El Ararteko defiende el acercamiento de los presos etarras a c¨¢rceles vascas
Lamarca cree que con el cese de ETA ¡°decae¡± la raz¨®n para limitar derechos
¡°Queremos demandar que los presos de ETA cumplan su condena en c¨¢rceles pr¨®ximas a sus lugares de origen¡±, defendi¨® ayer el titular del Ararteko, I?igo Lamarca, en un art¨ªculo que difundi¨® en pleno debate sobre la pol¨ªtica penitenciaria con los reclusos etarras y en v¨ªsperas de la reuni¨®n de hoy entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el lehendakari, Patxi L¨®pez, en la que se abordar¨¢ esta cuesti¨®n. Junto a ello, Lamarca reclama la excarcelaci¨®n de los reclusos que padecen enfermedades graves o la concesi¨®n de la libertad condicional a quienes cumplan los requisitos legales para ello.
Estas demandas coinciden en parte con las que vienen formulando en los ¨²ltimos meses la izquierda abertzale y las asociaciones de familiares de los presos de la banda. Tambi¨¦n el PNV y el propio L¨®pez han reclamado una pol¨ªtica penitenciaria m¨¢s flexible, mientras que el Gobierno mantiene que debe ser ETA la que d¨¦ primero el paso de disolverse de una forma definitiva.
El Ararteko ve su idea compatible con los derechos de las v¨ªctimas
El art¨ªculo, que el Defensor del Pueblo vasco colg¨® adem¨¢s en su p¨¢gina web (www.ararteko.net), defiende que la pol¨ªtica penitenciaria que viene aplic¨¢ndose a los presos de ETA ha estado condicionada por las necesidades de la lucha antiterrorista mantenida por los distintos Gobiernos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Para el Ararteko, el anuncio del cese definitivo de su actividad criminal, que ETA hizo el pasado 20 de octubre, abri¨® una nueva situaci¨®n en la que ¡°decae el objeto en el que se ha basado la restricci¨®n de derechos¡± de los reclusos.
La dispersi¨®n, el empleo excesivo de la prisi¨®n provisional, las limitaciones de la posibilidad de acogerse a beneficios penitenciarios, la aplicaci¨®n retroactiva de interpretaciones restrictivas en el c¨®mputo de la pena a trav¨¦s de la llamada doctrina Parot son algunas de las consecuencias de esta pol¨ªtica penitenciaria especial con los presos etarras que enumera Lamarca. A su juicio, estas deben cambiar y ¡°asimilarse al r¨¦gimen general que rige para cualquier persona en prisi¨®n¡±.
Lamarca defiende que ¡°el hecho de que ETA haya abandonado expl¨ªcita y definitivamente la actividad armada facilita una interpretaci¨®n de la ley¡± acorde con la realidad social y las circunstancias del momento. En esa l¨ªnea, recomienda que se facilite, ¡°si se dan los requisitos establecidos y de manera individualizada¡±, la excarcelaci¨®n de los presos enfermos o que puedan optar a la libertad condicional. Todas estas demandas, adquieren hoy ¡°renovada vigencia y fuerza¡± al tiempo que son ¡°compatibles con el respeto y los derechos de las v¨ªctimas¡±.
Ante las cr¨ªticas que su planteamiento p¨²blico pueda suscitar, Lamarca argumenta que ¡°la actitud de permanente denuncia radical y firme del Ararteko contra ETA¡± y sus cr¨ªmenes es perfectamente compatible con ¡°la demanda de otra pol¨ªtica penal-penitenciaria¡±. Asegura que su misi¨®n como Defensor del Pueblo vasco es interpretar la ley en un sentido lo m¨¢s favorable posible a los derechos de las personas, y finaliza as¨ª su explicaci¨®n: ¡°Desde una ¨®ptica suprapartidista y de defensa de los valores democr¨¢ticos, es hora de que el Estado de Derecho haga valer su superioridad moral¡± con los presos de ETA.
La ¨²nica reacci¨®n al comunicado que se produjo ayuer lleg¨® de la mano del parlamentario vasco de UPyD, Gorka Maneiro, quien acus¨® al Ararteko de haber ¡°metido la pata¡± al ¡°tener mayor compasi¨®n por los verdugos que por las v¨ªctimas¡±.
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