La oposici¨®n culpa a Feij¨®o de la sucesi¨®n ¡°hereditaria¡±
El secretario general del PSdeG, Pachi V¨¢zquez, acus¨® ayer al presidente de la Xunta y presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de ser ¡°el colaborador necesario¡± para que Jos¨¦ Luis Baltar ¡°deje en herencia la Diputaci¨®n de Ourense a su hijo¡±.
Preguntado por los periodistas en una visita a Mux¨ªa (A Coru?a) sobre la situaci¨®n interna de su partido, el jefe de filas del PSdeG declar¨® el ¡°orgullo¡± que siente hacia su partido, porque ¡°se re¨²ne, debate, vota y decide¡±. Enfrente, situ¨® ¡°la manera de hacer direcci¨®n¡± del PP, en el que ¡°la complicidad¡± de Feij¨®o permite que un padre ¡°entregue en herencia la diputaci¨®n a su hijo¡±. ¡°Yo no quiero un partido como el PP¡±, sentenci¨®. A rengl¨®n seguido, V¨¢zquez se refiri¨® a Baltar como ¡°ese presidente que destin¨® millones de euros que eran para escuelas y pol¨ªtica social en Ourense a pagar agentes electorales para lograr votos para el PP¡±.
El portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, inst¨® por su parte a Feij¨®o a impedir que se produzca en Ourense ¡°una baron¨ªa hereditaria¡± en la Diputaci¨®n, aunque se mostr¨® convencido de que los orensanos ¡°no lo permitir¨¢n¡±.
El diputado del Bloque hizo hincapi¨¦ en que los ciudadanos de Ourense ¡°no van a permitir lo que el PP parece estar dispuesto a legitimar¡±: ¡°Que se consolide el clientelismo y el caciquismo, ahora, con sucesi¨®n hereditaria de por medio¡±.
Los socialistas de Ourense, mientras, consideraron la renuncia de Baltar, que tacharon de ¡°abdicaci¨®n¡± en favor de su hijo, una ¡°consecuencia clara de la lucha fratricida en el PP entre Feij¨®o y ¨¦l¡±. ¡°A Baltar le gusta casi menos Feij¨®o y el Gobierno de la Xunta que a m¨ª¡±, afirm¨® el portavoz del PSOE en la instituci¨®n provincial, Jos¨¦ Ignacio G¨®mez. Una idea similar transmiti¨® el expresidente de la Diputaci¨®n de Lugo y antiguo bar¨®n del PP de esta provincia, Francisco Cacharro, quien atribuy¨® la retirada de la vida pol¨ªtica de Baltar a las heridas abiertas tras el congreso provincial de Ourense, que reconoci¨® que ¡°no fue muy pac¨ªfico¡±.
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