Hija hermosa de la crisis
La ¨®pera 'Le nozze di Figaro' de Mozart regres¨® al Liceu envuelta en aroma de crisis
No hay mal que por bien no venga: con el cintur¨®n apretado parecemos m¨¢s esbeltos.
La ¨®pera Le nozze di Figaro de Mozart regres¨® al Liceu envuelta en aroma de crisis. El vestido era usado: la producci¨®n de 2008 firmada por Llu¨ªs Pasqual. En el equipo vocal no hab¨ªa ning¨²n nombre de relumbr¨®n internacional y s¨ª, sin embargo, las mejores voces j¨®venes del pa¨ªs, la mayor parte de las cuales (Figaro, Susana, La condesa) ya hab¨ªan participado en el segundo reparto de las funciones de 2008.
Le Nozze di Figaro
Le nozze di Figaro de Mozart. Borja Quiza, bar¨ªtono. Maite Alberola, soprano, Ainhoa Garmendia, soprano. Joan Mart¨ªn-Royo, bar¨ªtono. Maite Beaumont, mezzosoprano. Marie McLaughlin, soprano. Gianluca Buratto, bajo. Christophe Rousset, direcci¨®n musical. Llu¨ªs Pasqual, direcci¨®n esc¨¦nica. Coproducci¨®n del Gran Teatro del Liceo y Welsh National Opera (Cardiff). Barcelona, 29 de enero.
La ¨²nica novedad remarcable era la presencia en la direcci¨®n musical de Christophe Rousset, el prestigioso director franc¨¦s del grupo Les Talens Lyriques, que ten¨ªa, de hace tiempo, un compromiso con el teatro para debutar dirigiendo un proyecto que no lleg¨® a materializarse y que, inteligentemente, se avino a modificarlo para debutar en el Liceu al frente de una humilde reposici¨®n de, eso s¨ª, uno de los t¨ªtulos mayores de Mozart.
Los resultados esc¨¦nicos, a pesar de algunas peque?as modificaciones, siguen siendo los mismos que en 2008: esas Nozze, que abundan en la vertiente m¨¢s vodevilesca del chispeante libreto de Da Ponte, funcionan y son frescas y ¨¢giles, pero no son, de lejos, el mejor trabajo de Pasqual, se quedan demasiado en la superficie de las situaciones y presentan alguna pifia notable; la peor, no haber entendido que el aria "Deh vieni non tardar" de Susana en el cuarto acto es la m¨¢s intensa, trascendente y sensual invitaci¨®n al amor de la historia de la ¨®pera -solo hay que estar atento a la m¨²sica para darse cuenta de ello- y que hacerla participar del vodevil general, a trav¨¦s del gesto y la actitud impuestos al personaje arruina uno de los mejores momentos de la obra.
Los resultados musicales fueron globalmente buenos, Rousset extrajo muy buen sonido de la orquesta; quit¨¢ndole peso a la cuerda supo subrayar y poner de relieve la exquisita escritura de las maderas, busc¨® matices, frase¨® con naturalidad y sin afectaci¨®n, concert¨® bien con las voces en los endiablados n¨²meros de conjunto y practic¨®, en general, unos tempi ligeros, pero no atropellados, que hac¨ªan fluir la obra; unos tempi que supo remansar en aquellos momentos de belleza ext¨¢tica, las dos arias de La Condesa o la ya citada de Susana, que son las perlas de Le nozze.
En el reparto vocal destac¨® Maite Alberola, su condesa es de un alt¨ªsimo nivel musical y sus generosos recursos vocales le permiten abordar su partitura con absoluta comodidad. Ainhoa Garmendia, empez¨® algo encogida pero su Susana fue creciendo y mejorando y acab¨® bastante bien. Joan Mart¨ªn-Royo ha crecido como cantante y est¨¢ aplomado y seguro aunque la voz queda un poco peque?a para un personaje como Figaro en una sala del cubicaje del Liceu. Algo parecido sucedi¨® con Borja Quiza. A su Conde, matizado, maliciosamente lascivo, le faltaba algo de peso vocal.
La navarra Maite Beaumont, viva y despierta tanto en el gesto como en la voz, estuvo encantadora en el encantador Cherubino, el m¨¢s agradecido, con sus dos preciosas arias, de los personajes de Le nozze.
Gianluca Buratto estuvo s¨®lido y con todo el peso vocal requerido en el personaje de Don Bartolo y, al igual que ocurri¨® en 2008, Marie McLaughlin hizo crecer el modesto personaje de Marcellina hasta convertirlo en principal.
La crisis trajo al Liceu algo hermoso.
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