?Con pap¨¢ o con mam¨¢?
Con pap¨¢ o con mam¨¢. Con qui¨¦n te ir¨ªas t¨² al ¨¦xito o al fracaso ¡ªno dir¨¦ a un crucero, porque ahora creo que te aportan el historial del capit¨¢n para que lo contrastes en Google¡ª. Las elecciones primarias son como la p¨®lvora, las nuevas tecnolog¨ªas o la morfina: dependen del uso m¨¢s que de sus componentes. La lucha ¡°hombro a hombro y no frente a frente¡±, que ha acu?ado Carme Chac¨®n para definir la pugna socialista, se supone que quiere incorporar rasgos de los comicios internos del socialismo franc¨¦s. El problema es que no son franceses. Las elecciones primarias no son un casting de candidaturas para ver qui¨¦n da mejor de joven y qui¨¦n de viejo, para valorar la dicci¨®n, el n¨²mero de pel¨ªculas protagonizadas, qui¨¦n es capaz de maquillarse con m¨¢s arte, qui¨¦n viste mejor, qui¨¦n vende m¨¢s, en definitiva. Eso no son unas primarias; eso es publicitar el aparato de los partidos que siempre acaban por definir los candidatos por encima de los militantes.
?Quiz¨¢s no soy muy avispado ¡ªpueden quitar el quiz¨¢s y no pasa nada¡ª, pero en todo este proceso no he encontrado ni un ¨¢pice de planteamiento de futuro que vaya m¨¢s all¨¢ de los lugares comunes. Los discursos de Rubalcaba y Chac¨®n me recuerdan a esos estudios de estrategia de comunicaci¨®n que dicen lo que hay que hacer ¡ªlo que todos sabemos¡ª y jam¨¢s c¨®mo hay que hacerlo ¡ªpara lo que se les contrata¡ª. El problema del socialismo espa?ol (y buena parte del europeo) no es si lo lidera Rubalcaba o lo dirige Chac¨®n. El problema es la propuesta, la asunci¨®n de responsabilidades tras dos legislaturas de Gobierno, la recapacitaci¨®n ideol¨®gica, la autodefinici¨®n sin complejos, el nunca m¨¢s vestirse de izquierdas para hacer pol¨ªtica de derechas, el tener un plan, el ser implacable con la corrupci¨®n ¡ªempezando por la propia¡ª, el dejar de hacer tantos gui?os ¡ªa los banqueros, a los obispos, a los piratas inform¨¢ticos, a los antiGarz¨®n, al sursuncorda, hasta acabar pistojo e irreconocible, sin vista de lejos y, lo que es peor, sin mirada.
Nada de esto atisbo en las primas socialistas, donde prevalecen los discursos huecos, las llamadas vac¨ªas a una militancia exhausta y a unos simpatizantes que prefieren o¨ªr m¨²sica a o¨ªr discursos. Poco importa, en verdad a qui¨¦n apoya Patxi L¨®pez, o Tom¨¢s G¨®mez, o Gri?¨¢n y compa?¨ªa. Esa pegada de carteles en el debate se borra con medio litro de agua, con un par de l¨¢grimas de alg¨²n viejo militante, si me apuran. La gente, y no solo los socialistas, lo que quiere saber no es qu¨¦ dicen Rubalcaba o Chac¨®n, sino qu¨¦ piensan sobre la que se nos viene encima, algo que adem¨¢s conocen de primera mano. Lo dem¨¢s ser¨¢ tan primario que no ser¨¢n primarias, sino una especie de ejercicio de supervivencia que a nadie interesa. Solo sabiendo perder se aprende a saber por qu¨¦ se gana. Lo otro es apostar a la Primitiva.
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