Urbanizaciones y vertidos asedian los humedales pese a la catalogaci¨®n
S¨®lo la crisis da respiro a lagos y marjales tras 10 a?os de inventario
Construcciones de viviendas, vertidos de residuos, infraestructuras o simplemente laxitud en la protecci¨®n. Los ecologistas valencianos ven pocos motivos para celebrar el d¨¦cimo aniversario de la aprobaci¨®n del Cat¨¢logo de Zonas H¨²medas, un registro de 48 que se logr¨® sacar adelante con casi siete a?os de retraso y para el que la crisis puede suponer un respiro en forma de menor presi¨®n urbanizadora. Tambi¨¦n una amenaza por la falta de fondos para labores de conservaci¨®n, aunque nunca fue el ¨¢rea m¨¢s mimada a nivel presupuestario. ¡°La tendencia es negativa. El cat¨¢logo fue una mera declaraci¨®n de intenciones porque luego no se acompa?¨® de normas para su gesti¨®n y criterios para la conservaci¨®n de las faunas y floras de esos ecosistemas¡±, apostilla Carlos Arribas, portavoz en Alicante del grupo Ecologista en Acci¨®n del Pa¨ªs Valenciano.
Arribas asegura que una d¨¦cada despu¨¦s los humedales m¨¢s emblem¨¢ticos de la Comunidad Valenciana siguen amenazados por los mismos factores, a saber, presi¨®n urban¨ªsticas en sus ¨¢reas de protecci¨®n, vertidos de residuos s¨®lidos y aguas residuales indiscriminadas, falta de agua o, en su defecto, de mala calidad por nutrientes como el f¨®sforo. Como sea, no hay cifras al no existir una estad¨ªstica de denuncias o multas incoadas por la Consejer¨ªa por construcciones o vertidos en estas zonas.
De norte a sur del territorio valenciano, el panorama de los humedales es desalentador. En la provincia de Castell¨®n, parajes tan emblem¨¢ticos como el Prat de Cabanes presentan las secuelas, entre ellas de la urbanizaci¨®n de Torre la Sal y el macrocomplejo Marina d'Or, aunque este un poco m¨¢s alejados del per¨ªmetro de protecci¨®n. En id¨¦ntica situaci¨®n se encuentra el Marjal de Pe?iscola. Aunque en este apartado del corrosivo efecto del ladrillo se lleva la palma el Marjal de Nules, pr¨¢cticamente ocupado por edificaciones.
De norte a sur, el panorama es desalentador
En la provincia de Valencia, el humedal de referencia es la Albufera. Ecologistas en Acci¨®n se?ala que el humedal presenta las mismas carencias que hace una d¨¦cada.
Es decir, sigue habiendo vertidos incontrolados y la aportaci¨®n de agua no est¨¢ asegura por el efecto depredador de los recursos de los nuevos sistemas de riego por goteo. Adem¨¢s, el agua del lago tampoco es de buena calidad, por excesos de nutrientes, especialmente el f¨®sforo procedente del agua de los regad¨ªos o de residuales. En esta provincia, hay otros dos humedales destacados: el Marjal del Moro, en Sagunto, y el Marjal Xeresa. El primero est¨¢ amenazado por el crecimiento del puerto hacia el sur con un nuevo pol¨ªgono industrial; y el segundo por las urbanizaciones levantadas a su alrededor.
Mientras, en la provincia de Alicante, el humedal de mayor envergadura el Saladar de Agua Amarga, al sur de la capital alicantina, presenta un panorama que para un lego en materia medioambiental m¨¢s bien semejar¨ªa un secarral. El entorno, a la presi¨®n de la presi¨®n urban¨ªstica del enclave de Urbanova ha sumado el efecto desecaci¨®n por la actividad de la planta desaladora. Pero su futuro no parece m¨¢s halag¨¹e?o para un humedal cuya ¨²nica figura de protecci¨®n es formar parte de este cat¨¢logo: el aeropuerto de l¡¯Altet planea una segunda pista de aterrizaje que se adentrar¨ªa hasta las entra?as del humedal.
Otro entorno destacado son las Lagunas de Rabassa (fuera del cat¨¢logo), en el extrarradio de la capital. Ese entorno tampoco se ha caracterizado por su grado de protecci¨®n y ahora est¨¢ amenazado por la futura macrourbanizaci¨®n proyectada, el plan Rabassa con cerca de 14.000 casas. El paraje del Hondo igualmente ha gozado de unos niveles de protecci¨®n bajos, sobre todo a la hora de facilitar la vida a la colonia de aves protegidas, la cerceta pardilla.
Diez a?os despu¨¦s, el cat¨¢logo sigue sin apenas ampliaciones
¡°La crisis supone un respiro porque la principal amenaza, al menos para los humedales de Alicante, es la presi¨®n urban¨ªstica¡±, enfatiza Miguel ?ngel Pav¨®n, responsable de protecci¨®n del territorio de EU en Alicante. El paradigma del acoso urban¨ªstico a humedales protegidos es el parque de las Salinas de Santa Pola y Torrevieja. El primero, adem¨¢s de las decenas edificaciones levantadas alrededor de su per¨ªmetro de protecci¨®n se ve ahora agredido por la construcci¨®n de un camping, que impulsa el Ayuntamiento de Elche en el l¨ªmite con el t¨¦rmino municipal de la vecina Santa Pola. Y algunas de las viviendas ilegales de Catral est¨¢n levantadas sobre el per¨ªmetro de protecci¨®n del Hondo. ¡°Se ha hecho la vista gorda¡±, denuncia Pav¨®n.
Los colectivos ecologistas reclamaron sin ¨¦xito antes de que se cerrara el cat¨¢logo de zonas h¨²medas aprobado definitivamente en septiembre del a?o 2002 la incorporaci¨®n de otras muchas zonas en el citado registro. El cat¨¢logo lleg¨® con casi siete a?os de retraso, ya que la ley de Espacios Naturales Protegidos, aprobada en diciembre de 1994, daba un plazo de un a?o para cerrar esta lista. Casi siete a?os en los que qued¨® por el camino una lista elaborada por los socialistas en 1995 y un proyecto de cat¨¢logo presentado por el consejero de Medio Ambiente que precedi¨® a Fernando Modrego, el regionalista Jos¨¦ Manuel Castell¨¤, socio de Gobierno del entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, del PP, merced a su pacto con Uni¨®n Valenciana. Aquel cat¨¢logo de los regionalistas no fue del agrado del Consell, que bloque¨® el documento, lo que ha supuesto un retraso de otros tres a?os.
En este apartado, Pav¨®n recuerda que el cat¨¢logo de Castell¨¤ ten¨ªa un aspecto positivo que desapareci¨® con la llegada de Modrego, ya que el per¨ªmetro de protecci¨®n que preve¨ªa para las zonas h¨²medas ¡°se intentaba ligar a la cuenta hidrogr¨¢fica¡± correspondiente, lo que en la pr¨¢ctica ampliaba la zona de protecci¨®n.
El responsable de Esquerra Unida de Alicante lamenta tambi¨¦n que diez a?os despu¨¦s este cat¨¢logo siga sin apenas ampliaciones a pesar de las constantes reclamaciones de los colectivos ecologistas y conservacionistas. ¡°Se opt¨® por un cat¨¢logo restrictivo y as¨ª se ha mantenido¡±, lamenta el dirigente de EU. Una cr¨ªtica que desde la Consejer¨ªa de Infraestructuras rechazan de plano. ¡°Todas las zonas h¨²medas de la Comunidad Valenciana est¨¢n protegidas mediante la Ley de Espacios Naturales, con independencia de si est¨¢n catalogadas o no. En el cat¨¢logo figuran las m¨¢s significativas¡±, esgrime el departamento que dirige Isabel Bonig.
Pav¨®n, por otro lado, asegura que el cat¨¢logo tendr¨ªa que haberse completado con una reglamentaci¨®n de los usos permitidos en los per¨ªmetros de protecci¨®n de las zonas h¨²medas para que los proyectos que se presentan y que les afectan o invaden de alguna forma no dependan de ¡°la arbitrariedad de la administraci¨®n¡± sino de criterios objetivos previamente regulados. Infraestructuras, sin embargo, lanza la pelota al tejado de los ayuntamientos y de las confederaciones hidrogr¨¢ficas, a quien asegura, les ¡°compete adoptar las medidas oportunas en cada caso¡±, aunque admite a rengl¨®n seguido que con la supervisi¨®n de la Consejer¨ªa.
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