Qu¨¦ ser¨¢ de los gimnasios ahora que sabemos que hacer ejercicio en casa es bueno, bonito y gratuito
Una vez acostumbrados al v¨ªdeo en el sal¨®n, desplazarse hasta un centro se antoja una tonter¨ªa... ?o no? Te contamos lo que les depara el futuro en una trilog¨ªa digna de los guionistas de ¡®Matrix¡¯ (aqu¨ª, la primera parte)
Los meses de confinamiento han bastado para convertir, especialmente a muchos ¨ªntimos del sof¨¢, en expertos en abdominales, sentadillas, planchas (las de ejercicio) y skipping, un t¨¦rmino mucho m¨¢s atractivo que ¡°correr en el sitio levantando las rodillas¡±. Sin poner un pie en la calle ni pagar un solo euro. Las sesiones de profesionales de la forma f¨ªsica (y no tanto), en directo o en grabaciones, han copado las redes sociales, transform¨¢ndolas de la noche a la ma?ana, entre otras muchas cosas, en un ...
Los meses de confinamiento han bastado para convertir, especialmente a muchos ¨ªntimos del sof¨¢, en expertos en abdominales, sentadillas, planchas (las de ejercicio) y skipping, un t¨¦rmino mucho m¨¢s atractivo que ¡°correr en el sitio levantando las rodillas¡±. Sin poner un pie en la calle ni pagar un solo euro. Las sesiones de profesionales de la forma f¨ªsica (y no tanto), en directo o en grabaciones, han copado las redes sociales, transform¨¢ndolas de la noche a la ma?ana, entre otras muchas cosas, en un macrogimnasio virtual sin cuota para quienes se sent¨ªan hu¨¦rfanos de su centro de actividad ¡ªbendito YouTube e Instagram¡ª. Pero tambi¨¦n para aquellos que nunca han querido adquirir el compromiso econ¨®mico y social con su salud que supone hacer deporte pagando y con gente mirando (y esforz¨¢ndose). Estos ¨²ltimos, adem¨¢s, podr¨ªan haber encontrado en esta nueva situaci¨®n la justificaci¨®n para no hacerlo jam¨¢s. ?Qu¨¦ necesidad¡!
¡°En estas semanas ha habido un torrente de informaci¨®n originada por influencers no cualificados, pero tambi¨¦n por profesionales que nos hemos visto forzados a dar consejos, tutoriales o realizar v¨ªdeos de acceso libre para dar valor al conocimiento riguroso y no perder nuestro lugar. Siendo h¨¢bil discriminando, cualquiera ha podido seguir pautas serias de entrenamiento sin gastar. Y aqu¨ª tenemos el siguiente problema¡±, anticipa Jaime Men¨¦ndez de Luarca, entrenador superior de triatl¨®n. ¡°Los espa?oles somos muy amigos de lo gratis. Los live de Instagram son ef¨ªmeros y muchas cuentas de YouTube pronto volver¨¢n a ser de acceso por suscripci¨®n de pago. Cuando eso ocurra, ?cu¨¢ntos seguir¨¢n sudando en su sal¨®n?¡±, se pregunta. En la nueva normalidad los centros deportivos vuelven a abrir sus puertas y se reinventan para adaptarse a una situaci¨®n an¨®mala y a un usuario (real y potencial) muy cambiado. Adem¨¢s de luchar contra la pereza ocasional, ahora toca hacerlo contra la inercia horizontal, la higiene, el ¡°todo gratis¡± y la nueva competencia de sabelotodos de lo healthy.
?Acaso no te pagan a ti por tu trabajo?
La actividad f¨ªsica es como los restaurantes: hay buf¨¦s donde comer hasta hartarse de productos de dudosa calidad y locales con un men¨² verdaderamente rico. La profesionalidad tiene un precio. ¡°No vale todo lo que pulula por Internet, ni todo el mundo est¨¢ listo para movimientos de todo tipo y nivel. Hay que individualizarlo para ir alcanzando gradualmente objetivos sin riesgo de lesiones. Tener muchos seguidores no es garant¨ªa de bueno para el usuario¡±, recalca Isabel del Barrio, youtuber y entrenadora con t¨ªtulo de especialista universitario de Entrenamiento Personal y la certificaci¨®n internacional de entrenador personal NSCA Certified Personal Trainer. Pero, ?y si el quid de la cuesti¨®n est¨¢ en la conexi¨®n con el monitor? Esa es la clave del nuevo repunte de Patry Jordan, monitora de fitness y reina absoluta entre las fitstagrammers (tiene 9,16 millones de suscriptores en su canal de YouTube y v¨ªdeos que contabilizan casi 5 millones de visualizaciones).
Su secreto es una apabullante capacidad para empatizar con quien no ha hecho ejercicio en su vida y lo hace por primera vez, o sufre alg¨²n complejo de inferioridad (una vibraci¨®n negativa que lleva a muchos usuarios cada a?o a desertar de los gimnasios por sentirse gordos o poco aptos para el deporte). Del Barrio y muchos licenciados en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte se dirigen a un p¨²blico con cierto conocimiento (son frecuentes t¨¦rminos como isquiosurales, torsiones o extensiones) y machacan para la correcta ejecuci¨®n de cada ejercicio. A Jordan le basta con que la gente se mueva y la sigan: tiempo habr¨¢ para mejorar o contratar sus servicios (pagados) cuando los v¨ªdeos gratuitos se acaben.
La hora de los gimnasios 2.0
Los centros deportivos saben que el fitness en l¨ªnea ha llegado para quedarse y no quieren perder una parte del pastel. ¡°Ya baraj¨¢bamos entrar online. Ahora sabemos que es una necesidad. Trabajamos en una plataforma digital con contenido semanal nuevo (entrenamientos, consejos¡) sin coste adicional para el socio. Tambi¨¦n en un servicio con una mensualidad m¨¢s econ¨®mica para quienes prefieran no venir al centro en los primeros meses pospandemia¡±, declara ?scar Peir¨®, director del centro Smart Club de Madrid.
La alta tecnolog¨ªa es un elemento habitual en sus gimnasios, En ellos ofrecen spinning inmersivo con The Trip (una sala con pantalla gigante y sonido envolvente, donde uno parece estar pedaleando en cuestas y curvas reales), y sesiones virtuales con los mejores entrenadores de Les Mills, un sistema de entrenamiento muy popular en Estados Unidos. No faltan los piques entre los participantes de una misma clase, que est¨¢n monitorizados con un brazalete de actividad que somete a escarnio p¨²blico el esfuerzo de cada uno. Algo similar funciona en OrangeTheory, con sus monitores de frecuencia card¨ªaca. Uno, cuando le miran, se esfuerza m¨¢s.
Medirse con los que entrenan a otra hora tambi¨¦n es posible. Algunos de los gimnasios Dreamfit incorporan burbujas de competici¨®n y gaming (videojuegos) con bicis de carreras, el¨ªpticas, remos y clases virtuales. Cada semana se establece un reto y los clientes compiten entre s¨ª, o en equipo, para subir al Tourmalet o el canal de remo de Barcelona 92. Las clasificaciones se muestran en un panel y es un incentivo que azuza a los m¨¢s competitivos a darlo todo.
Quedaba conectar esa atm¨®sfera grupal e inmediata de los centros con una vida cada vez m¨¢s deslocalizada. Muchas grandes cadenas ya hab¨ªan hecho sus pinitos con aplicaciones digitales que permiten la reserva y seguimiento de sus ejercicios desde casa. Por ejemplo, GHome, de Altafit. ¡°En la cuarentena hemos readaptado el programa para ofrecer una combinaci¨®n de clases colectivas grabadas y un programa de entrenamiento semanal por niveles, actualizado cada domingo. Adem¨¢s, implementamos las sesiones en directo a trav¨¦s de Instragram y el repositorio en IGTV. Y disponemos de un chat para dudas en nuestra web, atendido por graduados en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte¡±, declara su director, Jos¨¦ Antonio Sevilla. ¡°Tenemos claro que el futuro inmediato de los gimnasios es omnicanal: presencial y online¡±. Puede que Sevilla se equivoque, pero VivaGym ha triplicado sus seguidores en redes sociales durante el estado de alarma...
Lee este y otros reportajes en el nuevo n¨²mero de BUENAVIDA, que regresa el s¨¢bado al quiosco, gratis, con EL PA?S.