La segunda juventud de Lindsey Buckingham, arquitecto sonoro de Fleetwood Mac
El cantante conquist¨® la gloria para la banda, pero nunca triunf¨® en solitario. La reedici¨®n de sus olvidados discos como solista coincide con el nuevo bum que vive su antiguo grupo
![13/07/1980. Lindsay Buckingham floating nude in a pool holding a guitar (Photo by Aaron Rapoport (Corbis / Getty Images)](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NGFQLT2P7BBGFGSJOYVPTJPNNE.jpg?auth=2239f465d014d35a688874840e32cdd254f8931c1db02e57c1aa2ea6f5a921f0&width=414)
Los mayores ¨¦xitos los proporcionaban Christine McVie y, en menor medida, Stevie Nicks, pero Fleetwood Mac nunca se habr¨ªa convertido en una de las bandas m¨¢s exitosas, admiradas y bendecidas del planeta entre 1975 y 1987 sin el concurso decisivo de Lindsey Buckingham. El representante masculino en tan irrepetible tridente de compositores era m¨¢s afilado, histri¨®nico y hasta desmedido en las tareas de escritura, y apenas ¡®Go Your Own Way¡¯ o ¡®Big Love¡¯ siguen siendo argumentos recurrentes con su r¨²brica en esas emisoras que se alimentan de la nostalgia mel¨®mana. Pero todos sus compa?eros de viaje son conscientes de que el barco nunca habr¨ªa alcanzado puertos tan remotos sin el concurso de un hombre que, m¨¢s all¨¢ de cantar, componer y desarrollar una peculiar¨ªsima t¨¦cnica guitarr¨ªstica, se erigi¨® en arquitecto sonoro e instigador de argucias y virguer¨ªas en las grabaciones. Y sin aquellos malabares, ¨¢lbumes como Rumours (1977), Tusk (1979) o Tango in the night (1987) nunca habr¨ªan alcanzado las cotas hist¨®ricas que ya conservar¨¢n para la posteridad.
A Buckingham se le reivindica poco, y la recuperaci¨®n ahora de sus tres primeros ¨¢lbumes en solitario, descatalogados y dif¨ªciles de localizar ¡ªpor ins¨®lito que parezca¡ª, representa un acto de contrici¨®n por parte de una industria que siempre supo comprender y exprimir mejor el talento de las dos mujeres en aquel quinteto irrepetible, ejemplo preclaro de unos tiempos en que la excelencia era bendecida en las listas de ventas. La caja 20th Century Lindsey re¨²ne, haciendo bueno su t¨ªtulo, los tres elep¨¦s que Buckingham tuvo tiempo de manufacturar por su cuenta a lo largo del siglo pasado, Law & Order (1981), Go Insane (1984) y Out of the Cradle (1992), adem¨¢s de un cuarto disco con las no muy abundantes pero sabrosas rarezas del periodo: temas sueltos, singles ilocalizables, alguna canci¨®n de encargo para pel¨ªculas y tres versiones alternativas de sus temas m¨¢s exitosos, aunque en realidad gozaron de una popularidad muy relativa. Este cu¨¢druple artefacto coincide con otros dos lanzamientos inesperados, el concierto (parcialmente) in¨¦dito de Fleetwood Mac Mirage Tour 82 y la reelaboraci¨®n ¨ªntegra, como si fuera un remake, del ¨¢lbum Buckingham Nicks (1973) a cargo de dos artistas de mucho pedigr¨ª indie, Andrew Bird y Madison Cunningham, con el t¨ªtulo de Cunningham Bird (Concord / Music as Usual). No queda otra: hay que convenir que Lindsey Adams Buckingham, californiano de 75 a?os, vive una segunda juventud, mientras su antiguo grupo es reivindicado tambi¨¦n por las nuevas generaciones.
![Lindsey Buckinghan, durante un concierto en Berl¨ªn, en 2022.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VDIES3QSBJA4RODSMFVAD2MQDE.jpg?auth=f87bc195d1833f37c82e65efc7364cb679cfcf8963476a37098db4ba1112377d&width=414)
Es normal que Nicks, magn¨¦tica, enigm¨¢tica y envolvente como pocas, acabara eclosionando tambi¨¦n como artista en solitario. Rodeada de esa aureola de hechicera inalcanzable, la de Arizona acredita varias p¨¢ginas a las que se les profesa una veneraci¨®n reverencial; en particular, ¡®Rhiannon¡¯, ¡®Landslide¡¯, ¡®Sara¡¯, ¡®Gypsy¡¯ y ¡®Dreams¡¯, que la revista Rolling Stone encaram¨® en 2021 hasta la novena posici¨®n en la clasificaci¨®n de mejores canciones de todos los tiempos. Su primer ¨¢lbum en nombre propio, Bella Donna (1981), era tan fabuloso que su pervivencia misma en Fleetwood Mac acab¨® entre interrogantes, una incertidumbre que alimentaron sucesivamente otro disco mejor que bueno (The Wild Heart, 1983) y su desdichado tratamiento con un ansiol¨ªtico, el Klonopin, que le provoc¨® una dependencia a¨²n mayor que la desmedida adicci¨®n a la coca¨ªna que pretend¨ªa combatir.
Christine McVie, m¨¢s terrenal y discreta, nunca sinti¨® tanta necesidad de aventurarse al margen de la banda matriz, y la ¨²nica tentativa en esa direcci¨®n, un elep¨¦ hom¨®nimo en 1984, obtuvo una repercusi¨®n menos notable. Pero su hoja de servicios para la factor¨ªa que Mick Fleetwood y John McVie hab¨ªan instaurado en 1967 es descomunal: ¡®Don¡¯t Stop¡¯, ¡®Say You Love Me¡¯, ¡®Little Lies¡¯, ¡®Over My Head¡¯, ¡®Everywhere¡¯, ¡®Over and Over¡¯, ¡®You Make Loving Fun¡¯¡ Nunca podremos lamentar bastante su p¨¦rdida repentina, en noviembre de 2022, cuando se hab¨ªa recuperado de un periodo de tres lustros ¡°dedicados mayormente a la jardiner¨ªa¡± tras desarrollar un p¨¢nico a volar incontrolable.
En contraste, Buckingham siempre fue ambicioso por s¨ª mismo, pero el p¨²blico le fue negando sistem¨¢ticamente el reconocimiento solista que anhelaba. Regresar a sus tres obras en solitario del siglo XX, que muchos tendr¨¢n sepultadas en la memoria, constituye un ejercicio sabroso y placentero, adem¨¢s de esclarecedor: algunos cortes son rematadamente buenos y con seguridad se habr¨ªan erigido en ¨¦xitos clamorosos bajo el paraguas de los Mac, por lo que adquiere cierta l¨®gica esa pelusa que Lindsey desarroll¨® hacia sus compa?eras. Y m¨¢s a¨²n en el caso de Nicks, expareja con la que ha vivido sonados episodios tanto de cohabitaci¨®n civilizada como de inquina aguda.
![Mejores discos](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VCB7QRBBOZDGHFCISIWVA5BO6A.jpg?auth=1ea2f3c45849af0e7331db9642a873117de401a38151e758c4bc9f0d629453b7&width=414)
Es cierto que el despendolado Go Insane, el segundo de aquellos trabajos, hace hoy bueno su t¨ªtulo (¡°Volverse loco¡±) y representa un ejercicio de desmesura entre estruendoso y hortera, aunque no exento de cap¨ªtulos divertidos (si quieren escuchar algo sexy, p¨®nganse ¡®Slow Dancing¡¯). En cambio, el repertorio de Law & Order anticipaba el que Lindsey aportar¨ªa a la banda solo un a?o m¨¢s tarde para Mirage: un pie en el pop efectista y elaborad¨ªsimo (¡®Trouble¡¯) y esa querencia demod¨¦ por el pop primitivo de los cincuenta, que FM inmortalizaran con ¡®Oh Diane¡¯ pero aqu¨ª ya se ve¨ªa venir con la extraordinaria y olvidada ¡®Love From Here Love From There¡¯. Y Out of the Cradle era un ¨¢lbum mayor de la primera palabra a la ¨²ltima, un arrebato de orgullo (lo de ¡°fuera de la cuna¡± solo puede referirse a su desvinculaci¨®n de los Mac) que agrupaba, desde ¡®Wrong¡¯ a ¡®Soul Drifter¡¯ o ¡®Countdown¡¯, algunas de sus p¨¢ginas m¨¢s memorables. Y todas ellas, una vez m¨¢s, deso¨ªdas.
Buckingham se erige as¨ª en una paradoja colosal. Su precioso ¨¢lbum con Nicks de 1973 es una exquisitez folkie que nadie escuch¨® y nunca se ha reeditado (ni siquiera puede disfrutarse en plataformas), pero les sirvi¨® a ambos para fichar por una banda en horas bajas que estaba a punto de ser despedida por Warner y con la que hicieron historia. Por eso Cunningham Bird, su recreaci¨®n ¨ªntegra, es un maravilloso acto de justicia. Y todos sabemos que las chiribitas, ecos de segundas voces, efectos especiales y dem¨¢s triqui?uelas de estudio que popularizaron Fleetwood Mac eran cosa suya, pero esas mismas diabluras fueron ignoradas cuando Lindsey estampaba su nombre en portada. As¨ª es la vida.
![¡®20th Century Lindsey¡¯ (4 CD) . Lindsey Buckingham. Warner](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JLVJQ5VBBZGN5HSVBH5MYZ7TLE.jpg?auth=00f1b36d814196200aec4ba98eada2f9704ed0698862ba297043da473d42a3f4&width=414&height=414&smart=true)
'20th Century Lindsey'
Warner (4 CD)
![¡®Mirage tour 82¡¯ (2 CD). Lindsey Buckingham . Warner](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/42K5M2CGI5B7DP6YAPIYNVEYAM.jpg?auth=1e6f9b83f5f877989f374a88653819810cc4192ce46cfd6c49214bda9198f4c4&width=414&height=414&smart=true)
¡®Mirage Tour 82¡ä
Warner (2 CD)
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