El enigma Botella
La concejal de Medio Ambiente y Movilidad logra la alcald¨ªa tras ocho a?os de gesti¨®n pol¨ªtica Cultiva un perfil discreto, oscurecido adem¨¢s por el fulgor de Gallard¨®n y ser mujer de Aznar
La falta de experiencia pol¨ªtica la ha contrarrestado Ana Botella con un perfil bajo. La futura alcaldesa de Madrid conoce su destino desde hace meses, pero ha optado, al menos en apariencia, por no cre¨¦rselo hasta verlo convertido en realidad. O casi, puesto que su curso acelerado de Alcald¨ªa estaba en marcha desde hace semanas, y el regidor lleva tiempo consult¨¢ndola antes de tomar cualquier decisi¨®n de largo recorrido. En opini¨®n de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, es un diamante en bruto a la espera de ser descubierta y amada por los madrile?os. Tanto lo ha repetido el hasta hoy mismo alcalde que tal vez haya llegado a creerlo, pero no son pocos los que, en la calle o incluso en el propio Partido Popular, temen que Botella no est¨¦ a la altura. En la oposici¨®n, de hecho, se observa el relevo con mirada codiciosa: como se?ala un concejal socialista, si en 2015, con esta nueva regidora y los duros recortes que prepara el Gobierno de Mariano Rajoy, el PP no pierde las elecciones municipales, no las perder¨¢ ya nunca m¨¢s.
Probablemente algo de raz¨®n tiene Gallard¨®n cuando afirma que los madrile?os no conocen a Botella. O tal vez habr¨ªa que matizar que solo conocen una parte de ella. La que corresponde al hecho de ser esposa del expresidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (1996-2004) desde hace m¨¢s de 30 a?os. Y a ser un activo con m¨¢s valor pol¨ªtico que real al servicio de Gallard¨®n, al que se ha mantenido siempre fiel y que la ha eclipsado, en parte por el fulgor p¨²blico de ¨¦l, en parte por la discreci¨®n de ella. Botella lleg¨® al Ayuntamiento en 2003 sin experiencia pol¨ªtica alguna, avalada ¨²nicamente por su condici¨®n de esposa del entonces presidente del Gobierno. Han pasado ocho a?os, pero la concejal, que ocupa ahora el ¨¢rea con las competencias m¨¢s amplias y de mayor incidencia sobre la ciudadan¨ªa (Medio Ambiente y Movilidad), conserva ese perfil bajo.
Porque a Botella se la achacan muchas cosas, pero pocas se la ha ganado por dem¨¦ritos propios. Recibe cr¨ªticas y descalificaciones por ser esposa de Aznar y concejal de Gallard¨®n. ¡°Creo que la pol¨ªtica es una actividad noble y digna (...), y eso se lo debo en gran parte a la persona con la que he compartido mi vida desde hace 28 a?os, que ha actuado durante toda su vida p¨²blica con aciertos y errores, pero siempre por convicciones y teniendo como objetivo de su actividad pol¨ªtica el inter¨¦s com¨²n¡±, dijo en 2003 sobre el expresidente.
A Gallard¨®n, Botella le mostr¨® su fidelidad en uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles: cuando Aguirre trat¨® de defenestrar a Manuel Cobo, por sus declaraciones cr¨ªticas hacia la presidenta regional en EL PA?S en 2008, vot¨® a favor del vicealcalde junto al n¨²cleo duro del regidor pese a que era a ella quien hubiera ocupado su lugar. En opini¨®n de Gallard¨®n, ¡°mucha gente la juzga por [su matrimonio] antes que por su propio trabajo y por su propia dedicaci¨®n a la vida p¨²blica. En modo alguno creo que a ella le moleste, pero me parece que hay que juzgarla por su trabajo y su compromiso con la pol¨ªtica. Yo he trabajado mucho con ella y s¨¦ de su capacidad de trabajo y de su capacidad de conexi¨®n directamente con los ciudadanos¡±.
Sin embargo, los precedentes no invitan al optimismo en lo que se refiere precisamente a la conexi¨®n directa de la futura alcaldesa con los ciudadanos. Porque lo que s¨ª se le puede achacar sin lugar a dudas es su inseguridad dial¨¦ctica. Botella no sabe tratar con los medios de comunicaci¨®n, parece temerlos y se recluye la mayor¨ªa de las veces en un silencio que parece esquivo. En un Gobierno caracterizado por la transparencia, llama la atenci¨®n por sus dificultades para explicar sus pol¨ªticas.
Precisamente por ello, le gusta tenerlo todo bajo control, lo que consigue con la estrecha colaboraci¨®n de su coordinador general, Antonio de Guindos, aunque sea a fuerza de reducir al m¨ªnimo su exposici¨®n p¨²blica. Un discurso no es problema, pero, al contrario que Gallard¨®n (aburrido cuando lee, brillante cuando improvisa), es propensa a meterse en camisas de 11 varas cuando se sale del gui¨®n. De ah¨ª vienen precisamente meteduras de pata o frases atormentadas que se han convertido ya en parte del acervo popular. Recordar¨¢n sin duda el ejemplo cl¨¢sico: ¡°Los matrimonios entre homosexuales nunca ser¨¢n igual que los celebrados entre los heterosexuales, de la misma manera que dos manzanas dan lugar a otra manzana y una manzana m¨¢s una pera, nunca dar¨¢n igual a dos manzanas porque son componentes distintos¡± (en Telemadrid, en 2004).
Tambi¨¦n se le han criticado sus excesos casi absurdos a la hora de defender su gesti¨®n pol¨ªtica. En los ¨²ltimos meses, ante los malos datos de contaminaci¨®n, lleg¨® a exclamar: ¡°La calidad del aire es la mejor que hemos tenido en la historia. Estamos en un momento en el que la gente est¨¢ deprimida por el paro. Eso asfixia m¨¢s¡±. O: ¡°Yo no veo la boina esa de la que ustedes hablan. [...] Hasta ahora no existe un estudio cient¨ªfico que relacione la salud con la contaminaci¨®n en Madrid¡±. Tanto Izquierda Unida como el Partido Socialista lo tienen claro: ¡°Las formas la pierden, no es dialogante¡±.
Sin embargo, la importancia que ha cobrado precisamente el juicio a sus formas en su imagen p¨²blica, hasta bordear casi la caricatura, ha ocultado algo que muchos dan por hecho pero sin duda tendr¨¢ matices: su ideario pol¨ªtico. A falta de conocer c¨®mo lo aplica en la gesti¨®n diaria de la ciudad, de sus declaraciones en los ¨²ltimos a?os se desprenden algunas pinceladas: est¨¢ en contra del aborto pero a favor de la reproducci¨®n asistida (¡°aunque yo no acudir¨ªa a un banco de semen¡±); considera que ¡°el planeta est¨¢ al servicio del hombre¡± y no al rev¨¦s, y considera excesivo el ¡°pesimismo¡± sobre el cambio clim¨¢tico; se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo, y a que estas parejas puedan adoptar; critica con fiereza los malos tratos y la desigualdad de la mujer en el hogar y el trabajo, pero no cree en la discriminaci¨®n positiva; defendi¨® la regularizaci¨®n de los inmigrantes sin papeles con contrato de trabajo; es contraria al uso del velo en la escuela; no tiene ¡°problema en condenar el franquismo¡± aunque considera ¡°est¨¦ril y destructivo¡± el debate sobre la memoria hist¨®rica; est¨¢ en contra de legalizar la prostituci¨®n y a favor de convertir la ciudad en ¡°inc¨®moda¡± para sus clientes; y opina que la religi¨®n ¡°pertenece al ¨¢mbito privado¡± y no debe imponerse a los dem¨¢s.
Muchos de estos principios (inspirados o reforzados por su activo papel en el voluntariado) son aplicables a la pol¨ªtica municipal, pero gobernar una ciudad, m¨¢xime cuando las apreturas econ¨®micas no permiten grandes proyectos urban¨ªsticos, tiene m¨¢s que ver con la gesti¨®n diaria. Quiz¨¢ ilustre mejor su perfil lo que afirm¨® en 1998 en este peri¨®dico: ¡°Soy normal. Tengo una inteligencia media. Pero tengo fuerza de voluntad. Psicol¨®gicamente soy fuerte. Algo inestable. Pero soy m¨¢s fuerte en los momentos dif¨ªciles. (¡) He ido conoci¨¦ndome poco a poco, a partir del momento en el que me acept¨¦ tal como soy. Con mis defectos y virtudes. Yo tuve un acn¨¦ juvenil muy fuerte. Me han quedado marcas. Antes me molestaba. Ahora ya no. Me dijeron que pod¨ªan quit¨¢rmelas. Pero ya no vale la pena. Me he acostumbrado a convivir con esas marcas. Y lo mismo sucede con otras muchas cosas¡±.
En 2003 a?ad¨ªa: ¡°Suelo saber lo que quiero. Hacerse mayor lleva a dejar de creer en ciertas cosas. Yo sigo creyendo en casi todo¡±. Los madrile?os se esperan tambi¨¦n casi cualquier cosa de ella. Tendr¨¢ tiempo hasta 2015 para confirmar sus temores o esperanzas; demostrar o no que puede ser candidata de su partido en las pr¨®ximas elecciones; y probar que el alcalde acert¨® o se equivoc¨® en su ¨²ltima decisi¨®n de gran calado para el futuro de Madrid.
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