¡®L¡¯home de teatre¡¯: ?lex Rigola inaugura una peque?a sala en Barcelona con una acertada relectura de Bernhard
El largo parlamento del protagonista, casi un mon¨®logo, se convierte en esta adaptaci¨®n en una pieza de c¨¢mara, de solo una hora y cinco minutos de duraci¨®n
Inaugurar un teatro siempre provoca una gran alegr¨ªa. El estreno del Heartbreak Hotel llen¨® de personalidades de la escena catalana una peque?a sala del barrio barcelon¨¦s de Badal. Discreta por fuera y confortable por dentro, como un buen abrigo. Este antiguo taller mec¨¢nico alberga hoy un coqueto teatro con el mismo nombre de la compa?¨ªa capitaneada por ?lex Rigola e Irene Vicente Salas: el ¡°hotel de los corazones rotos¡± se propone presentar un teatro centrado en el int¨¦rprete y en la palabra, lejos de la espectacularidad y el artificio. A la espera de que Rigola publique su tan anunciado dec¨¢logo o Dogma particular, el Heartbreak Hotel transforma en sala la caja de madera donde el director ha estrenado sus ¨²ltimos espect¨¢culos. Cercan¨ªa, verdad y silencio. El trabajo del ingeniero ac¨²stico Oriol Arau es para quitarse el sombrero: hac¨ªa tiempo que no disfrutaba de un silencio tan puro en un teatro. La reforma del arquitecto Francesc Gu¨¤rdia ha creado una sala comod¨ªsima y de dimensiones humanas: 72 localidades con perfecta visi¨®n desde cualquier butaca.
Tiene algo de manifiesto esc¨¦nico estrenar el Heartbreak Hotel con un Thomas Bernhard y, en particular, con un texto como L¡¯home de teatre. El largu¨ªsimo parlamento de Bruscon, casi un mon¨®logo, se ha convertido aqu¨ª en una pieza de c¨¢mara, de solo una hora y cinco minutos de duraci¨®n, y su protagonista se presenta ante nosotros con el nombre real del actor: Andreu Benito. La adaptaci¨®n de Rigola sintetiza el texto (a partir de la traducci¨®n de Bernat Puigtobella) y lo traslada de su Austria original a Catalu?a, concretamente a Barcelona y, para ser m¨¢s precisos, el barrio de Badal. El gran actor, que ha actuado en el TNC o en el Teatre Lliure y que ha girado por medio mundo, se ve ahora obligado a trabajar en esta diminuta sala de nombre pretencioso y en ingl¨¦s. Sus diatribas contra la mediocridad y la indigencia mental de la sociedad austriaca van ahora dirigidas a la catalana, pero el retrato de la absurdidad del teatro sigue siendo atemporal. Porque, si somos francos, continuar haciendo teatro es un absurdo. Hoy m¨¢s que nunca.
Andreu Benito est¨¢ espl¨¦ndido, con una actuaci¨®n muy acorde con la sala, elegante y discreta. El actor nos mira directamente a los ojos y podemos captar cada peque?a inflexi¨®n de su voz, cada sonrisa medio esbozada. Incluso sus dudas puntuales con el texto son salvadas con sabidur¨ªa y oficio, en este ejercicio de deconstrucci¨®n y s¨ªntesis de la obra. Los j¨®venes actores Marwan Sabri y ?lex Fons le dan la r¨¦plica con iron¨ªa y discreci¨®n, en una puesta en escena m¨ªnima. No s¨¦ si la pared de ladrillos negros que sirve de fondo de escenario ofrece muchas posibilidades, pensando en un futuro pr¨®ximo, pero aqu¨ª nos permite centrarnos en las palabras. De la risa (¡°?Matadepera!¡±) al silencio hay solo un paso.
?lex Rigola solo ha necesitado una flight case, un retrato y un tel¨®n rojo a modo de capa para crear un gran montaje. La bandera catalana ondeando al viento emparenta L¡¯home de teatre con el teatro de objetos de David Espinosa, y es una imagen-manifiesto muy potente. El comediante espera pacientemente la llegada del t¨¦cnico municipal, y pese al fr¨ªo y el asco no pierde su fe en el arte dram¨¢tico. Como nosotros. Larga vida al Heartbreak Hotel.
L'home de teatre
Texto: Thomas Bernard. Dirección: Àlex Rigola. Con Andreu Benito, Marwan Sabri, Àlex Fons. Heartbreak Hotel. Barcelona. Hasta el 21 de enero de 2024.
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