Peor que a los animales
Dos periodistas son agredidas durante la celebraci¨®n en El Puig de la 'batalla de las ratas', un festejo que consiste en arrojarse estos roedores unos a otros. Asociaciones en defensa de los animales protesta ante la "barbarie" del acto. El alcalde estaba entre los balcones de la plaza
¡°No lo puedo entender¡±, repite Marga Ferrer, la fot¨®grafa que ayer fue agredida mientras trabajaba durante la fiesta conocida como batalla de ratas de la localidad de El Puig, en Valencia. Esta tradici¨®n se lleva haciendo, seg¨²n declar¨® el ayuntamiento, desde hace 300 a?os, y consiste en lanzar ratas muertas los unos a los otros y a paredes o balcones de la plaza. Aunque un cartel advierte de que las fiestas hay que respetarlas, cuentan con quejas por parte de asociaciones de defensa de animales. El alcalde, no obstante, sigue sin pronunciarse hacia ning¨²n lado y no hace nada por pararla. De hecho, anoche aparec¨ªa en el v¨ªdeo grabado por Canal9 contemplando el espect¨¢culo desde un balc¨®n de la plaza.
Ayer fue distinto. Marga Ferrer y Laura, fotoperiodista y redactora del diario Levante-EMV, acudieron antes de la hora del comienzo, las cinco de la tarde, mandadas por el peri¨®dico. Una de ellas con su libreta y la otra con su c¨¢mara de fotos. Dos personas que un g¨¦lido festivo ten¨ªan que ocuparse de una informaci¨®n, ni m¨¢s ni menos: ¡°A nadie le gusta estar un domingo por la tarde trabajando¡±, sostiene Marga.
Una pancarta advert¨ªa al visitante de que las tradiciones se respetan
En cuanto vieron a Ferrer hacer fotos a lo que estaba pasando, dos personas empezaron a increparla. Su compa?era se uni¨® a ella. En segundos, ya ten¨ªan a una marabunta encima emprendi¨¦ndola de forma violenta contra las dos. ¡°Yo pensaba que eran veinte, pero luego, viendo las fotos, me he dado cuenta de que eran muchos m¨¢s¡±, reconoce la fot¨®grafa. Tirones de pelos, insultos, empujones, codazos. En medio de esta tromba, Marga elev¨® la c¨¢mara para hacer un foto y un chico ¨Ccomo se puede apreciar en una secuencia publicada por el diario Levante- se la arrebat¨® abruptamente.
Dos festeros la sacaron
En el tumulto, dos festeros las consiguieron sacar de all¨ª. Evitaron que las siguieran golpeando, pero no que se llevaran su c¨¢mara. Por eso, ellas se quedaron protestando por conseguir la c¨¢mara, que cre¨ªan destrozada. "Pensaba que me la iban a romper inmediatamente, que me la estampar¨ªan contra el suelo", explica Ferrer, que apenas tuvo tiempo de reaccionar. Un compa?ero de profesi¨®n, Francisco Mart¨ªnez, les ayud¨® a conseguirla. Por suerte, no estaba rota, pero les hab¨ªan formateado la tarjeta. Ellas han conseguido recuperar las fotos: ¡°No hicimos muchas. Adem¨¢s, como estaba el zoom ampliado para sacar las ratas, apenas se aprecia nada¡±, afirma Ferrer, que cree que "por lo menos alguien se preocup¨® en no romperla y en manipularla para borrar las fotos. Quiero creer que queda algo de humanidad en estas personas".
Los periodistas acusan a las autoridades de no actuar contra la agresi¨®n
Llamaron al tel¨¦fono de emergencias. Minutos despu¨¦s lleg¨® la guardia civil. Las atendieron y se llevaron a uno de los chicos que estaba en la trifulca que ellas hab¨ªan reconocido. A d¨ªa de hoy, ninguna de las dos sufre lesiones f¨ªsicas. Era la primera vez que iban y el ¨²ltimo d¨ªa de trabajo de la redactora: "Menuda impresi¨®n se llev¨®. Es una humillaci¨®n en toda regla a nuestro trabajo", sentencia Marga Ferrer, que no entiende "por qu¨¦ si quer¨ªan defender la fiesta nos trataron as¨ª, que s¨®lo est¨¢bamos tratando de contar lo que pasaba, no meti¨¦ndonos en ning¨²n lugar prohibido".?
La Asociaci¨®n de periodistas Gr¨¢ficos de la Comunitat Valenciana y la Uni¨® de Periodistas Valencians denunciaron el acto. El Ayuntamiento ha mostrado "preocupaci¨®n" por el estado de salud de las periodistas y ha condenado "rotundamente" la "violencia" registrada. La organizaci¨®n AnimaNaturalis de defensa a los animales critic¨® el "maltrato y la crueldad" del acto, propio, seg¨²n relatan, "de una sociedad envilecida sin cabida en el siglo XXI".
Pero el interrogante de estas dos profesionales dista de reflexionar sobre la agresi¨®n. Ni siquiera gira en torno a las habilidades tecnol¨®gicas de aquel que les quit¨® la c¨¢mara o del sufrimiento al que someten a los roedores. La pregunta que les ronda la cabeza es ¡°Si tan orgullosos est¨¢n de su fiesta, ?por qu¨¦ no quieren que salga?"
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