J. V. Foix, ¡®Sol, i de dol¡¯
Tan solo un par de actos recuerdan a los 25 a?os, hoy, la muerte del escritor
?¡°El que menos igual lo vincula a las pasteler¨ªas y el que m¨¢s, a un personaje de Sarri¨¤ que escrib¨ªa cosas raras; hoy, Foix es menos conocido que hace 25 a?os, est¨¢ en el olvido total, pero como lo est¨¢n Ausi¨¤s March, Carner y D¡¯Ors¡±. Tal d¨ªa como hoy de 1987, o sea hace un cuarto de siglo, fallec¨ªa Josep Vicen? Foix de un infarto mientras com¨ªa con sus familiares en su peque?o piso celebrando sus reci¨¦n cumplidos 94 a?os. A pesar de esa edad, su desaparici¨®n fue un impacto por el peso intelectual y simb¨®lico del literato, entonces lectura obligatoria en el bachillerato. Pero as¨ª de difuminado cree que est¨¢ ahora en la memoria colectiva de la cultura catalana Jaume Vallcorba, uno de los editores de su obra completa y ahora autor de las ¡°pistas de lectura¡± como define el estudio introductorio a uno de los libros emblem¨¢ticos de Foix, Sol, i de dol, que ha relanzado esta semana en su sello, Quaderns Crema.
Admite Vallcorba que no es Foix ¡°un poeta que se ofrezca inmediatamente, pero tampoco es tan oscuro como se ha querido vender, d¨¢ndole esa p¨¢tina vaga de surrealista, ¨¦l, que dec¨ªa: ¡®en un pa¨ªs con tantos surrealistas, el ¨²nico que no es surrealista soy yo¡¯. Quiz¨¢ s¨ª tiene algunas im¨¢genes de ret¨®rica surrealista, especialmente en Les irreals omegues, pero si uno se pone se entienden¡ pero hay que ponerse, claro¡±. El editor se ha puesto, pues, en el pr¨®logo y eso permite al lector entrar con mayor facilidad en un libro de 1947, construido a partir de sonetos cl¨¢sicos, con una dosis notable de arca¨ªsmos y formas verbales cl¨¢sicas, emblem¨¢tico en la obra del poeta y que contiene versos tan conocidos (hasta hace poco) como ¡°Si pogu¨¦s acordar Ra¨® i Follia¡¡±, ¡°M¡¯exalta el nou i m¡¯enamora el vell¡± y ¡°?s quan dormo que hi veig clar¡±¡
Todo ello no puede ser una excusa para dificultar a¨²n m¨¢s su vigencia en estos tiempos de cultura l¨ªquida, seg¨²n el editor, que tiene 14 t¨ªtulos de Foix en su cat¨¢logo. ¡°Es un poco culturalista, pero tambi¨¦n le pasa a T. S. Eliot y eso no ha dificultado la difusi¨®n de su obra. Foix adopta un tono aparentemente arcaizante porque quiere entroncar con la tradici¨®n de la poes¨ªa trovadoresca y la cultura rom¨¢nica y mediterr¨¢nea¡±. Le equipara Vallcorba con Arnaut Daniel, ¡°el trovador m¨¢s t¨¦cnico¡±, y defiende su opci¨®n ling¨¹¨ªstica recordando que el mismo poeta le dijo una vez que no escog¨ªa ¡°ni un mot que no hubiera o¨ªdo vivo en alg¨²n rinc¨®n del dominio ling¨¹¨ªstico¡±.
La sombra de Foix en la sociedad civil es quiz¨¢ m¨¢s comprensible que la de la sociedad literaria misma
Tampoco sirve para explicar el silencio actual de Foix, en opini¨®n de su editor, su flirteo con el filofascismo: ¡°Fue un periodo muy corto de su vida, que tambi¨¦n pasaron Pound y el propio Eliot y que en sus casos no ha mermado su presencia en el imaginario colectivo italiano o ingl¨¦s¡±. En cambio, s¨ª piensa el estudioso del autor de Gertrudis y KRTU que el af¨¢n del poeta de ¡°huir de capillitas¡± y la escasa presencia de autores de peso en la ense?anza acent¨²an esa ausencia. ¡°Si no leen a Ausi¨¤s March, menos entender¨¢n y podr¨¢n leer a Foix¡±.
La sombra de Foix en la sociedad civil es quiz¨¢ m¨¢s comprensible que la de la sociedad literaria misma, en donde Vallcorba se ve incapaz de encontrar rastro. ¡°No, no veo huella alguna, quiz¨¢ es dif¨ªcil asimilarlo porque Foix es de los mejores dominadores del metro y la rima, solo comparable con la de Carner y Sagarra. Son grandes poetas mal entendidos y simplificados, algo muy frecuente en Catalu?a: Carner, versificador de manietes; Foix, incomprensible. Y nos quedamos tan anchos¡±.
La traducci¨®n de todo ello es clara: las ventas de Foix hoy son ¡°m¨¢s del 80% menores que cuando falleci¨®; nada, testimoniales¡± y cuesta hallar sus libros vivos en las librer¨ªas. Como novedad estricta solo est¨¢ el Sol, i de dol comentado. El corolario es que hoy ¨²nicamente est¨¢ prevista una lectura de textos del poeta (12 horas) en el cementerio de Sarri¨¤ organizada por la Fundaci¨®n J. V. Foix. Ning¨²n acto institucional. Lejos, pues, de esa capilla ardiente que acogi¨® el Palau de la Generalitat hace 25 a?os. Como el mismo dice en Sol, i de dol: ¡°Tot ¨¦s conf¨²s, Senyor D¨¦u. I el meu nom, / Que em dic a mi, tot alt, en cala morta, / Em torna estrany. I tantes veus no entenc.¡±
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