¡®El p¨²blico¡¯: luces, m¨²sculos y color

La escenograf¨ªa de El p¨²blico cruz¨® el Atl¨¢ntico para viajar de Montevideo a Barcelona y, por causas ajenas a la compa?¨ªa y al teatro, lleg¨® con retraso al puerto. Este hecho tan prosaico ¡ªcosas del transporte mar¨ªtimo internacional¡ª hizo que el estreno de la producci¨®n de la Comedia Nacional de Montevideo en el Teatre Lliure se retrasara tres d¨ªas. El esp¨ªritu de la Xirgu debi¨® de sonre¨ªr, all¨ª donde est¨¦, con coqueter¨ªa. A las divas siempre hay que esperarlas, se llamen Margarita o Federico.

Hab¨ªa ganas de ver esta producci¨®n de El p¨²blico dirigida por Marta Pazos y con versi¨®n de Gabriel Calder¨®n. La creadora gallega firma tambi¨¦n la escenograf¨ªa con su estilo caracter¨ªstico: mucho color, uso l¨²dico de las proporciones, plasticidad de vi?eta del c¨®mic. Calder¨®n presenta una versi¨®n del texto de Lorca demasiado clarificadora: la gracia de El p¨²blico se encuentra, como toda la trilog¨ªa del ¡°teatro imposible¡±, en su car¨¢cter irrepresentable. Subrayar o reordenar textualmente algunos pasajes puede resultar contraproducente: no hace falta explicar tanto el deseo. La iconograf¨ªa de Pazos siempre es una golosina para los ojos, pero acaba igualando (en colores llamativos) la mayor¨ªa de sus propuestas. Aun as¨ª, nos regala multitud de im¨¢genes estimulantes: la habitaci¨®n azul, la crucifixi¨®n en rojo, el tel¨®n multicolor¡­ El espacio esc¨¦nico de Pazos se da la mano con el vestuario y la caracterizaci¨®n de Agust¨ªn Petronio: menci¨®n especial a los tres trajes con cuerpos impresos de hombre (esqueleto, m¨²sculos y desnudo ¨¤ la Jean-Paul Gaultier), as¨ª como a las espectadoras escandalizadas: son puro Salvador Dal¨ª y Rossy de Palma.

En el terreno interpretativo, destacan Gustavo Saffores como director y Fernando Vannet como desnudo rojo. La propuesta juega con la metateatralidad (es un acierto haber convertido el criado en regidor del teatro), y la poes¨ªa esc¨¦nica de Lorca se mezcla con la m¨²sica de jazz y las bases electr¨®nicas (sonido y m¨²sica original de Hugo Torres). Pocos d¨ªas despu¨¦s de la muerte de David Lynch, es inevitable pensar en Rebekah Del R¨ªo cantando a capela en el escenario de Mulholland Drive. Si en 2015 ?lex Rigola llev¨® El p¨²blico a su lenguaje de violencia y actores en calzoncillos, Marta Pazos lo ha llevado a sus mundos de color. Las fotos en Instagram, esto hay que admitirlo, quedan muy bonitas.