo en una misma frase.