Triunfo de la crueldad

Trajes de etiqueta, una gorrita de Ferrari, la ecograf¨ªa de un embarazo y un micro en la mano para anunciar los patrocinadores de la competici¨®n que abre el espect¨¢culo bastan para poner a fecha actual La duquesa de Malfi, tragedia de venganza de John Webster inspirada en hechos reales novelados por Mateo Bandello, gran proveedor de asuntos del teatro del siglo XVII. Jos¨¦ Padilla, autor de esta ¨¢gil versi¨®n, la titula Malcontent para subrayar el protagonismo de Bosola, encarnaci¨®n de ese personaje sat¨¦lite medrador y servil que nunca falta en la ¨®rbita del poder.

Malcontent cuenta el v¨ªa crucis de una joven duquesa viuda, decidida a rehacer su vida sentimental en contra de la voluntad de Ferdinando, su celoso hermano mellizo, ep¨ªtome de esa perversa figura polimorfa (ll¨¢mese maltratador o acosador laboral) que desde posiciones de fuerza somete y humilla a quien contradiga su capricho o estorbe su ego. Webster no ahorra detalles en la expresi¨®n de la crueldad de Ferdinando, insatisfecha por m¨¢s da?o que inflija a su v¨ªctima y aun despu¨¦s de matarla, porque, desaparecido el objeto de su extraviado deseo, se queda vac¨ªo, perdido, a solas con su locura.

Owen Horsley, director adjunto de la compa?¨ªa brit¨¢nica Cheek by Jowl, lleva el montaje con pulso urbano, vivo y actual. Su labor busca una s¨ªntesis saludable, excesiva en las escenas de los locos: llevadas a la farsa, pierden fuerza y claridad. Fant¨¢stico, el Bosola de doble filo de Javier Lara. Conmovedora, cercana, sensual, Carlota Gavi?o en un papel que simboliza la libertad femenina. Entero y sensible, su amante, encarnado por Juan Blanco.