Carnaval de reparaciones y consuelos
Hace falta tener cara dura para reclamar en una emisora de radio compensaciones para Francisco Camps y Ricardo Costa por el da?o sufrido
Es carnaval, pero hace falta tener cara dura para reclamar en una emisora de radio compensaciones para Francisco Camps ¡ª?santo s¨²bito!¡ª y Ricardo Costa por el da?o sufrido. Porque eso lo dice Antonio Clemente en la cofrad¨ªa del PP donde ejerce de secretario general y si el local no est¨¢ insonorizado, las carcajadas se oyen en Burundi. Pero propagarlo en un medio de masas sin desencajarse, tiene su miga. Aunque como pol¨ªtico valenciano, disculpen el imposible, la capacidad para abstraerse de la realidad es m¨¦rito hist¨®ricamente acreditado. ?El da?o sufrido? Si se refiere al tr¨¢mite judicial del caso de los trajes, nuestra raqu¨ªtica democracia acusa un nuevo costur¨®n, pero el verdadero estropicio es para una Administraci¨®n de justicia, por as¨ª llamarla, encantada de chapotear en su descr¨¦dito. A los procesos contra Baltasar Garz¨®n y la absoluci¨®n de los pimpollos, a?¨¢danse las reformas que a buen seguro impedir¨¢n que se inicien, recurran o prosperen seg¨²n qu¨¦ causas, so pena de destinar a fiscales y jueces desafectos al ret¨¦n de Fernando Poo. Cualquier magistrado de extrema derecha ¡ªno se amontonen, por favor¡ª con lo visto y o¨ªdo, sobre todo o¨ªdo, habr¨ªa condenado a galeras al expresidente de la Generalitat y a su exescudero Ric Costa, sin margen para irse por las enrevesadas ramas del procedimiento. ?Quieren compensaciones? Marchando un quiosco en el Valle de los Ca¨ªdos. Los cinco votos absolutorios que han vuelto a situar al Pa¨ªs Valenciano en la feria mundial del disparate, solo demuestran que la ley del jurado es una casta?a. No es la ¨²nica. El Senado es una casta?a. Las Cortes Valencianas son una casta?a. ?El Gobierno valenciano de los ¨²ltimos 17 a?os?, una casta?a. La ley electoral es una casta?a¡ y as¨ª hasta completar la dieta astringente que caracteriza este r¨¦gimen de estre?imiento social y pol¨ªtico. El d¨ªa que explote, no habr¨¢ rinc¨®n en el planeta donde refugiarse de tanta contenci¨®n, pues todo empieza a oler en exceso, como las emulsiones sulfurosas que preceden a las erupciones volc¨¢nicas.
Cualquier magistrado de extrema derecha habr¨ªa condenado a galeras al expresidente de la Generalitat y a su exescudero Ric Costa
Si quieren compensar da?os, devuelvan el bot¨ªn. En crudo y en especie. Pero sin trucos. En 1976 el exconvicto ingl¨¦s Barry Edward Gray compr¨® en una tienda de ropa usada un par de zapatos de 3,50 d¨®lares y se los endos¨® a un peri¨®dico por 50.000, garantizando que hab¨ªan pertenecido a un famoso g¨¢ngster, cuyos restos yacen dos metros bajo tierra en alg¨²n lugar del estadio de los New York Giants, uno de los grandes del f¨²tbol americano. ?A cu¨¢nto cotizan los trajes de la G¨¹rtel devueltos por los reos Betoret y Campos? ?Subastar¨¢n Camps y Costa sus perchas? Escaso consuelo para cuantos sufren los desmanes de la delincuencia financiera y sus t¨ªteres pol¨ªticos. Como balance de da?os, nada comparable a la gesti¨®n desarrollada por nuestra derecha premoderna desde que se encaram¨® a la quincalla institucional. Un p¨¢ramo de ruina y de corrupci¨®n. Es lo que hay.
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